Investigadores en España publicaron recientemente en la revista Neurology, Neuroinmunology & Neuroinflammation los resultados de un estudio que por primera vez valora la utilidad de la combinación de algunos biomarcadores clínicos de neurodegeneración para predecir la aparición de los síntomas relacionados a la Esclerosis Múltiple.
Específicamente, se desarrolló un sistema que analiza la neuroimagen cerebral y el nivel de neurofilamentos ligeros en la sangre para estudiar la progresión clínica y tomarlo también como un marcador de recuperación o respuesta al tratamiento de este tipo de esclerosis.
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Es preciso recordar, que llegar a un diagnóstico precoz de esta enfermedad es difícil a nivel global, debido a que sus síntomas suelen confundirse en primera etapa con otras afecciones por lo que esta investigación representa un avance para llegar a esta meta, que además facilita a los especialistas la elección del mejor tratamiento para el paciente en cuestión.
Con la investigación se demostró que el adelgazamiento de la corteza cerebral en el lóbulo temporal, analizado mediante imágenes de resonancia magnética, junto con niveles de daño neuroaxonal, obtenidos y analizados en muestras de sangre, podrían servir como predictores tempranos del estado cognitivo de los pacientes con Esclerosis Múltiple.
Es también la primera vez que se demuestra que el análisis de resonancia magnética (particularmente las medidas de atrofia cerebral y grosor cortical) junto con las medidas de NFL en la sangre pueden ayudar a pronosticar aspectos clínicos de la progresión de la Esclerosis en estos pacientes.
Cabe mencionar que más de el 70% de los nuevos casos diagnosticados de Esclerosis Múltiple se dan en personas de entre 20 y 40 años (edad productiva) razón por la cual la enfermedad suele afectar la vida, laboral, escolar y personas del paciente.
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Biomarcadores para el diagnóstico de la Esclerosis Múltiple
“Uno de los síntomas más infra-diagnosticados en esta enfermedad es el deterioro cognitivo, que suele manifestarse en forma de problemas atencionales y para concentrarse, enlentecimiento mental, o problemas de memoria, entre otros, siendo estos síntomas igual de limitantes o más que los físicos en este tipo de pacientes y en el tramo de edad en que se manifiestan dichos síntomas” explica Javier González Rosa, investigador de este estudio y profesor de la Universidad de Cádiz.
“Se muestra fundamental un adecuado diagnóstico y pronóstico de este tipo de alteraciones cognitivas en pacientes en estadios iniciales de la enfermedad, con el objetivo realizar tratamientos tempranos e individualizados que puedan frenar la evolución del deterioro cognitivo en estos pacientes, y por tanto, retrasar la acumulación de la progresiva discapacidad que manifiesta la enfermedad” añade.
Es de resaltar que durante los últimos años, investigadores de diferentes partes del mundo han mostrado un creciente interés en la búsqueda de biomarcadores cerebrales del deterioro cognitivo en la Esclerosis Múltiple y otras enfermedades neurológicas. Pero este es el primer hallazgo en mucho tiempo que se hace en relación a biomarcadores para EM, en palabras de los autores: «tanto biomarcadores de integridad cerebral tanto macroestructurales, mediante análisis volumétricos cerebrales de imágenes de RM, como microestructurales, mediante el análisis de los niveles de NfL en sangre, lo que sin duda aumenta el valor predictivo de los resultados».
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Los hallazgos de este equipo están siendo ampliamente aceptados por la sociedad científica mundial y podrían ayudar a otros grupos de investigación a mejorar la utilidad clínica de estos biomarcadores de daño cerebral sobre el pronóstico de la evolución y respuesta al tratamiento de las personas con EM.