En el ámbito de la salud infantil, la desnutrición aguda en niños menores de 5 años se ha convertido en un desafío de proporciones alarmantes en Colombia.
La desnutrición aguda es una condición crítica que puede tener efectos duraderos en la salud y el desarrollo de los niños; se define por un puntaje Z del indicador peso/talla o longitud inferior a -2DE, con la presencia de fenotipos como marasmo, kwashiorkor o kwashiorkor marasmático. Esta situación a menudo está relacionada con la pérdida reciente de peso o la incapacidad para ganarlo, y puede estar motivada por el bajo consumo de alimentos o enfermedades infecciosas.
Existen tres categorías de desnutrición aguda: moderada, severa y aguda severa.
Desnutrición aguda moderada
La desnutrición aguda moderada se produce cuando el puntaje Z del indicador peso/talla o longitud oscila entre -2 y -3 DE. Acompañada de cierto grado de emaciación o delgadez, esta forma de desnutrición debe ser identificada y tratada con prontitud, ya que puede evolucionar rápidamente hacia formas más graves y complicarse con enfermedades infecciosas.
Desnutrición aguda severa
Por otro lado, la desnutrición aguda severa se establece cuando el puntaje Z del indicador peso/talla o longitud desciende por debajo de -3DE, o cuando se presenta edema bilateral que puede desarrollar anasarca. En estos casos, pueden manifestarse los fenotipos clínicos del kwashiorkor, marasmo y marasmo-kwashiorkor.
La magnitud de esta problemática se hace evidente al analizar los datos más recientes. Hasta la semana epidemiológica 30 de 2023, Colombia ha notificado un total de 14,589 casos de desnutrición aguda en residentes del país, junto con 114 casos en residentes extranjeros. Tan solo en esa semana, se reportaron 440 nuevos casos, lo que resalta la urgente necesidad de abordar esta crisis de salud infantil.
La prevalencia acumulada a nivel nacional durante las últimas 52 semanas epidemiológicas (de la semana 31 de 2022 a la semana 30 de 2023) es alarmantemente alta, alcanzando los 0.59 casos por cada 100 niños menores de 5 años. De este preocupante conjunto, el 73.0% de los casos se clasifican como desnutrición aguda moderada, mientras que el 27.0% restante entra en la categoría de desnutrición aguda severa.
Es crucial destacar que un 10.5% de los casos en niños mayores de 6 meses presentaron un perímetro braquial inferior a 11.5 cm, señalando una afección grave en términos de emaciación y deterioro nutricional. Además, la distribución de los casos por grupo etario refleja la crítica situación: el 31.7% de los casos se encuentran en niños menores de 1 año, seguidos por el grupo de 1 año, con un 28.2%.
Los datos también revelan una disparidad preocupante entre las áreas de residencia. El 66.2% de los casos se informaron en cabeceras municipales, lo que sugiere una posible vinculación entre la desnutrición aguda y los entornos urbanos. Esta correlación merece una atención especializada para abordar las causas subyacentes.
En términos de geografía, los resultados de la semana epidemiológica 30 de 2023 muestran diferencias significativas en la notificación de casos en varias regiones, en comparación con el promedio histórico. Entidades territoriales como Antioquia, La Guajira, Chocó, Cesar, Valle del Cauca, Bolívar, Atlántico, Risaralda, Cartagena, Caldas, Buenaventura y San Andrés registraron notificaciones alarmantes. Estos hallazgos subrayan la necesidad de intervenciones focalizadas en estas zonas críticas.
Asimismo, se observaron diferencias significativas en la notificación de casos en municipios con más de 100.000 habitantes durante la semana epidemiológica 30 de 2023, en comparación con el promedio histórico. En total, 22 municipios presentaron variaciones destacadas en este aspecto. Estos resultados plantean la importancia de identificar y abordar factores específicos que pueden estar contribuyendo a esta preocupante tendencia.
