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Inicia el XIX Congreso Nacional de Salud: expertos ponen en el centro del debate el futuro del sistema de salud colombiano

“El presupuesto de salud comienza el año un poco desfinanciado, y es necesario a lo largo del año hacer pequeñas adiciones”
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Inicia el XIX Congreso Nacional de Salud en el Hotel Grand Hyatt de Bogotá, un espacio que reúne a expertos, líderes y profesionales del sector para debatir los temas más relevantes de la salud en Colombia. Organizado por CONSULTORSALUD, este importante evento, que se desarrolla los días 5 y 6 de septiembre, cuenta con la participación de 1.200 asistentes presenciales y 300 más en modalidad virtual, consolidándose como un encuentro clave para analizar los retos y oportunidades que enfrenta el sistema de salud en medio de un año crucial para su transformación.

El Dr. Carlos Felipe Muñoz Paredes, CEO de Consultorsalud dio una calurosa bienvenida a los asistentes. En su discurso inaugural, resaltó la importancia de este evento como un espacio para la reflexión y el debate sobre los desafíos más apremiantes que enfrenta el sistema de salud colombiano. El Dr. Muñoz aprovechó la ocasión para resaltar la importancia de fortalecer el bienestar emocional tanto de los pacientes como de los profesionales de la salud, subrayando que son ellos quienes hacen posible la transformación y sostenibilidad del sistema.

Acto seguido, el Dr. Félix Martínez, director de la Administradora de Recursos de Salud (ADRES) hizo la apertura del primer día del CNS 2024, dando a conocer una visión integral sobre el estado actual y la proyección de los recursos de salud en Colombia. Durante su intervención, ha destacado los principales retos financieros del sector, enfocándose en la sostenibilidad del sistema y los mecanismos para mejorar la distribución eficiente de los recursos, un aspecto crucial para el futuro del sistema de salud en el país. “El presupuesto de salud comienza el año un poco desfinanciado, y es necesario a lo largo del año hacer pequeñas adiciones”.

Crecimiento del presupuesto en salud: ¿sostenibilidad o riesgo?

Durante los últimos tres años, los recursos administrados por la ADRES han mostrado un aumento constante. En 2022, se gestionaron 71 billones de pesos, cifra que incrementó a 82 billones en 2023 y se proyecta que alcanzará los 93 billones en 2024. Sin embargo, este crecimiento no ha estado exento de dificultades. El sistema de salud comienza cada año con un déficit significativo, que en 2022 fue de 9,5 billones de pesos, y en 2024 se estima en 5,5 billones. Este desequilibrio se debe, en gran parte, a las diferencias entre los incrementos establecidos por la Comisión de Beneficios, Costos y Tarifas, que, para 2024, definió un aumento de la UPC del 12%, mientras que el presupuesto solo contemplaba un 7%.

La discrepancia entre el aumento de la UPC y los recursos asignados pone en jaque la sostenibilidad del sistema. El Dr Martínez advirtió que “el esfuerzo para acomodar esa diferencia implica ajustes durante todo el año, lo que lleva a adiciones presupuestales hasta los últimos días de diciembre”. Este desajuste no es un fenómeno nuevo y refleja una constante lucha entre los recursos disponibles y las necesidades crecientes del sistema.

Otro de los temas más importantes abordados fue el crecimiento de la UPC. Según el Dr Martínez, el incremento de la UPC ha superado regularmente la inflación en los últimos años. En 2023, la UPC promedio para el régimen contributivo alcanzó los dos millones de pesos, un aumento significativo respecto a años anteriores. Este incremento ha sido un reto para el gobierno, que debe cubrir los aumentos con un presupuesto nacional que crece a una tasa del 21% anual. Sin embargo, el director de la ADRES fue claro en señalar que un crecimiento sostenido de más del 25% en el presupuesto para salud no es viable sin una reforma tributaria integral, una medida que, en su opinión, es difícil de lograr en el corto plazo.

Presupuestos máximos: desafíos y avances

Un aspecto crucial en la conferencia fue la discusión sobre los presupuestos máximos, que el director de la Adres describió como una “cantaleta de todos los días”. En 2023, el presupuesto inicial para estos fue de 300 mil millones de pesos, pero hasta la fecha se han desembolsado más de 3 billones de pesos, una cifra que se espera siga aumentando. Esto muestra cómo los presupuestos máximos se han multiplicado por diez en solo un año, debido a la creciente demanda de servicios de salud que exceden lo contemplado en la UPC.

A pesar de las dificultades, destacó que el Estado ha cumplido con los pagos de estos presupuestos, aunque sea necesario hacer ajustes y adiciones a lo largo del año. “Finalmente, el Estado responde y paga”, aseguró. Sin embargo, señaló un problema estructural en la distribución de los presupuestos máximos: se concentran en el régimen contributivo y en poblaciones con mayor capacidad económica, lo que plantea un desafío de equidad en la distribución de los recursos.

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Giro directo: estabilidad para los prestadores

Un cambio significativo en la gestión de los recursos del sistema ha sido la implementación del giro directo, un mecanismo que permite que los pagos lleguen directamente a los prestadores de servicios sin pasar por las EPS. Este sistema ha demostrado ser efectivo en el régimen subsidiado, y en 2023 se extendió al régimen contributivo, permitiendo que los hospitales y clínicas reciban un flujo más estable de recursos. Al corte de agosto de 2023, se habían pagado 6,5 millones de pesos a través de este mecanismo.

Martínez concluyó que el giro directo ha sido una solución parcial al principal problema financiero del sistema: la incertidumbre en los pagos a los prestadores. Aunque todavía queda mucho por mejorar, el giro directo ha proporcionado “una cierta tranquilidad” a las instituciones prestadoras, al garantizar un ingreso regular que cubre, al menos parcialmente, los gastos operativos.

Más allá de las cifras: reflexiones sobre el futuro del sistema de salud

Continuando con el XIX Congreso Nacional de Salud, el Dr. Iván Darío González, exviceministro de Salud y profundo conocedor del sistema de salud colombiano, ofreció una conferencia conmovedora y reveladora durante la novena versión del Congreso Nacional de Salud. En su intervención, el Dr. González no se centró en cifras frías, sino en la experiencia humana detrás de ellas. Con una emotiva mención a su madre de 85 años y su familia, contextualizó los desafíos del sistema de salud colombiano y global, dejando en claro que el verdadero reto es cómo nos preparamos para envejecer y cuidar a las futuras generaciones.

Desde el inicio de su intervención, dejó claro que el sector salud siempre ha estado presente ante los desafíos del país, ya sean pandemias, desastres naturales o crisis sociales. Sin embargo, más allá de la entrega incondicional del sector, indicó que el sistema debe ser evaluado no solo desde sus resultados financieros o estructuras administrativas, sino por su capacidad de atender las necesidades de los ciudadanos de forma oportuna y eficiente.

El desafío del envejecimiento poblacional: una realidad inminente

Uno de los temas centrales que abordó el Dr. González en su intervención fue el envejecimiento poblacional, un fenómeno que está transformando los sistemas de salud en todo el mundo y que Colombia no está exenta de enfrentar. La transición demográfica y epidemiológica es un desafío que va más allá de la simple provisión de servicios de salud; se trata de una transformación profunda que requiere adaptaciones tanto en las políticas públicas como en la forma en que la sociedad se prepara para el futuro.

El envejecimiento poblacional no es solo un cambio en la estructura etaria, sino un fenómeno que acarrea profundas implicaciones sociales, económicas y de salud pública. “Estamos envejeciendo, y envejecer es un orgullo, pero tenemos que prepararnos para envejecer”, subrayó González con firmeza.

Japón: un caso alarmante

Para ilustrar la magnitud del problema, presentó el caso de Japón, uno de los países más envejecidos del mundo. En 2023, 40.000 personas mayores fallecieron en sus hogares sin que nadie se percatara de su muerte durante semanas, e incluso en algunos casos, hasta un año. Esta estadística no solo es un reflejo del envejecimiento de la población, sino también de las carencias en los sistemas de apoyo social y sanitario para las personas mayores que viven solas.

“Es un drama, porque muestra que estamos envejeciendo, y no estamos listos para afrontar esta realidad”, señaló González, quien destacó que este fenómeno se está replicando, en menor escala, en muchos otros países, incluida Colombia. La pregunta clave es cómo prepararse para garantizar que las personas mayores reciban una atención digna y no se queden en el olvido.

Una coyuntura compleja: entre la reforma y la realidad

De otro lado, el Dr. González explicó de manera crítica que la crisis actual del sistema de salud en Colombia no se resolverá únicamente con una reforma. A pesar de la cobertura universal lograda en los últimos años, que alcanza al 99.6% de los colombianos y a 1.8 millones de migrantes venezolanos, persisten problemas estructurales que deben abordarse antes de esperar los resultados de una transformación del sistema. La falta de recursos suficientes y el deterioro de la cartera hospitalaria, que solo entre junio y diciembre de 2023 se incrementó en 750 mil millones de pesos, son señales de alerta para el futuro inmediato.

“No se acabó la plata, lo que se acabó fue la voluntad política de seguir construyendo el sistema de salud”, señaló González, subrayando que cualquier intento de reforma debe estar acompañado de soluciones urgentes a los problemas de coyuntura que enfrentan diariamente millones de personas.

Aunque su presentación no se centró en cifras, el Dr. González compartió algunos datos clave para resaltar la gravedad de ciertos temas. Uno de ellos fue el aumento de las tutelas en salud, que durante los primeros cuatro meses del año llegaron a 84.000, un incremento del 42% comparado con el año anterior. De mantenerse esta tendencia, Colombia podría cerrar el año con más de 253.000 tutelas en salud, la cifra más alta de la última década. Otro dato inquietante fue el deterioro en las tasas de vacunación infantil, todas por debajo del 95%, lo que pone en riesgo a la población infantil y expone a los menores a enfermedades prevenibles.

La mortalidad materna: un drama en aumento

Uno de los momentos más impactantes de la conferencia del Dr. González fue su análisis de la mortalidad materna, un problema que, a pesar de los avances del sistema de salud, continúa afectando a miles de mujeres en Colombia. Con una mezcla de indignación y preocupación, destacó que la mortalidad materna no es solo una estadística, sino una tragedia personal y familiar que sigue golpeando duramente a las comunidades más vulnerables del país.

“El presidente Petro mencionó en septiembre de 2022 que el pánico en salud era tener la peor tasa de mortalidad materna, y hoy, las cifras siguen mostrando una situación crítica”, expresó González. De hecho, solo en Bogotá, hasta la fecha, han fallecido 44 mujeres debido a complicaciones en el embarazo y el parto, lo que subraya la urgencia de abordar este tema de manera prioritaria.

Además, fue enfático en que, más allá de las cifras y los informes técnicos, la mortalidad materna representa una falla en el sistema de salud que afecta directamente a mujeres que no lograron recibir la atención adecuada. “A ellas no les importa la UPC, a ellas no les importan los presupuestos máximos, se murieron, las perdimos”, afirmó con contundencia, señalando que estas mujeres no solo fallecen debido a la falta de acceso a servicios, sino también por la ineficacia de un sistema que no ha logrado reducir este flagelo.

El futuro de los hospitales públicos en Colombia: hacia una transformación integral

En los últimos años, el sistema de salud colombiano ha enfrentado desafíos profundos, especialmente en lo que respecta a la gestión y sostenibilidad de los hospitales públicos, conocidos como Empresas Sociales del Estado (ESE). Estos hospitales, fundamentales para garantizar el acceso a la atención médica en todas las regiones del país, están en el centro de la agenda gubernamental de salud. Sin embargo, la pregunta que persiste es: ¿Hacia dónde vamos?

Ante este panorama, la Dra Olga Lucía Zuluaga, directora de la Agremiación La Asociación Colombiana de Empresas Sociales del Estado y Hospitales Públicos (Acesi) señaló en su conferencia que la transformación de las ESE en Instituciones de Salud del Estado (ISE) es uno de los ejes centrales de la política de salud pública actual. Este proceso busca ir más allá de la venta de servicios de salud, proponiendo una gestión integral que incluye la ampliación de infraestructura, el fortalecimiento tecnológico y el saneamiento de las finanzas del sector.

Según los datos presentados, las ESE en Colombia están distribuidas en los niveles nacional, departamental, distrital y municipal, sumando un total de 930 instituciones (4 nacionales, 220 departamentales, 14 distritales y 692 municipales). Actualmente existen 3.436 sedes en 1.073 municipios (95,7%) del país y únicos prestadores en 876 municipios (78%).

La Dra Zuluaga enfatizó en que estas entidades públicas tienen un papel clave en la provisión de camas hospitalarias, con una participación significativa en la red de atención del país. Se reportan más de 28.500 camas administradas por estas entidades y 70.144 camas de IPS privadas​.

Sin embargo, a lo largo de los últimos seis años, las ESE han enfrentado dificultades en la generación de ingresos por la venta de servicios de salud, con fluctuaciones en los niveles de atención. Los hospitales de primer nivel han mostrado ingresos relativamente estables, mientras que los de segundo y tercer nivel han experimentado mayores retos, especialmente durante los años más críticos de la pandemia de COVID-19​.

Crisis de recaudo en los hospitales públicos

Zuluaga también destacó la difícil situación de recaudo que enfrentan los hospitales públicos. Entre 2018 y el primer trimestre de 2024, las ESE han visto cómo los ingresos radicados difieren significativamente de lo recaudado. En algunos niveles de atención, como el primer nivel, los hospitales públicos están recibiendo apenas un 80% de los pagos que deberían recibir de manera anticipada, mientras que en los hospitales de segundo y tercer nivel los ingresos no superan el 60%. Esto ha dejado una cartera creciente que, al cierre de marzo de 2024, alcanza los 9.8 billones de pesos. Este problema financiero se ha agravado por la liquidación de varias EPS, que han dejado atrapados miles de millones de pesos en recursos que no han sido pagados a los hospitales.

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Una de las principales razones detrás de esta crisis de recaudo es la liquidación de múltiples EPS, que ha generado que grandes cantidades de recursos queden atrapados sin ser pagados a los hospitales públicos. De acuerdo con la Dra. Zuluaga, esta situación se ha agravado en los últimos años, y hoy en día, muchas de estas EPS en liquidación no cuentan con los fondos suficientes para cumplir con sus obligaciones financieras. Esto deja a las ESE en una situación crítica, sin los recursos necesarios para mantener su sostenibilidad y seguir prestando servicios de salud a la población.

Entre tanto, especificó que el panorama es desolador: las EPS en proceso de liquidación se han convertido en un freno para el flujo de recursos hacia los hospitales, lo que compromete la atención a los pacientes y, en última instancia, la calidad del sistema de salud. La deuda acumulada ha alcanzado niveles sin precedentes, con miles de millones de pesos que no se han pagado a los hospitales públicos.

Cifras alarmantes de cartera acumulada

Al cierre de marzo de 2024, la cartera de las Empresas Sociales del Estado (ESE) alcanzaba los 9.8 billones de pesos, una cifra que continúa creciendo y representa una carga insostenible para los hospitales públicos. Este monto, que refleja las deudas acumuladas por servicios prestados y no pagados, es una muestra clara de las dificultades que enfrenta el sector para recibir los recursos necesarios para su funcionamiento.

La Dra. Zuluaga señaló que esta acumulación de cartera es consecuencia de varios factores, entre ellos, la insuficiencia de pagos por parte de las EPS, muchas de las cuales están en proceso de liquidación o enfrentan graves problemas financieros. Esta situación ha generado que grandes cantidades de recursos queden atrapados, impidiendo que los hospitales puedan cubrir sus costos operativos, pagar a su personal y mantener los servicios para los pacientes.

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En la conferencia también expuso que, aunque el primer nivel de atención debería recibir pagos anticipados, la realidad es muy distinta. Las ESE solo logran recaudar, en promedio, el 80% de lo que les corresponde. En los niveles de mayor complejidad, como el segundo y el tercer nivel, las cifras son aún más preocupantes, con una tasa de recaudo que no supera el 60%. Este déficit deja a los hospitales en una situación de vulnerabilidad extrema, sin los recursos suficientes para operar de manera eficiente.

La consecuencia más directa de esta situación es que los servicios de salud se ven comprometidos, con hospitales que no tienen los fondos necesarios para pagar a sus proveedores ni para invertir en mejoras tecnológicas o de infraestructura. Además, el personal de salud, clave para la operación de los hospitales, también se ve afectado, lo que agrava aún más la crisis.

Hacia un modelo de salud integral y territorial

La conferencia subrayó que la solución a la crisis no solo pasa por resolver el problema financiero, sino por transformar el enfoque del sistema de salud. La Dra. Zuluaga enfatizó la importancia de establecer Redes Integradas de Servicios de Salud (RISS) que articulen de manera eficiente tanto al sector público como al privado, permitiendo una atención más integral y equitativa en todo el territorio.

Este modelo se basaría en los Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS), los cuales se convertirían en la puerta de entrada al sistema de salud, garantizando una atención sin barreras, especialmente en las zonas más apartadas del país. Los CAPS serían unidades polifuncionales, con una base territorial sólida, y estarían apoyados por Equipos Territoriales de Salud que tendrían bajo su cargo la atención de la población asignada. De esta manera, se aseguraría un acceso más equitativo y universal a los servicios de salud.

Una de las claves del éxito de este modelo radica en la coordinación público-privada. Actualmente, el sector privado posee el 70.6% de las camas hospitalarias en Colombia, lo que demuestra su rol fundamental en la atención en salud. La Dra. Zuluaga subrayó que cualquier red de atención debe ser integral, es decir, debe contar tanto con el sector público como con el privado para asegurar que todos los ciudadanos tengan acceso a servicios de calidad, independientemente de su lugar de residencia.

El modelo territorial también pone un fuerte énfasis en el fortalecimiento del talento humano y la adecuación de la infraestructura. La Dra. Zuluaga destacó que, para que el sistema funcione, es indispensable contar con un personal de salud adecuado a las necesidades de cada territorio, lo que requiere una política hospitalaria coherente con las realidades de cada región.

Asimismo, la implementación de tecnologías y la modernización de la infraestructura son componentes esenciales para mejorar la capacidad resolutiva de los servicios de salud en zonas de baja complejidad. La idea es que los hospitales y CAPS puedan ofrecer servicios adecuados sin que los pacientes necesiten trasladarse a grandes ciudades, lo que aliviaría la presión sobre los centros urbanos y mejoraría la calidad de vida en las zonas rurales.

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