Cáncer colorrectal: una enfermedad prevenible y tratable

Cáncer colorrectal: una enfermedad prevenible y tratable
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El cáncer colorrectal es una enfermedad común y potencialmente mortal, en la que se multiplican sin control células malignas en el colon o el recto. Aunque es prevenible y tratable, es uno de los cánceres más comunes en todo el mundo y se estima que en 2020 hubo más de 1,9 millones de nuevos casos y 935.000 muertes por esta enfermedad, según la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, desde la Organización Mundial de la Salud. Pese a que, es una enfermedad grave, se ha demostrado que la detección temprana y el tratamiento oportuno mejoran significativamente las posibilidades de supervivencia del paciente.

En este artículo podrás conocer los factores de riesgo, los síntomas, las pruebas de detección y el tratamiento.

Casos en la región

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se estima que en 2020 hubo alrededor de 208.000 nuevos casos en América Latina y el Caribe, y se espera que esta cifra aumente a 278.000 para 2040.

Según reportes de la Cuenta de Alto Costo CAC en Colombia, el cáncer de colon y recto se encuentra entre los 11 tipos de neoplasias priorizadas, siendo éste el tercer tipo de cáncer con mayor cantidad de casos nuevos entre ambos sexos. Con corte al 01 de enero de 2021 se identificaron 31.593 casos de cáncer de colon y recto. En el período comprendido entre el 2 de enero de 2019 y el 1 de enero de 2020, se informaron más de 23.000 casos (invasivos e in situ), de los cuales el 15%, es decir 3.420 fueron casos nuevos y se registró un total de 2.384 fallecimientos.

Precisamente en Colombia, es la segunda causa de muerte por cáncer en hombres y la tercera en mujeres, según cifras del Instituto Nacional de Cancerología. Además, se estima que cada año se diagnostican alrededor de 6,000 nuevos casos de esta enfermedad en el país.

¿Cuáles son los factores de riesgo?

Es importante destacar que existen factores de riesgo para el desarrollo del cáncer colorrectal, incluyendo:

La edad avanzada: El riesgo de desarrollar cáncer colorrectal aumenta a medida que envejecemos. La mayoría de los casos se diagnostican en personas mayores de 50 años.

Antecedentes familiares: Si alguien en su familia ha tenido cáncer colorrectal, es posible que tenga un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

Pólipos intestinales: Los pólipos son crecimientos anormales en el colon o en el recto. Algunos pólipos pueden convertirse en cáncer con el tiempo.

Enfermedades inflamatorias intestinales: Las enfermedades inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, pueden aumentar el riesgo de padecerlo.

Dieta alta en grasas y baja en fibra: Una dieta alta en grasas y baja en fibra puede aumentar el riesgo. Los alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y cereales integrales, pueden ayudar a prevenir la enfermedad.

Inactividad física: La inactividad física puede aumentar el riesgo de cáncer colorrectal. Hacer ejercicio regularmente puede ayudar a prevenir la enfermedad.

Obesidad: La obesidad puede aumentar el riesgo.

Tabaquismo: Fumar aumenta el riesgo de muchos tipos de cáncer, incluyendo el cáncer colorrectal.

Consumo excesivo de alcohol: El consumo excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo.

Síntomas

Los síntomas pueden incluir cambios en los hábitos intestinales sangrado rectal, dolor abdominal, pérdida de peso sin causa aparente y fatiga. Sin embargo, es importante destacar que muchas personas con cáncer colorrectal no presentan síntomas en las primeras etapas de la enfermedad, lo que hace que la detección temprana sea difícil y fundamental.

Detección y diagnóstico

La detección temprana es clave para mejorar el pronóstico y la supervivencia. Es importante hablar con su médico acerca de cuál es la mejor opción de detección para usted. Las pruebas pueden incluir:

Colonoscopia: Una colonoscopia es un examen que permite al médico ver el interior del colon y el recto. Durante el examen, se utiliza un tubo largo y delgado con una cámara en el extremo para examinar el revestimiento del colon y el recto en busca de pólipos o signos de cáncer.

Prueba de sangre oculta en heces: Esta prueba busca sangre en las heces, que puede ser un signo de padecer la enfermedad. Si se detecta sangre en las heces, se realiza una colonoscopia para determinar la causa.

Sigmoidoscopia: La sigmoidoscopia es similar a una colonoscopia, pero sólo examina la parte inferior del colon y el recto.

Si se sospecha la presencia de cáncer colorrectal, se pueden realizar pruebas adicionales, como una tomografía computarizada, una resonancia magnética o una biopsia, para confirmar el diagnóstico y determinar el estadio del cáncer, es decir, dónde se encuentra, su tamaño y hasta donde creció en los tejidos adyacentes, bien sea si se diseminó a los ganglios linfáticos adyacentes o a otras partes del cuerpo (metástasis).

Recientemente, un estudio publicado en la revista científica The Lancet Gastroenterology & Hepatology demostró que la realización de una colonoscopia cada 10 años puede reducir el riesgo de muerte por cáncer colorrectal en un 40%.

Los resultados del estudio, que se llevó a cabo en Estados Unidos, fueron considerados muy alentadores por los especialistas en salud. “Este estudio confirma la importancia de la detección temprana del cáncer colorrectal a través de la colonoscopia. Es una prueba segura y efectiva que puede salvar vidas”, comentó el Dr. Juan Carlos García, gastroenterólogo del Hospital Universitario San Ignacio de Bogotá.

Tratamiento

El tratamiento dependerá del estadio y de otros factores individuales y puede incluir:

Cirugía: La cirugía es el tratamiento principal. Durante la cirugía, se extirpa el tumor y una porción del colon o del recto. En algunos casos, se puede realizar una colostomía, que es una abertura en la pared abdominal a través de la cual se elimina la materia fecal.

○ En caso de que el diagnóstico de cáncer de colon sea temprano y el tumor sea pequeño, existen opciones de tratamiento mínimamente invasivas que pueden ser recomendadas por el médico. Por ejemplo, se puede realizar una polipectomía durante una colonoscopia si el cáncer se encuentra completamente contenido dentro de un pólipo y en una etapa muy temprana.

○ En el caso de pólipos más grandes, se puede realizar una resección endoscópica de mucosa utilizando herramientas especiales para extirpar el pólipo y una pequeña cantidad del revestimiento interno del colon durante la colonoscopia.

○ Si no se puede extirpar el pólipo mediante una colonoscopia, se puede realizar una cirugía laparoscópica. En este procedimiento, el cirujano realiza varias incisiones pequeñas en la pared abdominal para insertar instrumentos con cámaras conectadas que muestran el colon en un monitor. De esta forma, el cirujano puede extirpar el pólipo y tomar muestras de los ganglios linfáticos en el área donde se localiza el cáncer. La cirugía laparoscópica es una opción de tratamiento mínimamente invasiva que puede ser recomendada por el médico en caso de que el cáncer de colon no pueda ser tratado con otras opciones menos invasivas.

Radioterapia: La radioterapia utiliza radiación para destruir las células cancerosas. Puede ser utilizada antes o después de la cirugía.

Quimioterapia: La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas. Puede ser utilizada antes o después de la cirugía.

Terapias dirigidas: Las terapias dirigidas son medicamentos que se dirigen a proteínas específicas en las células cancerosas para detener su crecimiento.

La inmunoterapia: es un tratamiento farmacológico que utiliza el sistema inmunológico del paciente para combatir el cáncer. En algunos casos, las células cancerosas producen proteínas que impiden que las células del sistema inmunológico reconozcan al cáncer, lo que dificulta la respuesta inmunitaria del cuerpo. La inmunoterapia funciona al interferir en este proceso y estimular la respuesta inmunitaria del cuerpo contra las células cancerosas. Por lo general, la inmunoterapia se reserva para el tratamiento del cáncer de colon avanzado. Antes de iniciar el tratamiento, el médico puede solicitar pruebas para determinar si las células cancerosas son susceptibles de responder a la inmunoterapia.

Los cuidados paliativos: son una forma de atención médica especializada que se enfoca en el alivio del dolor y otros síntomas asociados con enfermedades graves. Estos cuidados son proporcionados por un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud especialmente capacitados, quienes trabajan en colaboración con el paciente, su familia y otros médicos para brindar un nivel adicional de apoyo que complementa la atención continua. El objetivo de los cuidados paliativos es mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer y su familia.

Prevención

Se puede reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad mediante la adopción de hábitos de vida saludables, como:

● Una dieta saludable y equilibrada puede ayudar a prevenir esta patología. Se recomienda una dieta rica en fibra y baja en grasas y carnes rojas.

● Hacer ejercicio regularmente.

● Mantener un peso saludable.

No fumar es una de las mejores maneras de prevenir.

● Limitar el consumo de alcohol.

Es importante destacar la importancia de la prevención y detección temprana de esta enfermedad. Los pacientes deben ser conscientes de los factores de riesgo y los síntomas para poder actuar rápidamente y buscar ayuda médica. Las pruebas de detección, como la colonoscopia, son fundamentales para detectar el cáncer en sus etapas iniciales y aumentar las posibilidades de curación. Además, es importante destacar que el tratamiento del cáncer colorrectal es multidisciplinario y debe ser personalizado.

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