Por primera vez en dos décadas, la tasa de mortalidad infantil ha aumentado en Estados Unidos, según datos recientes del gobierno. Un informe publicado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reveló que más de 20,500 bebés murieron en 2022 antes de cumplir 1 año. Esto representa un aumento del 3% respecto al año anterior, con una tasa de 5.6 muertes infantiles por cada 1,000 nacidos vivos.
La salud infantil como indicador de salud pública
“La salud infantil es uno de los indicadores de salud pública más importantes que tenemos”, afirmó Amanda Jean Stevenson, demógrafa y profesora adjunta de sociología en la Universidad de Colorado en Boulder a una cadena de t.v. del país. “El hecho de que las tasas de mortalidad infantil no sigan disminuyendo es un gran problema. Incluso unas tasas de mortalidad infantil estables no son buenas. Necesitamos que estas cifras bajen, y rápido, porque son demasiado altas”.
Desde 1995, la mortalidad infantil en Estados Unidos ha mostrado una tendencia descendente, pero sigue siendo significativamente más alta que en muchas otras naciones desarrolladas. Este aumento reciente pone en evidencia la necesidad urgente de abordar los factores subyacentes que afectan la salud de los recién nacidos.
Principales causas de mortalidad infantil
Las causas principales de mortalidad infantil se mantuvieron sin cambios entre 2021 y 2022. Las malformaciones congénitas provocaron casi el 20% de las muertes, seguidas por trastornos relacionados con una gestación corta y bajo peso al nacer, el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), lesiones no intencionales y complicaciones maternas.
Sin embargo, la tasa de muertes infantiles por complicaciones maternas aumentó un 9% en el mismo período, pasando de unas 30 muertes por cada 100,000 nacidos vivos a más de 33 por cada 100,000. Ninguna de las otras causas principales de muerte infantil aumentó significativamente, según el informe de los CDC.
La salud materna y su impacto
La salud infantil está estrechamente ligada a la salud materna, y Estados Unidos ha luchado durante años con altas tasas de muerte entre mujeres durante el embarazo, el parto o el posparto. La pandemia de COVID-19 ha exacerbado estos problemas. Las infecciones en mujeres embarazadas durante los picos de 2021 podrían haber afectado a los bebés nacidos en 2022. Un estudio a gran escala concluyó que las mujeres embarazadas que contrajeron COVID-19 tenían casi cuatro veces más probabilidades de ser ingresadas en una unidad de cuidados intensivos, 15 veces más probabilidades de ser ventiladas y siete veces más probabilidades de morir.
Además, estas mujeres enfrentaron mayores riesgos de preeclampsia, coágulos sanguíneos y problemas causados por la presión arterial alta. Los bebés nacidos de madres que tuvieron COVID-19 presentaron un mayor riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer.
Desigualdades raciales en la mortalidad infantil
El informe de los CDC también destaca disparidades raciales significativas en la mortalidad infantil. La tasa de mortalidad fue más alta entre los bebés negros en 2022, con casi 11 muertes por cada 1,000 nacidos vivos. La tasa entre los bebés indígenas estadounidenses y nativos de Alaska aumentó más del 20%, alcanzando más de 9 muertes por cada 1,000 nacidos vivos. Aunque la tasa de mortalidad entre los bebés blancos también aumentó, se mantuvo más baja que la de la mayoría de los demás grupos raciales y étnicos, con aproximadamente 4.5 muertes por cada 1,000 nacidos vivos.
Impacto de las restricciones al aborto
Para complicar aún más el panorama de la salud reproductiva, la Corte Suprema de Estados Unidos revocó el derecho federal al aborto en junio de 2022. Investigaciones recientes han establecido conexiones entre la mortalidad infantil y las restricciones al aborto, descubriendo que las muertes infantiles aumentaron en Texas después de que el estado aprobara una ley en septiembre de 2021 que prohibía casi todos los abortos más allá de las seis semanas de embarazo.
Entre los 14 estados que han aprobado prohibiciones casi totales del aborto desde el fallo de la Corte Suprema, todos menos dos tuvieron una tasa de mortalidad infantil superior al promedio en 2022. Esta correlación sugiere que las restricciones al aborto pueden tener un impacto negativo en la salud infantil, exacerbando las tasas de mortalidad en áreas donde las mujeres tienen menos acceso a servicios de salud reproductiva seguros y legales.
