Un estudio publicado en la revista npj Digital Medicine reveló que es posible que dispositivos portátiles y aplicaciones móviles pueden cuantificar la progresión de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) a través de la recopilación de datos activos (encuestas) y pasivos (sensores).
El estudio contó con la participación de 40 adultos ambulatorios con ELA, los cuales tuvieron un seguimiento de 6 meses. Usando su teléfono móvil y un monitor de actividad en la muñeca, se procesaron los datos de las encuestas de la escala de calificación funcional mediante la aplicación Beiwe.
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De acuerdo con la investigación, los desarrollos terapéuticos del ELA se basan en gran medida en las escalas de calificación funcional de ALS revisada – ALSFRS-R, que son administradas por el personal para determinar la eficacia del tratamiento.
Gracias a la recopilación de datos remota y pasiva se obtiene otra vía para el refinamiento de los resultados sin necesidad de los esfuerzos de los pacientes, dado que los dispositivos tienen mediciones motoras y biométricas detalladas, objetivas y casi continuas. Además, permiten la evaluación de dominios funcionales humanos nuevos y anteriormente difíciles de cuantificar.
Se pudo comparar como la versión virtual de la escala funcional de ALS revisada ALSFRS-RSE con su paralela ALSFRS-R, que utiliza al personal médico. También se analizaron 13 medidas de actividad física (AF) para asociarlas a ambas encuestas.
Los investigadores evidenciaron que se encontraron resultados significativos realizando monitoreos menos frecuentes, lo cual apunta a la capacidad de identificar los umbrales de recopilación de datos necesarios para rastrear con precisión el deterioro funcional.
Aunque existieron algunas molestias entre los participantes por diversos motivos asociados al uso de las tecnologías, los investigadores explican que los dispositivos inteligentes permiten un muestreo más frecuente, lo que significa que los ensayos no necesitan inscribir a tantos participantes para saber si una intervención es eficaz.
Asimismo, usar estos métodos de recolección de información remota, biométrica y digital, favorece a la evaluación de las características de las actividades de la vida diaria que no han sido capturadas o que han estado fuera del alcance de las escalas de calificación funcional, como medir el conteo de pasos.
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