Una mujer oriunda de Esperanza (Argentina) podría considerarse como la segunda paciente que logró erradicar el VIH de su organismo de manera natural, sin haberse sometido a un trasplante de células madre. De acuerdo con los investigadores, este caso demostraría que la “cura esterilizante”es un resultado raro pero posible, consecuencia de la infección causada por el virus de la inmunodeficiencia humana. La información sobre este caso se presentó en Annals of Internal Medicine.
Para la ciencia, la “cura esterilizante” se produce cuando se eliminan completamente los provirus competentes para la replicación. Si bien la terapia antirretroviral (TAR) puede suprimir eficazmente la replicación del VIH-1, una cura esterilizante durante la enfermedad natural, se considera un evento sumamente extraño y esquivo para los especialistas.
Antes de esta paciente, la literatura médica documentó otros dos que parecieron eliminar el virus. Pero en estos casos, ambos individuos se sometieron a una sustitución completa del sistema inmunitario mediante un trasplante de células madre: el paciente de Berlín, Timothy Ray Brown, y el paciente de Londres. Otro de los casos con resultados similares fue el de un hombre de Brasil, cuya carga viral parecía indetectable tras recibir un tratamiento antirretroviral intensificado más un suplemento de vitamina B3.
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Pero, el año pasado se marcó un nuevo hito cuando se hizo público el caso de Loreen Willenberg, mujer residente en California e infectada con el virus durante 27 años. Esta fue la primera paciente documentada como ‘curada del VIH’, ya que no se detectaron réplicas del patógeno en su sistema y tampoco fue sometida a un trasplante de células madre. Hoy por hoy, Willenberg hace parte de los pacientes conocidos como ‘controladores de élite, es decir, el 1% de las personas con el virus que puede mantenerlo controlado sin requerir tratamiento médico.
Aunque los ‘controladores de élite’ pueden evitar la expansión del VIH en el organismo, sus sistemas inmunitarios no pueden organizar el ataque inmune necesario para eliminar toda la replicación del virus. Sin embargo, se logra controlar al patógeno sin afectar a los reservorios donde el virus continúa haciendo copias de sí mismo para, eventualmente, propagarse.
De acuerdo con los registros médicos -y como se documenta en Medscape-, la Paciente de Esperanza y Willenberg están fuera de todo lo conocido hasta ahora. Según los estudios clínicos, aparentemente sus sistemas inmunitarios no solo han detenido la replicación del VIH fuera de los reservorios: las células también han atacado los reservorios y eliminado los virus que podrían haberse replicado.
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Mutación genética, la clave en la eliminación natural del VIH
La Paciente de Esperanza es una mujer de 30 años, diagnosticada con VIH en 2013. Desde entonces, transcurrieron siete años en los que no se detectó carga viral en su sistema, sin que ella se sometiera a tratamiento antirretroviral para reducir la propagación del virus. La mujer solo recibió tratamiento durante 6 meses, durante el periodo gestacional de su único hijo. El bebé nació sano y sin rastros de VIH. Como se indica en el artículo, los investigadores analizaron más de mil millones de células T – CD4+ de la paciente, sin encontrar evidencia de partículas virales de VIH-1 competentes para la replicación.
Lo que en realidad motivó la investigación fueron los rastros de VIH detectado en el organismo de la mujer, pues los investigadores querían saber si eran réplicas o reliquias del virus cuando contrajo la infección. Se analizaron muestras de sangre tomadas entre 2017 y 2020, así como de las células de la placenta. Además, se hizo un análisis viral completo con pruebas de detección más sensibles en el laboratorio, en el que aislaron las células inmunitarias de la Paciente de Esperanza y las sometieron al VIH en el laboratorio para ver si las células podían detectar y eliminar el virus. Previamente confirmaron que la paciente no tomaba antirretrovirales y que no había rastro de ellos en su sistema.
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De acuerdo con la publicación, su recuento de CD4 rondaba las 1.000 células, un signo de que el sistema inmunitario funcionaba. Sin embargo, secuencias de ADN revelaron que faltaban espacios grandes y que una secuencia en particular presentaba una hipermutación inducida por el sistema inmunitario. En total, se encontraron siete provirus, pero ninguno era capaz de replicarse y las células CD4 que evaluaron no mostraban evidencia de VIH latente. Para los investigadores, se trata de registros fósiles del VIH en la paciente.
“En conjunto, nuestros resultados plantean la posibilidad de que una cura esterilizante de la infección por VIH-1, definida por la ausencia de provirus intactos detectables del VIH-1, sea un resultado clínico extremadamente raro pero posible”, indica el Dr. Xu Yu, líder de la investigación y los colegas que participaron en el estudio.
En el artículo, los invetsigadores señalan que la cura espontánea de la mujer argentina propone un nuevo camino en la investigación del VIH, ya que los estudios muestran una seroconversión completa; es decir, cuando la paciente contraía VIH, la infección se detenía de inmediato, resultado de mutaciones genéticas condicionadas -en parte- por su sistema inmunológico.
“Estos productos de ADN del VIH-1 indican claramente que esta persona estuvo infectada por el VIH-1 en el pasado y que en algún momento se produjeron ciclos activos de replicación viral”, se puede leer en el artículo.
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