El sistema de salud en Colombia enfrenta una transformación profunda, marcada por la necesidad de mayor transparencia financiera, sostenibilidad y efectividad en el aseguramiento. Con millones de colombianos afectados, las intervenciones en EPS como Nueva EPS y Savia Salud buscan resolver fallas estructurales. Pero el verdadero desafío radica en implementar cambios que se traduzcan en atención de calidad y resultados sostenibles para los pacientes
Estados financieros y UPC: las cifras que definen el futuro de la salud
Uno de los temas más recurrentes en estas discusiones es la suficiencia de la Unidad de Pago por Capitación (UPC). Mientras algunos argumentan que la UPC es suficiente si no existieran desvíos por corrupción, otros señalan que el aumento de costos, la ineficiencia en la gestión y la falta de ajustes estructurales han creado un déficit insostenible. Este debate es crítico, pues pone en evidencia una verdad incómoda: la falta de transparencia financiera ha sido el talón de Aquiles del sistema.
La intervención de EPS como la Nueva EPS (NEPS) ha destapado un panorama alarmante. Informes de “pasivos ocultos”, facturas represadas y reservas técnicas insuficientes cuestionan la capacidad de los interventores para manejar la crisis financiera. El cambio de liderazgos dentro de las EPS intervenidas ha sido interpretado por algunos como una medida política, mientras otros lo ven como una necesidad estratégica para enfrentar un problema estructural.
La corrupción: un flagelo transversal
El consenso dentro del grupo es claro: la corrupción es un cáncer que afecta transversalmente a todo el sistema. Desde la contratación privilegiada con IPS hasta la manipulación de estados financieros, las irregularidades no son excepciones sino parte de un sistema que ha permitido su proliferación. Como lo expresó un reconocido actor del sistema de salud: “El dinero de la UPC alcanza si nadie se lo roba”. Este mensaje es tan potente como esperanzador, pero ¿es viable desmantelar redes de corrupción tan profundamente arraigadas?
Las coimas en la relación EPS-IPS y las deficiencias en la regulación de la integración vertical han creado un entorno donde el interés personal se ha impuesto al bienestar público. Para reducir este flagelo, es fundamental separar las funciones de gestión financiera de las de auditoría, implementar mecanismos de control estrictos y judicializar a los responsables de estas prácticas.
Liderazgo en las EPS: el equilibrio entre salud y finanzas
El perfil de los interventores y directores de las EPS intervenidas también es motivo de intenso debate. Mientras algunos consideran esencial tener expertos en salud pública y gestión médica, otros insisten en la necesidad de gerentes con experiencia financiera y administrativa. Este dilema plantea una reflexión sobre el tipo de liderazgo que el sistema necesita: ¿es posible combinar ambas competencias o se requiere un equipo multidisciplinario para enfrentar desafíos tan complejos?
La realidad es que un enfoque integral es indispensable. La combinación de liderazgo técnico-científico con un robusto manejo financiero puede ser la clave para garantizar sostenibilidad y eficiencia. Sin embargo, el sector enfrenta un obstáculo adicional: el “factor político”, que parece influir significativamente en las designaciones y decisiones estratégicas.
Para liquidar una EPS en crisis, es esencial tener conocimiento financiero profundo. Sin embargo, rescatarla y garantizar su sostenibilidad requiere habilidades en gestión de riesgo en salud, contratación, estrategia competitiva, negociación y tecnología médica. Estas capacidades no solo deben complementarse con una visión estratégica, sino también con un equipo que garantice la integridad en la toma de decisiones.
Lecciones para un sistema de salud más transparente y sostenible
Las lecciones que emergen de estas conversaciones son valiosas no solo para el sector salud, sino para la administración pública en general:
- Transparencia y certificación de información financiera: La implementación de auditorías independientes, con participación de firmas de renombre y expertos forenses, debe ser prioritaria para garantizar la integridad de los estados financieros.
- Separación de funciones críticas: Es crucial que las EPS separen la gestión administrativa de la función de auditoría para evitar conflictos de interés y fortalecer los mecanismos de control.
- Fortalecimiento del gobierno corporativo: La composición de las juntas directivas y los equipos gerenciales debe basarse en competencias técnicas y no en cuotas políticas.
- Participación ciudadana y rendición de cuentas: Involucrar a la sociedad civil y a los usuarios en la vigilancia y evaluación del sistema es esencial para legitimar cualquier reforma.
Un llamado a la acción:
Como CEO de Consultorsalud, insto a los actores del sector a ver más allá de los síntomas y abordar las causas profundas de la crisis. La reforma a la salud, cualquiera que sea su enfoque final, debe priorizar la transparencia, la eficiencia y la sostenibilidad. Los liderazgos deben estar comprometidos con estos principios, y los recursos, en especial los destinados a la UPC, deben ser utilizados con estricta responsabilidad.
El barco de la salud está en aguas turbulentas, pero todavía podemos evitar el naufragio. Es urgente implementar un plan de choque inmediato, independiente de los proyectos de ley en curso, para inyectar recursos que garanticen liquidez, confianza y acceso a servicios de calidad. Los pacientes no pueden seguir esperando; es momento de priorizar acciones concretas que aseguren su bienestar
El diálogo es el primer paso, pero debe ir acompañado de decisiones valientes y una implementación rigurosa. Solo así será posible garantizar un sistema de salud que cumpla con su propósito esencial: brindar bienestar a todos los colombianos.
¿Qué estrategias considera más efectivas para enfrentar estos desafíos? En Consultorsalud creemos que la discusión informada y la acción concertada son el primer paso para construir un sistema de salud más sólido y justo. ¡Te invitamos a compartir tus opiniones!