Investigadores de la Universidad de Stanford en Estados Unidos están desarrollando un método capaz de reducir o eliminar potencialmente las cicatrices de la piel, el hallazgo se dio tras evidenciar el papel protagónico de las células de los fibroblastos dérmicos en la aparición de las cicatrices en ratones.
Los hallazgos de la investigación publicados en la revista “Science” destacan que al impedir que este tipo de células expresen el factor de transcripción Engrailed-1 (En-1), se reprogramaron y adoptaron la capacidad de regenerar la piel herida, e incluso fueron capaces de restaurar folículos pilosos y glándulas sudoríparas que no reaparecen en el tejido cicatrizado.
Sin embargo, las pruebas hasta ahora se han hecho solamente en modelos animales, pero con un mayor estudio, desarrollo y ensayo este descubrimiento podría llevar a nuevas terapias que minimicen o eliminen completamente las cicatrices en seres humanos.
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¿Cómo funciona el método para reducir las cicatrices?
Es preciso decir, que las células de fibroblastos que expresan En-1 -denominadas fibroblastos de linaje positivo Engrailed-1 (EPF)- han estado implicadas en la formación de cicatrices, pero no se tiene certeza de los mecanismos subyacentes exactos para la formación de las mismas.
Durante el estudio el equipo pudo observar que las células progenitoras de los EPF no expresan En-1 en ratones bebés, pero si son completamente funcionales en ratones adultos. Las EPS son una característica conocida de las heridas cutáneas en mamíferos adultos por lo que el equipo quiso indagar si los EPF proliferan en los mamíferos a medida que envejecen o si trabajan de manera localizada en los sitios donde se presentan nuevas heridas.
Con este fin, los investigadores establecieron una serie de experimentos de trasplante celular y rastreo genético para explorar la expresión de En-1 en la piel de ratones heridos y encontraron un tipo de célula denominada fibroblasto de linaje negativo Engrailed-1 (ENFs), pero esta no se expresa En-1.
“Las señales mecánicas activan la vía canónica de la proteína asociada al sí (YAP) en las células ENF, lo que a su vez hace que las células empiecen a expresar En-1, completando su transformación en células EPF promotoras de cicatrices“, explica el estudio.
Cuando se bloque la vía YAP (administrando verteporfina) o eliminando el gen, las células mantuvieron su identidad ENF, y reconstruyeron la piel herida, regenerando glándulas y folículos. “La cicatrización de los tejidos es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en todo el mundo. Los hallazgos son, pues, muy prometedores no sólo para las terapias contra las cicatrices, sino también para la activación simultánea de las propiedades regenerativas de la piel” concluyen los expertos.