El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas emitió una alarma global. En un mundo ya afectado por una serie de desafíos, la organización humanitaria galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2020 advierte que cualquier recorte del 1% en los fondos destinados a la ayuda alimentaria podría llevar a 400,000 personas al borde de la hambruna. Este llamado de atención se produce en un momento en que el PMA se enfrenta a un déficit de financiación del 60%, su nivel más alto en la historia, lo que amenaza con desencadenar una crisis de hambre sin precedentes.
El PMA bajo presión financiera:
El Programa Mundial de Alimentos ha sido un pilar fundamental en la lucha contra el hambre en todo el mundo, proporcionando alimentos esenciales a millones de personas en situaciones de emergencia y necesidad. Sin embargo, la reciente caída en la financiación humanitaria internacional ha dejado a esta organización vital en una situación crítica. El déficit de financiación del 60% que enfrentan este año se ha convertido en un obstáculo insuperable para llevar a cabo sus operaciones de manera efectiva.
Según las advertencias del PMA, si no se toman medidas urgentes para abordar esta crisis de financiación, otras 24 millones de personas podrían sumirse en la hambruna de emergencia en los próximos 12 meses. Esto representaría un aumento del 50% en el número de personas que luchan por encontrar suficiente comida para sobrevivir, en comparación con la situación actual.
La directora ejecutiva del PMA, Cindy McCain, no ha dudado en señalar las graves consecuencias que podrían surgir si no se recibe el apoyo necesario. McCain advierte que la falta de acción podría conducir a un aumento en la inestabilidad global, ya que la hambruna no solo amenaza vidas, sino que también socava la paz y la seguridad en todo el mundo. “O avivamos las llamas de la inestabilidad mundial, o trabajamos rápidamente para apagar el fuego”, advierte con urgencia.
Operaciones afectadas en múltiples regiones
El impacto de esta crisis de financiación se siente en todo el mundo, con disminuciones significativas en las operaciones del PMA en países como Afganistán, Bangladesh, República Democrática del Congo, Haití, Jordania, Palestina, Sudán del Sur, Somalia y Siria. Estos recortes amenazan directamente a las comunidades que ya están luchando contra la adversidad y pueden agravar aún más su situación.
La advertencia del Programa Mundial de Alimentos es un grito de alarma. La hambruna no es solo una crisis humanitaria, sino también una amenaza para la paz y la estabilidad en todo el mundo. Se espera que la comunidad internacional actúe y tome medidas de manera rápida y decidida para evitar que esta crisis de financiación empuje a millones de personas al borde del abismo del hambre.
