En el informe 2022 West Health-Gallup Healthcare in America se pidió a una muestra representativa a nivel nacional, para que más de 5.000 estadounidenses que dieran una calificación con letras (A-excelente, B-buena, C-satisfactoria, D-pobre y F-fracaso) al sistema de salud en general y que dieran calificaciones individuales a la asequibilidad, equidad, accesibilidad y calidad de la atención en Estados Unidos.
En todos los ámbitos evaluados, las calificaciones positivas (altas) fueron escasas, destacan los analistas, teniendo como nota promedio C-menos. De acuerdo con los resultados, las mujeres, hispanoamericanos y asiáticos otorgaron las valoraciones más negativas, ya que aproximadamente la mitad de cada grupo le asignó una calificación de D o F, en comparación con el 40% de los hombres y el 43% de los afroamericanos, por ejemplo.
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Además, en el grupo de áreas evaluadas, no resulta sorprendente que la peor calificada fue la asequibilidad en el sistema de salud. Una tercera parte de los encuestados -cerca de 190 millones de personas- considera que no merecía más que una D, (41%) o una F (33%), con una calificación media de D-. Cabe anotar que la nefasta percepción sobre este tema fue bastante similar en diferentes grupos poblacionales, ingresos de los núcleos familiares e incluso, percepción política.
Con seguridad, según los analistas encargados del estudio, el descontento de la población con el sistema de salud se deriva de los altos costos médicos, la necesidad de recurrir a préstamos financieros para pagar sus tratamientos o simplemente, suspender el acceso a los servicios médicos debido al alto costo que suponen.
En esta investigación, casi uno de cada cinco estadounidenses afirmó que su problema de salud o el de un miembro de su familia empeoró tras no poder pagar la atención necesaria, y se calcula que 70 millones de personas (27%) afirman que, si necesitaran una atención de calidad hoy, no podrían pagarla.
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“Este nuevo informe debería enviar un fuerte mensaje a los responsables políticos de que, a pesar de las disposiciones sobre atención sanitaria de la Ley de Reducción de la Inflación, la mayoría de las cuales no entrarán en vigor hasta dentro de algún tiempo, todavía hay trabajo inmediato que hacer para reducir los precios de la atención sanitaria”, mencionó Timothy A. Lash, Presidente de West Health.
La calidad en la asistencia sanitaria fue el único aspecto calificado positivamente, aunque su nota promedio fue C- (justo en el centro de la escala de valoración). Menos de la mitad (47%) le dio una calificación de A o B, pero surgió una importante división de género, con las mujeres mucho menos propensas a dar altas calificaciones a la calidad que los hombres (38% frente al 57%).
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Datos relevantes sobre la percepción del sistema de salud en Estados Unidos
- A dos de cada tres estadounidenses menores de 65 años les preocupa que Medicare no exista cuando ellos cumplan 65 años, y 3 de cada 4 adultos de 62 años o menos dicen lo mismo sobre la Seguridad Social.
- Las personas de entre 50 y 64 años tienen casi el doble de probabilidades de decir que el coste es extremadamente importante que los mayores de 65 años (29% frente al 16%), tasas que son incluso más altas para grupos poblacionales de distintos orígenes étnicos (afroamericanos o con ascendencia latinoamericana).
- El 66% de los estadounidenses afirma que su hogar paga demasiado en relación con la calidad de la atención que recibe, lo que supone un aumento de seis puntos respecto a abril del año pasado.
- La mitad del país, unos 129 millones de personas, no confían en poder pagar la asistencia sanitaria a medida que envejecen, una de las grandes inquietudes sobre el futuro del sistema de salud.
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