El Ministerio de Salud de Perú (MINSA) dio a conocer los grandes avances en la atención médica no presencial en ese país. Este hecho se considera un hito en el país latinoamericano puesto que las poblaciones vulnerables tienen grandes barreras de acceso a la salud, educación, entre otros aspectos. Los obstáculos afectan de manera especial a la población indígena, un porcentaje importante que habita en zonas apartadas.
En total se cuentan 20’178.882 consultas desde diversas herramientas de telemedicina: teleconsulta, la teleinterconsulta, el telemonitoreo y la teleorientación que han beneficiado a dos millones de personas. Debe tenerse presente que al comienzo de la crisis sanitaria, 8 de cada 10 establecimientos hospitalarios no tenían servicio de internet.
Según las estadísticas presentadas por el MINSA, las atenciones realizadas a través de los canales digitales pasaron de 350 a 22.000 en el ámbito nacional. Estas consultas son gestionadas por más de 2.500 establecimientos de la Red Nacional de Telesalud (RNT) que continúa en aumento. Tan solo en mayo se integraron 42 establecimientos de salud del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) se integraron a esta red para que las personas con privación de la libertad pudieran beneficiarse de la atención oportuna en salud con la telemedicina y la telesalud.
Cabe destacar que en Perú, el personal de salud que labora en las penitenciarías podrá contactarse directamente con especialistas del MINSA mediante salas zoom. El propósito de esta alianza es que 59.000 reos con enfermedades crónicas reciban atención de calidad, oportuna y tengan un mejor control de sus tratamientos gracias a la tecnología. Desde el MINSA también se indicó que 28 de los nuevos centros incorporados a la RNT, se encontrarán en las Inversiones de Optimización, Ampliación Marginal, Rehabilitación y Reposición (IOARR), con el objetivo de ser fortalecidas con equipamiento tecnológico y biomédico para la sostenibilidad de la Telesalud en otras jurisdicciones.
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La atención en salud en Perú necesita un giro total
El 2020 se declaró como “El año de la universalización de la salud”, como fórmula para que las atenciones médicas no cesaran en la pandemia. Sin embargo, es tal la fragmentación del sistema de salud peruano que miles de personas han quedado endeudadas por los tratamientos covid-19 o para otras enfermedades que no han podido costear. Expertos en salud pública de Latinoamérica y de ese país han recomendado mejorar el primer nivel de atención, puesto que aunque se cuentan 7.000 centros locales, el 70% u 80% no cumplen con las funciones básicas de atención.
Según estadísticas del MINSA, 1 de cada 2 hospitales de primer nivel no tiene especialistas y 8 de 10 tienen infraestructuras inadecuadas para la prestación de servicios de salud. A lo anterior debe sumarse la falla en la entrega de medicamentos, pues estadísticas nacionales indican que el 43% de peruanos debe adquirir los fármacos en droguerías privadas; lo que implica un costo elevado en los tratamientos para la población.
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