La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha convocado al Comité de Emergencias a una reunión el próximo 23 de junio, según información presentada por las Naciones Unidas. El propósito de este encuentro es analizar el comportamiento de la viruela del mono y definir si la enfermedad constituye una emergencia internacional.
Si se determina que la viruela del mono representa una emergencia de salud pública de interés internacional, se aplicará el nivel más elevado de alertas sanitarias vigentes en el reglamento actual, como sucede con el covid-19 y la poliomielitis. Para el director de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, el mundo está en un momento crucial para implementar estrategias y las respuestas para reducir los casos de viruela símica. “También es esencial aumentar la concienciación sobre los riesgos y las acciones para reducir la transmisión en los grupos de mayor riesgo, incluidos los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y sus contactos cercanos”.
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Las últimas cifras presentadas por la autoridad sanitaria dan cuenta de más de 1.600 casos confirmados y 1.500 casos sospechosos en 39 países; en 7 de ellos, la enfermedad ha sido detectada regularmente en los últimos años mientras que en los 32 restantes constituye un nuevo problema de salud pública. En estos territorios se han contabilizado 72 muertes como consecuencia de este tipo de viruela, únicamente en aquellas naciones donde la viruela del mono es endémica.
A pesar de que la tendencia sigue en aumento, por ahora no se contempla la vacunación masiva para contener el brote global. Según las directrices actualizadas para la vacunación e inmunización, “las decisiones sobre el uso de las vacunas contra la viruela o la viruela del mono deben basarse en una evaluación completa de los riesgos y los beneficios en cada caso”.
Por ejemplo, la profilaxis previa a la exposición (PrEP) se aconseja para los trabajadores sanitarios de riesgo, el personal de laboratorio que trabaje con ortopoxvirus, el personal de laboratorio clínico que realice pruebas de diagnóstico de la viruela del mono y otros grupos de individuos que puedan encontrarse en riesgo. Para los contactos cercanos de casos confirmados, la OMS recomienta la profilaxis postexposición (PEP), con una vacuna de segunda o tercera generación, dentro de los cuatro días siguientes a la primera exposición para prevenir el desarrollo de la patología.
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En caso de que se establezcan programas de vacunación dirigidos a la viruela símica, la organización sanitaria resaltó la importancia de otras medidas de acompañamiento como la vigilancia exhaustiva, tanto a nivel de contactos como farmacológico, y la difusión de campañas informativas sobre la enfermedad, explicando el nivel de riesgo, los síntomas típicos y las recomendaciones para evitar los contagios.
Por último, se conoció que durante el encuentro también se revisará la posibilidad de cambio de nombre de este tipo de viruela y sus variantes, así como la creación de un mecanismo que facilite la distribución de vacunas contra la enfermedad hacia los países de baja renta.
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La viruela del mono no es la única prioridad de la OMS, casos de covid-19 aún preocupan
El pasado 14 de junio durante una rueda de prensa, la OMS presentó datos actualizados sobre la situación del covid-19 en el mundo. Hasta la fecha, se registra una tendencia a la baja en los contagios y fallecimientos asociados a la enfermedad en más de un 90%, comparado con los máximos alcanzados en los momentos más críticos. Sin embargo, durante la semana se registraron más de 3 millones de diagnósticos y 8737 muertes.
“No hay un nivel aceptable de muertes por COVID-19, cuando tenemos las herramientas para prevenir, detectar y tratar esta enfermedad. Muchos de los que vivimos en países de renta alta tenemos fácil acceso a estas herramientas. Ahora las damos por sentado pero para muchas personas de todo el mundo, estas herramientas siguen siendo un bien escaso”, aseguró el director de la OMS.
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En ese sentido, el funcionario también llamó la atención a los gobiernos, integrantes de la industria farmacéutica y otros actores para vincularse con el programa de excepción de patentes. El Fondo Común de Acceso a la Tecnología COVID-19 (C-TAP) fue diseñado para incentivar el intercambio de propiedad intelectual, conocimientos técnicos y datos que contribuyan a un mejor conocimiento y manejo de esta enfermedad.
Aunque las licencias recibidas para pruebas, vacunas y terapias demuestran que el mecanismo funciona, el representante de la OMS señaló que solo los institutos de investigación gubernamentales hacen parte del proyecto y que ningún fabricante ha aportado una sola licencia. “Esto pone de manifiesto por qué el mundo necesita un mecanismo más eficaz para compartir las licencias en caso de emergencia, y por qué los gobiernos que financian tanta investigación deben conservar los derechos de licencia de los productos que se necesitan en situaciones de emergencia“, señaló el Dr. Tedros Adhanom.
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