En varios países de África incluido Senegal, la mutilación genital femenina (MGF) continúa siendo un desafío persistente que afecta a millones de niñas y mujeres. Aunque el país ha tomado medidas significativas para abordar esta práctica Internacionalmente reconocida como dañina y una violación grave de los derechos humanos, aún queda mucho por hacer para lograr un cambio duradero.
La mutilación genital femenina es cualquier procedimiento que implique la alteración, lesión o extirpación parcial o total de los genitales externos de la mujer, se realiza por razones no médicas principalmente, siendo sus causas cuestiones culturales y sociales, asociadas a la feminidad y recato, sin embargo, no tiene ningún beneficio para la salud, causando múltiples daños tanto físicos como mentales.
Según la Encuesta Demográfica de Salud de 2019, casi dos millones de niñas y mujeres en Senegal han sido sometidas a la MGF. La mayoría de estas circuncisiones ocurren en niñas menores de cinco años, y ocasionalmente en niñas mayores de 10. El país se encuentra entre los 26 de la región africana donde esta práctica es común.
En respuesta a esta alarmante realidad, el gobierno senegalés ha adoptado la Estrategia Nacional para la Eliminación de la MGF (2022-2030) y cuenta con el respaldo del Código Penal, que penaliza la MGF desde 1999. Estas medidas promueven la lucha del país contra esta práctica perjudicial.
Medidas para la erradicación de la mutilación genital femenina
Además del gobierno, la sociedad civil senegalesa también desempeña un papel fundamental en la erradicación de la MGF. En Kolda, una de las ciudades del país, se estableció el Centro de Asesoramiento para Adolescentes, con el objetivo de abordar cuestiones relacionadas con la salud reproductiva, la violencia de género y la mutilación genital femenina entre adolescentes. Este centro brinda apoyo psicológico a las víctimas y ayudó a 96 mujeres en 2023, tratando casos de embarazo en menores de edad, violencia de género y los impactos físicos y psicológicos de la MGF.
Babacar Sy, coordinador del centro, destaca la importancia de abordar las consecuencias físicas y psicológicas de la mutilación, ya que algunas víctimas incluso llegan a fallecer debido a hemorragias, infecciones y sufrimiento psicológico. El centro organiza diálogos comunitarios e intergeneracionales para fomentar el abandono de esta práctica, examinando tanto argumentos religiosos como médicos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también está comprometida en esta lucha. En colaboración con la región de África, brinda apoyo a Senegal y otros países de alto riesgo al desarrollar políticas, estrategias y evidencia científica para concienciar sobre las consecuencias de la MGF. Además, proporciona directrices y herramientas de capacitación para los trabajadores de la salud, con el objetivo de ofrecer una atención adecuada a las víctimas.
Erradicación de la MGF dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
A pesar de los esfuerzos realizados, es necesario mantener la vigilancia y el compromiso en la lucha contra la MGF. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecen la meta de erradicar la MGF para 2030, pero las tendencias actuales sugieren que Senegal aún tiene un largo camino por recorrer. Para el cumplimiento de estos, el programa mundial para acelerar la eliminación de la MGF está dirigido por el Fondo de Población de las Naciones Unidas y UNICEF, centrándose principalmente en 17 países africanos y está vigente desde el 2008.
De acuerdo con UNICEF en el 2024 en el mundo hay más de 200 millones de niñas y mujeres supervivientes de la MGF; casi 4,4 millones de ellas corren el riesgo de sufrir el procedimiento, lo que sería una cifra diaria de 12.000 niñas. Una de cada cuatro supervivientes sufrió MGF a manos de un trabajador sanitario. Sin embargo, hoy en día las niñas tienen un tercio menos de probabilidad de ser sometidas, que hace 30 años, pero, se debe avanzar 10 meses más rápido para cumplir con el ODS para el 2030. UD$1.400 millones de dólares al año cuesta la atención sanitaria a las víctimas.
