Lo que debes saber sobre miopía e hipermetropía

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Miopía

La miopía es una afección visual muy común que afecta a muchas personas en todo el mundo. Se caracteriza por la capacidad de ver objetos cercanos con claridad, mientras que los objetos lejanos aparecen borrosos. Esto ocurre debido a una incorrecta refracción de los rayos de luz en el ojo, lo que hace que se enfoquen delante de la retina en lugar de en ella.

Aunque la miopía puede ocurrir en cualquier momento de la vida, suele desarrollarse durante la infancia y la adolescencia, estabilizándose generalmente entre los 20 y los 40 años. La herencia juega un papel importante en su aparición, por lo que, si alguno de los padres tiene miopía, es más probable que también la desarrolle el hijo.

Síntomas de miopía

Los síntomas de la miopía pueden incluir visión borrosa al mirar objetos lejanos, necesidad de entrecerrar los ojos para ver con claridad, dolores de cabeza y fatiga ocular. Los niños pueden tener dificultades para ver pizarras o proyecciones en clase, mientras que los adultos pueden tener problemas para leer señales en la calle o letreros en las tiendas. Además, algunas personas con esta afección pueden experimentar visión borrosa en condiciones de poca luz, como al conducir de noche.

Un examen de los ojos puede confirmar el diagnóstico. En la mayoría de los casos, la visión borrosa se puede corregir mediante el uso de anteojos, lentes de contacto o cirugía refractiva.

Es crucial realizar exámenes oculares periódicos, especialmente en niños y adolescentes, ya que pueden no ser conscientes de los problemas de visión o de los cambios que ocurren gradualmente. La American Academy of Ophthalmology recomienda exámenes regulares de los ojos, al menos una vez entre los 3 y 5 años, durante el jardín de infantes y al final la secundaria como mínimo.

En la edad adulta se deberían realizar los exámenes pertinentes una vez entre 20 y 29 años, dos entre los 30 y 39, entre dos y cuatro entre los 40 y 54 años, de una a tres veces entre los 55 y 64 años y de una a dos veces después de los 65 años. Si se cuenta con alguna patología como diabetes o antecedentes familiares con enfermedades cardíacas o vasculares se deben hacer con una mayor periocidad.

Posibles causas y factores de riesgo de la miopía

El ojo consta de dos partes principales responsables de enfocar las imágenes: La córnea, es una superficie transparente con forma de domo que se encuentra en la parte frontal del ojo. El cristalino, es una estructura transparente de forma redondeada con aproximadamente 1 centímetro de tamaño.

Para poder ver, la luz debe pasar a través de la córnea y el cristalino. Estas dos estructuras refractan o cambian la dirección de la luz para que se enfoque directamente en los tejidos nerviosos de la retina en la parte posterior del ojo. Estos tejidos convierten la luz en señales que se envían al cerebro, permitiéndote percibir imágenes.

Los errores de refracción, como la miopía, ocurren cuando la luz que pasa por el ojo no se enfoca correctamente debido a la forma o el estado de la córnea o del ojo en sí.

La miopía generalmente se debe a que el ojo es demasiado largo o tiene una forma ovalada en lugar de redonda. También puede ser causada por una curva demasiado pronunciada en la córnea. Estos cambios hacen que los rayos de luz se enfoquen delante de la retina y se crucen. Como resultado, los mensajes enviados desde la retina al cerebro se perciben borrosos.

Además, es importante tener en cuenta los factores de riesgo asociados con la miopía, como la genética, actividades prolongadas que requieren visión de cerca, alto tiempo frente a pantallas y pasar poco tiempo al aire libre. Estos factores pueden aumentar la probabilidad de desarrollar miopía.

La miopía no tratada puede tener complicaciones que van desde dificultades académicas y una reducción en la calidad de vida hasta problemas oculares graves, como desprendimiento de retina, glaucoma y cataratas. Por lo tanto, es fundamental recibir un tratamiento adecuado y realizar un seguimiento regular para detectar cualquier complicación.

Hipermetropía

Por su parte la hipermetropía también es un trastorno común de la vista la diferencia es que, con esta condición, se pueden ver objetos distantes con claridad, pero los objetos cercanos pueden parecer borrosos. Esto puede afectar la capacidad de enfoque y dificultar ciertas actividades cotidianas, como leer o trabajar en la computadora.

Esta condición generalmente se presenta desde el nacimiento y tiende a ser hereditaria. Sin embargo, puede corregirse fácilmente con el uso de anteojos o lentes de contacto. En casos más graves, la cirugía también puede ser una opción de tratamiento.

Síntomas de la hipermetropía

Algunos de los síntomas comunes más incluyen visión borrosa de objetos cercanos, necesidad de entrecerrar los ojos para ver con claridad, fatiga ocular y malestar general en los ojos.

Al igual que con la miopía La American Academy of Ophthalmology recomienda exámenes periódicos de la vista para detectar problemas oculares.

¿Cuándo se produce la hipermetropía?

La hipermetropía se produce cuando el globo ocular es más corto de lo normal o cuando la córnea no está lo suficientemente curvada. Esto provoca un error de refracción en el ojo, lo que dificulta el enfoque adecuado de la luz y causa visión borrosa de objetos cercanos.

Es importante corregirla, ya que puede estar asociada con complicaciones como ojos cruzados, fatiga ocular, disminución de la calidad de vida y seguridad comprometida. Además, no hacerlo puede tener un impacto financiero debido al costo de los tratamientos y exámenes oculares.

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