La encefalitis es el término médico para nombrar a la inflamación del parénquima cerebral. Esta alteración no tiene una causa única, se asocia a múltiples factores, incluyendo infecciones virales, bacterianas o autoinmunes; en todos los casos se requiere tratamiento oportuno, pues las consecuencias pueden ser irreversibles a largo plazo o incluso, causar la muerte de la persona afectada.
¿Cómo se clasifica la encefalitis?
Hasta la fecha, los casos de encefalitis se subdividen según su causa en dos grandes grupos: encefalitis infecciosa y encefalitis autoinmune. No obstante, en la mitad de las personas con esta afección, no se logra detectar con exactitud su origen.
Encefalitis infecciosa: definición y síntomas
La encefalitis infecciosa se produce por la invasión y replicación de agentes infecciosos en el cerebro, como virus, bacterias, hongos o parásitos. En estos casos, se genera una inflamación aguda del tejido cerebral, como respuesta del sistema inmunológico a los agentes patógenos que ingresan al organismo. Sin embargo, si el agente causante se propaga a estructuras cercanas, como las meninges o la médula espinal, es posible que se desarrollen cuadros clínicos mixtos de meningoencefalitis o encefalomielitis.
Los síntomas más comunes de la encefalitis infecciosa son: dolor de cabeza severo, apatía, rigidez en el cuello, sensibilidad a la luz (fotofobia), cambios en la coordinación de movimientos, náuseas y vómitos. Si se trata de casos severos, se pueden presentar convulsiones, parálisis en brazos y piernas, dificultades para hablar o comunicarse, pérdida de la conciencia.
Encefalitis autoinmune: una categoría que reúne varios trastornos
Pero, en la encefalitis autoinmune, como en otras enfermedades de este tipo, el organismo se ataca a sí mismo. Es decir, las células del sistema inmunológico atacan equivocadamente a las células del cerebro o generan otros mecanismos negativos al sistema nervioso central (SNC), como la producción de anticuerpos hacia receptores cerebrales. Cabe anotar que esta categorización, se considera como una categoría completamente nueva dentro de las enfermedades inflamatorias del SNC.
En las encefalitis autoinmunes, síntomas de las encefalitis autoinmunes difieren según el anticuerpo asociado, pero en su mayoría comprenden manifestaciones psiquiátricas, convulsiones, trastornos de la memoria, problemas en la coordinación motora y alteraciones en el patrón de sueño. Para los profesionales de la salud que no están familiarizados, su diagnóstico es un desafío, ya que se requieren técnicas complejas para la detección de los anticuerpos neuronales responsables.
¿Cuáles son las causas más comunes de la encefalitis?
En el caso de la encefalitis infecciosa, se conocen varios agentes virales que desencadenan la infección cerebral, entre ellos se encuentran:
- Virus del herpes simple u otros virus herpes: Tanto el virus del herpes simple tipo 1, asociado comúnmente con el herpes labial y ampollas febriles alrededor de la boca, como el tipo 2, relacionado con el herpes genital, tienen la capacidad de desencadenar encefalitis. Aunque la encefalitis causada por el tipo 1 es poco frecuente, puede resultar en daño cerebral grave e incluso la muerte. También se encuentran el virus de Epstein-Barr, que suele ser responsable de la mononucleosis infecciosa, y el virus de la varicela-zóster.
- Enterovirus: Estos virus, como el virus de la poliomielitis y el virus de Coxsackie, generalmente causan síntomas similares a los de la influenza, así como inflamación ocular y dolor abdominal.
- Virus transmitidos por mosquitos o garrapatas: Virus como el del Nilo Occidental, La Crosse, San Luis, equina oriental y equina occidental pueden ser transmitidos por mosquitos y dar lugar a infecciones que desarrollan síntomas en un período que va desde unos días hasta un par de semanas después de la exposición. Si se trata de virus transmitidos por garrapatas, los síntomas se presentan una semana después de la picadura.
- Virus de la rabia: La infección por el virus de la rabia, que suele transmitirse a través de la mordedura de un animal infectado, puede provocar la infección en el cerebro.
Tratamiento de la encefalitis:
Cuando se trata de encefalitis leves, el objetivo de los tratamientos es proporcionar cuidados complementarios, como descanso adecuado, una nutrición balanceada y una hidratación suficiente, con el propósito de asistir al organismo en su lucha contra la infección.
Dependiendo de la causa, se recurre a una variedad de medicamentos según la causa subyacente de la infección y que pueden ser fármacos antivirales, antibióticos en caso de que sea causada por bacterias, anticonvulsivos para prevenir crisis convulsivas, esteroides para reducir la inflamación cerebral, sedantes para abordar la irritabilidad o inquietud, y paracetamol (acetaminofén) para tratar la fiebre y el dolor de cabeza.
En situaciones en las que la función cerebral se vea gravemente afectada, es posible que se requiera fisioterapia o terapia del lenguaje una vez que la infección esté bajo control, con el fin de facilitar la recuperación y la rehabilitación del paciente.
Encefalitis en bebés y niños: la prevención es la clave
En los bebés y niños, la mayoría de casos de encefalitis son consecuencia de la infección del VHS (virus del herpes simple). Conforme a información divulgada por la Asociación Española de Pediatría (AEP), la tasa de aparición de encefalitis en la población en general se sitúa en el rango de 0,3 a 0,5 casos por cada 100.000 habitantes.
Esta cifra experimenta un incremento notable en el contexto infantil, donde la incidencia se eleva a un intervalo de 5 a 10 casos por cada 100.000 niños. Es importante destacar que durante el primer año de vida, la incidencia alcanza un nivel más significativo, registrando hasta 17 casos por cada 100.000 niños.