En un contexto donde las enfermedades infecciosas siguen representando una amenaza persistente para la salud maternoinfantil, 15 países del Caribe han unido esfuerzos para enfrentar un reto histórico, eliminar la transmisión de enfermedades maternoinfantiles como VIH, la sífilis, la hepatitis B y la enfermedad de Chagas. Esta iniciativa, apoyada financieramente por el Fondo de Asociación para el Desarrollo de la India y las Naciones Unidas e implementada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se enmarca en la estrategia ETMI Plus, una hoja de ruta para erradicar enfermedades transmisibles de madre a hijo en la región.
Este ambicioso proyecto, iniciado en 2025, pone a prueba la cooperación Sur-Sur y la capacidad de los sistemas de salud para adaptarse, integrarse y transformar la atención maternoinfantil a través de acciones sostenibles, innovación diagnóstica y vigilancia epidemiológica.
Enfermedades maternoinfantiles: un frente común contra la transmisión perinatal
La transmisión vertical de enfermedades como el VIH, la sífilis y la hepatitis B continúa siendo una de las principales barreras para garantizar el derecho a una vida sana desde el nacimiento. Aunque América Latina y el Caribe han logrado avances importantes —como la certificación de eliminación en países como Cuba y Anguila para el VIH y la sífilis—, aún persisten brechas que dificultan alcanzar las metas globales.
Por ejemplo, aunque la meta internacional para la transmisión maternoinfantil del VIH es reducirla al 2% o menos, en algunas regiones del Caribe las tasas siguen por encima del umbral. En el caso de la sífilis congénita, se reportan tasas de hasta 1,8 casos por cada 1.000 nacidos vivos, superando ampliamente el objetivo de 0,5 casos por cada 1.000 nacimientos.
La estrategia ETMI Plus: más allá del VIH y la sífilis
La estrategia ETMI Plus extiende su enfoque más allá del VIH y la sífilis, incorporando la hepatitis B y la enfermedad de Chagas. Este enfoque integral responde a la necesidad de proteger a la población maternoinfantil de múltiples amenazas infecciosas y mejorar la calidad de los servicios de salud.
El proyecto se centra en tres ejes clave:
- Fortalecimiento de los servicios de salud maternoinfantil: Con mejoras en la capacidad diagnóstica, la formación del talento humano y el liderazgo institucional.
- Intercambio de conocimientos y cooperación regional: Facilitando la difusión de buenas prácticas entre los países miembros de CARICOM.
- Modernización de sistemas de información y vigilancia: Para garantizar el seguimiento de casos, la trazabilidad de la atención y la rendición de cuentas.
Una alianza multisectorial para resultados sostenibles
“La cooperación Sur-Sur es fundamental para acelerar la eliminación”, afirmó la doctora Rhonda Sealey-Thomas, subdirectora de la OPS, al destacar el valor del intercambio entre países que ya han logrado avances significativos y aquellos que están en proceso de fortalecimiento institucional. Este enfoque refuerza la idea de que las enfermedades transmisibles no conocen fronteras, y solo una acción colectiva puede responder eficazmente al desafío.
Por su parte, el doctor Julio Sabido, Director Ejecutivo del Ministerio de Salud y Bienestar de Belice, enfatizó: “El proyecto fortalecerá los esfuerzos de eliminación en 15 países caribeños, ayudándoles a avanzar como uno solo, garantizando el derecho de cada niño a nacer y permanecer libre de VIH, sífilis y otras infecciones de transmisión perinatal”.
Los pilares técnicos: diagnóstico, vigilancia y formación
Una de las prioridades del proyecto es la mejora en la infraestructura de diagnóstico, especialmente en laboratorios públicos y servicios primarios de salud. Se busca garantizar diagnósticos confiables, tanto prenatales como neonatales, que permitan tomar decisiones clínicas oportunas y efectivas.
Asimismo, el fortalecimiento de los sistemas de recopilación de datos y vigilancia epidemiológica es esencial para alcanzar la certificación ETMI Plus. La recopilación de datos fiables permitirá no solo evaluar el progreso, sino también orientar la toma de decisiones basada en evidencia.
En paralelo, el proyecto contempla la capacitación del personal de salud en todos los niveles, desde el diagnóstico y tratamiento hasta el acompañamiento familiar y la educación comunitaria.
Resultados esperados y visión al 2030
El impacto esperado de esta intervención va más allá de la reducción de tasas de transmisión. Se aspira a lograr:
- Una cobertura universal de pruebas diagnósticas en mujeres embarazadas.
- El acceso gratuito y sostenido a tratamientos antirretrovirales y antibióticos profilácticos.
- La inclusión de la vacuna contra hepatitis B al nacimiento como estándar regional.
- Sistemas integrados de información en salud que permitan monitorear casos y medir avances.
Estos objetivos están alineados con la Iniciativa para la Eliminación de Enfermedades de la OPS, que tiene como meta erradicar 30 enfermedades transmisibles y condiciones relacionadas en las Américas para 2030.
“El proyecto es una expresión clara del compromiso regional con la salud maternoinfantil y con el derecho a nacer libre de enfermedades prevenibles. Debemos garantizar servicios de salud integrados y de alta calidad”, señaló el doctor Jarbas Barbosa, director de la OPS.
Desafíos persistentes en el camino hacia la eliminación
A pesar del respaldo técnico y financiero, los desafíos persisten. Entre ellos destacan:
- La fragmentación de los sistemas de salud en varios países del Caribe.
- La falta de recursos humanos capacitados en zonas rurales o de difícil acceso.
- La resistencia social o cultural a ciertas intervenciones, como la vacunación neonatal.
- Las limitaciones en el acceso universal a tratamientos, especialmente para hepatitis B y Chagas.
Para superar estos obstáculos, la iniciativa hace énfasis en un enfoque intersectorial, que involucre a actores comunitarios, organizaciones no gubernamentales, agencias de cooperación y gobiernos nacionales.
Implicaciones para América Latina y el Caribe
El proyecto tiene un valor estratégico para el resto de la región. La experiencia del Caribe puede servir de modelo para países de América Latina que enfrentan condiciones similares. La implementación de la estrategia ETMI Plus en contextos multilingües, multiétnicos y con desigualdades estructurales brinda lecciones clave sobre cómo adaptar políticas de salud pública con enfoque territorial y culturalmente sensible.
Además, fortalece la cooperación regional y promueve la consolidación de redes técnicas que podrían escalarse a otros desafíos sanitarios, como la eliminación del sarampión, la tuberculosis y la malaria.
Con este proyecto, el Caribe se posiciona como una región comprometida con la salud pública basada en la equidad, la evidencia científica y la solidaridad. El impulso de alianzas como la del Fondo India-ONU y la OPS demuestra que, con voluntad política y cooperación estratégica, es posible avanzar hacia un futuro donde nacer libre de VIH, sífilis, hepatitis B o Chagas no sea un privilegio, sino un derecho garantizado para todas y todos.