Este 31 de julio, en la Cámara de Representantes se llevó a cabo una audiencia pública sobre el trámite de la reforma a la salud y el nuevo sistema. En este encuentro participaron representantes de asociaciones de pacientes, congresistas y funcionarios gubernamentales para revisar lo planteado en la reforma a la salud o destacar los elementos que ameriten nuevas revisiones.
En esta audiencia, la intervención del Dr. Luis Alberto Martínez, viceministro de Protección Social, se centró en las modificaciones al modelo asistencial. El funcionario comenzó con los dos paradigmas sectoriales: el aseguramiento en salud desde una visión más individualista, similar a los seguros comerciales, que incrementa las brechas de acceso y atención; sin mencionar que éstas se extienden hacia otros ámbitos como el social y el cultural. En contraposición está el aseguramiento social en salud, enfoque en el que el Estado retomaría el control del sistema sanitario, sin tercerizar operaciones, manteniendo la protección universal de la población y sin ningún tipo de discriminación o restricción.
Como explicó el viceministro Martínez, los recursos actuales del sistema de salud provienen mayoritariamente del Presupuesto General de la Nación – PGN. “Ni siquiera el régimen contributivo, nosotros los que cotizamos, nos alcanzamos a autofinanciar. El régimen contributivo es subsidiado por el Estado”, mencionó en la audiencia sobre la reforma a la salud. Justamente, el manejo de los recursos destinados al sistema son el punto de discordia entre los actores sectoriales: las EPS que cumplan las condiciones establecidas se mantendrán dentro del ecosistema, sin que ello implique actividades relacionadas con el financiamiento. “Necesitamos recuperar los recursos de parte del Estado para aplicarlos de manera eficiente, eficaz, transparente”.
El sistema de salud actual y la priorización de la Atención Primaria en Salud – APS
Una de las grandes problemáticas del sistema de salud, de acuerdo con la intervención del funcionario, es la desorganización de los servicios que se ofertan a los usuarios, resultado de varios factores: múltiples barreras de acceso, dificultades en la puerta de entrada al sistema (no debe ser el tercer nivel de atención), desarticulación de los hospitales y clínicas, enfoque en el tratamiento de la enfermedad, entre otros.
¿Qué ventajas tendría entonces el nuevo sistema? Desde la reforma a la salud se propone una mayor coordinación y organización sectorial, que sea capaz de brindar atención universal a la población, centrado en la prevención de la enfermedad y en el cuidado continuo. Esta alternativa se sustenta en los postulados históricos, construidos por organizaciones nacionales e internacionales (OMS y OPS). “La universalidad se materializa si tenemos acceso. No podemos decir que tenemos el 99% de aseguramiento si gran parte de la población no tiene un servicio adecuado, cercano al lugar donde transcurre la vida”, enfatizó el viceministro Martínez.
Para garantizar el derecho a la salud y la universalidad, se implementaría una red integrada con un sistema de citas único/compartido, automatización de los procesos clínicos y de apoyo, registro de urgencias informatizado y vinculado a la ficha clínica (por mencionar algunos de los cambios). Adicionalmente, se tendría al primer nivel de atención como el medio de ingreso al sistema, habría mayor coordinación entre los proveedores de servicios y se propendería por el establecimiento de alianzas estratégicas que redunden en una atención de alta calidad, lo que se mediría con indicadores de desempeño.
Durante la audiencia realizada en la Cámara de Representantes, el viceministro explicó el funcionamiento de los Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS) y otras estructuras organizacionales que apoyarían sus gestiones: equipos intramurales, extramurales o con telesalud, los cuales estarían perfilados según las necesidades poblacionales de los territorios. Dichos equipos también trabajarían articuladamente con los centros de mediana y alta complejidad, siendo la atención más resolutiva.
Así se organizaría el sistema de salud, en caso de que la reforma sea aprobada
El viceministro de Protección Social también explicó los componentes organizacionales del sistema de salud nacional: rectoría, financiación y provisión de servicios a los habitantes del país. “Necesitamos repotenciar las capacidades y la autoridad sanitaria a nivel nacional, pero en especial a nivel territorial. Las políticas desde el Ministerio tienen que ser territoriales”, expresó ante los asistentes.
En ese orden, se propone la creación del Consejo Nacional de Salud, con participación efectiva y vinculante que refleje la situación del país; Consejos Territoriales de Salud y la Comisión Intersectorial de Determinantes Sociales. La ADRES se mantendrá como administradora de recursos, aunque con ciertas modificaciones en los roles (este punto se abordará en un siguiente artículo de CONSULTORSALUD).
“Hoy tenemos un sistema fragmentado, la idea es avanzar a un sistema integral e integrado. Hoy tenemos un sistema que segmenta a la población, que discrimina según la capacidad de pago y que nos causa problemas éticos y hasta morales. Eso dista del derecho humano fundamental”, puntualizó el viceministro Luis Alberto Martínez.