El 9 de octubre de 2025 se conmemorará por primera vez en Colombia el Día Nacional de la Espasticidad, una iniciativa liderada por la Asociación Colombiana de Neurología (ACN) bajo la campaña “Por una vida en movimiento”. Esta conmemoración busca sensibilizar sobre la espasticidad, una condición neurológica que afecta la movilidad, la autonomía y la calidad de vida de miles de pacientes en el país, y que sigue siendo poco reconocida en la práctica clínica y en la opinión pública.
Espasticidad: una condición frecuente que pasa desapercibida
La espasticidad se define como un aumento anormal del tono muscular, generalmente ocasionado por lesiones o alteraciones en el sistema nervioso central. Está presente en pacientes que han sufrido accidente cerebrovascular (ACV), traumatismo craneoencefálico, parálisis cerebral, esclerosis múltiple o lesiones medulares.
De acuerdo con la World Stroke Organization, una de cada cuatro personas mayores de 25 años sufrirá un ACV a lo largo de su vida, y hasta el 40 % de ellas podría desarrollar espasticidad. Por su parte, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos estima que la condición afecta a:
- Más del 90 % de los pacientes con parálisis cerebral.
- El 35 % de quienes han sufrido un ACV.
- El 50 % de los pacientes con traumatismo craneoencefálico.
- El 40 % de las personas con lesión medular.
- Entre 37 % y 78 % de los pacientes con esclerosis múltiple.
El neurólogo Andrés Betancourt, miembro de la ACN, advierte que “la espasticidad es una alteración que limita la movilidad y puede generar dolor, deformidad articular y dificultades en las actividades diarias. Nuestro objetivo es que los colombianos la reconozcan y sepan que existen opciones de tratamiento para mejorar la vida de quienes la padecen”.
Síntomas que afectan la vida cotidiana
Los pacientes con espasticidad experimentan una amplia gama de síntomas: espasmos dolorosos, rigidez muscular, dificultad para caminar, caídas frecuentes, problemas para la higiene personal, pérdida de destreza fina y limitaciones para mantener una postura erguida.
El Dr. Carlos Martínez, neurólogo de la ACN, enfatiza que los primeros meses posteriores a un ACV son determinantes: “En esos momentos iniciales, las extremidades se notan más rígidas o duras, y esa rigidez empieza a entorpecer los procesos de rehabilitación. Es allí cuando el paciente debe consultar y cuando los especialistas deben identificar la espasticidad para implementar estrategias que eviten su progresión”.
Consecuencias del diagnóstico tardío
El manejo inadecuado de la espasticidad puede generar contracturas permanentes, mayor riesgo de caídas, dolor crónico y pérdida de funcionalidad. Además del impacto físico, esta condición genera una carga emocional y social significativa para los pacientes y sus cuidadores.
El Dr. Betancourt advierte que “si no se interviene a tiempo, se genera una mayor dificultad para realizar terapias, más rigidez, menor capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas y, en última instancia, deformidades permanentes y dolor crónico”.
En Colombia, el ACV es la segunda causa de muerte y una de las principales causas de discapacidad. Según datos del Ministerio de Salud, cada año se registran más de 45.000 casos nuevos, con un alto impacto en pacientes en edad productiva. La espasticidad, al ser una secuela frecuente, contribuye de manera directa a la discapacidad y a los costos asociados a rehabilitación prolongada, licencias laborales e incapacidad permanente.
En el caso de la parálisis cerebral infantil, que afecta aproximadamente a 2 de cada 1.000 nacidos vivos en el país, la espasticidad representa la principal limitación funcional a lo largo de la vida.
A pesar de su alta prevalencia, los expertos coinciden en que la espasticidad sigue siendo subdiagnosticada y subtratada, en parte por desconocimiento de los signos de alarma entre los profesionales de la salud general y por la limitada disponibilidad de programas integrales de rehabilitación.
Estrategias de prevención y tratamiento
Aunque no siempre es posible prevenirla, la espasticidad puede manejarse de manera efectiva con un abordaje temprano y multidisciplinario. Entre las principales estrategias se destacan:
- Tratamiento farmacológico: medicamentos orales y aplicación de toxina botulínica intramuscular, considerada uno de los recursos terapéuticos más efectivos.
- Terapia física y ocupacional: enfocada en mantener la movilidad, evitar contracturas y mejorar la funcionalidad.
- Dispositivos de apoyo: férulas y ortesis para prevenir deformidades.
- Terapias complementarias: como la fisioterapia acuática.
- Intervención quirúrgica: en casos de espasticidad severa y refractaria.
El Dr. Betancourt destaca que “la espasticidad tiene tratamiento y requiere la intervención de un equipo multidisciplinario que favorezca una rehabilitación integral. Cuanto más temprano se identifique, más rápido se puede iniciar el tratamiento, reduciendo la discapacidad del paciente y la sobrecarga emocional y física de los cuidadores”.
El reconocimiento oficial de la espasticidad mediante una fecha nacional plantea un reto para el sistema de salud colombiano. Aunque existen terapias efectivas como la toxina botulínica, su acceso no siempre está garantizado en los planes de aseguramiento, y las rutas de rehabilitación son desiguales entre regiones.
Los costos asociados a la espasticidad no tratada, como hospitalizaciones por caídas, cirugías ortopédicas por contracturas y dependencia prolongada de cuidadores, son significativamente más altos que la inversión en diagnóstico temprano y tratamiento oportuno. Por ello, la creación de este Día Nacional puede ser el primer paso para exigir protocolos estandarizados, mayor cobertura y programas de rehabilitación integrales en las EPS e IPS del país.
Una fecha para la sensibilización en salud pública – Día Nacional de la Espasticidad
Con la creación del Día Nacional de la Espasticidad, Colombia busca promover no solo la visibilización de los pacientes, sino también el fortalecimiento de la educación médica, la investigación clínica y las campañas de sensibilización social.
El 9 de octubre se consolidará como una fecha clave para recordar que la espasticidad no debe entenderse como una sentencia de inmovilidad, sino como una condición tratable que, con intervención temprana, permite a los pacientes mantener una vida activa.
La iniciativa de la ACN, enmarcada en la campaña “Por una vida en movimiento”, plantea un llamado directo a profesionales de la salud, instituciones prestadoras y al propio sistema sanitario; la detección temprana y el acceso a tratamientos adecuados son fundamentales para reducir la carga de discapacidad y los costos sociales asociados a esta condición neurológica.