Una investigación de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) investigó las propiedades de absorción del carbón activado en compuestos tóxicos asociado con una amplia gama de efectos agudos y crónicos en la salud como asma, deterioro neurológico y cáncer.
Los compuestos orgánicos volátiles son sustancias químicas como benceno, tolueno, ciclohexano y hexano se utilizan como solventes en materias primas de productos de limpieza, gasolina o esmaltes para uñas.
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Estos compuestos pueden pasar fácilmente a fase gaseosa, que implica doble riesgo de exposición para pintores, personal de aseo, ingenieros químicos, personal de belleza, entre otros trabajos que utilizan estos químicos. Los daños sobre la salud se producen especialmente en vía respiratoria o por el contacto con la piel.
Diana Cristina Hernández Monje, doctora en Ciencias – Química de la Facultad de Ciencias de la UNAL, analizó la concentración de estos compuestos, que son mucho mayores en interiores que exteriores, “la mayoría de las personas pasan alrededor del 90 % de su tiempo en espacios cerrados se generan niveles más altos de exposición a estas moléculas que se han asociado con una amplia gama de efectos agudos y crónicos en la salud”.
La investigadora detalló que “existen diversas tecnologías para el tratamiento de los compuestos orgánicos volátiles, entre las cuales se encuentra la adsorción, la cual se reconoce como una estrategia de control eficiente y económica”.
A partir del carbón activado obtenido a partir de la cáscara de coco al cual se le hicieron dos tipos de modificaciones: una química con ácido nítrico y otra física (tratamiento térmico), se aplicó diferentes temperaturas para evaluar cómo variaba la capacidad de retención de los compuestos orgánicos.
El resultado del carbón activado se puso a prueba y demostró ser eficiente para retener benceno, tolueno, ciclohexano y hexano.
“Cuando el contaminante y el carbón activado entran en contacto, hay una interacción que genera energía, la cual es interesante de determinar, puesto que puede dar una idea de la afinidad entre el material y el compuesto de estudio”, explica la Dr. Hernández.
Gracias a la calorimetría, técnica utilizada para determinó que la energía involucrada en el proceso, se comprobó la capacidad de adsorción se relacionaba con la cantidad de energía que se liberó. Este hallazgo del carbón activado permitirá diseñar filtros que ayuden a reducir la alta exposición a dichos elementos.
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