Más de 1.500 atenciones médicas y de bienestar se realizaron en La Macarena Meta, durante una brigada de salud que reunió a la Fuerza Aeroespacial Colombiana, la Fundación Universitaria Juan N. Corpas y varias entidades públicas y privadas. La jornada, desarrollada los días 5 y 6 de septiembre de 2025, llevó servicios especializados a comunidades indígenas, familias campesinas y poblaciones afectadas por las recientes inundaciones. El operativo evidenció el impacto del trabajo interinstitucional para mitigar las brechas en salud en territorios rurales apartados, donde el acceso a especialistas continúa siendo insuficiente y la infraestructura hospitalaria resulta precaria.
Una jornada humanitaria que marcó diferencia
El municipio de La Macarena fue epicentro de una operación médica y humanitaria sin precedentes. En apenas dos días, equipos multidisciplinarios ofrecieron consultas gratuitas en pediatría, ginecología, medicina interna, medicina familiar, odontología, optometría, fisioterapia, psicología, ortopedia y ecografías, además de mamografías, atención de enfermería y entrega de medicamentos.
La brigada también tuvo un componente social. Se distribuyeron kits de aseo, alimentos y 17 sillas de ruedas para personas con discapacidad. Asimismo, quienes acudieron a la consulta de optometría recibieron gafas formuladas, un insumo de alto valor en regiones donde el acceso a especialistas visuales es prácticamente inexistente.
Comunidades indígenas entre los principales beneficiarios
Los beneficiarios incluyeron a integrantes de las comunidades Nasa, Çxhãçxha y Embera Chami, junto con familias rurales afectadas por la temporada de lluvias. Para estas poblaciones, acceder a un especialista en salud suele ser imposible debido a las distancias, la ausencia de transporte adecuado y la limitada infraestructura hospitalaria de la región.
Según indicadores oficiales del Ministerio de Salud y Protección Social, municipios como La Macarena figuran entre los más rezagados del país en disponibilidad de médicos especialistas por cada 100.000 habitantes. Esta carencia estructural refuerza el valor de iniciativas como las brigadas, que en pocos días logran suplir necesidades acumuladas durante meses o incluso años.



Trabajo conjunto: la clave del operativo
La magnitud de la jornada fue posible gracias a la coordinación previa de la Oficina de Acción Integral de la Fuerza Aeroespacial Colombiana. La operación contó con el respaldo de la Gobernación del Meta, la Alcaldía de La Macarena, el Ejército Nacional, la Fundación Arturo Calle, la Corporación El Minuto de Dios, Optómetras Voluntarios por Colombia, la Universidad Militar Nueva Granada y la Fundación Universitaria Juan N. Corpas.
Un total de 108 voluntarios participaron en el despliegue. Entre ellos, personal militar y civil que se encargó de la clasificación de medicamentos, el montaje de consultorios móviles y la atención directa de los pacientes.
El coronel Eduardo Sánchez, comandante de la operación, aseguró: “Llevamos meses preparando esta brigada, clasificando medicamentos, organizando consultorios y coordinando la logística. La satisfacción es inmensa, aunque también sentimos la frustración de no poder atender a todos porque la necesidad es enorme”.
Academia y vocación de servicio
Uno de los aspectos más destacados de la brigada fue la participación de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, que movilizó a médicos, docentes, residentes y estudiantes. Para la institución, estas misiones son una oportunidad de fortalecer la formación académica y la vocación de servicio social.
La Dra. Mónica Álvarez, líder del equipo de atención Corpista, subrayó: “Somos bendecidos porque no nos falta nada, y qué mejor manera de agradecer que devolver con conocimiento y tiempo lo que hemos recibido”.
Los testimonios de los estudiantes reflejan la dimensión pedagógica de la experiencia. Karol Vanessa Garzón, estudiante de enfermería, afirmó que estas brigadas confirman su vocación al ser “el primer contacto de un paciente y comprender las razones de su consulta”. Para Lina María Daza, residente de Medicina Familiar, el aprendizaje trasciende lo clínico: “La medicina debe ir más allá de la ciudad; estas brigadas nos permiten calmar dolores y dejar huella”.



Más que cifras: vidas transformadas
El balance de más de 1.500 atenciones es solo una parte de la historia. Detrás de cada número se esconden historias de familias que por primera vez recibieron una ecografía, una mamografía o una consulta especializada. En una región marcada por el conflicto armado y la ausencia histórica del Estado, este tipo de intervenciones significan más que un servicio médico: representan confianza, esperanza y dignidad.
Para las comunidades indígenas, además, el encuentro con la medicina occidental abre espacios de diálogo intercultural, donde se busca complementar prácticas tradicionales con intervenciones basadas en la evidencia científica.
Retos estructurales del acceso en salud
Si bien la brigada fue valorada como un éxito, dejó en evidencia los grandes desafíos que persisten en materia de acceso. El déficit en infraestructura, la falta de especialistas y la ausencia de redes hospitalarias sólidas son barreras que limitan la atención continua en zonas rurales.
De acuerdo con el Plan Decenal de Salud Pública 2022–2031, garantizar el acceso equitativo en territorios rurales y dispersos sigue siendo una de las metas más rezagadas del sistema colombiano. Aunque las brigadas alivian necesidades inmediatas, los expertos insisten en que se requieren políticas sostenibles que aseguren atención permanente.
Brigadas en salud: una respuesta inmediata frente a la inequidad rural
La experiencia en La Macarena confirma que las brigadas de salud, aunque temporales, cumplen un papel vital en territorios donde la ausencia de infraestructura y personal especializado limita el acceso oportuno a la atención médica. El operativo evidenció que, con articulación interinstitucional, es posible transformar realidades y ofrecer soluciones inmediatas a comunidades históricamente relegadas. Sin embargo, también dejó claro que la sostenibilidad del sistema de salud en zonas rurales dependerá de políticas públicas permanentes que reduzcan las brechas y garanticen atención continua. El desafío para Colombia no es solo replicar estos modelos en otros territorios, sino consolidar una estrategia nacional que convierta el derecho a la salud en una garantía efectiva, sin importar el lugar de residencia.