Un equipo de investigadores de la Universidad de Iowa ha creado nuevos biomateriales, cuya función podría mejorar la efectividad de la quimioterapia o la radioterapia, tratamientos frecuentes para el cáncer, según reportaron en la revista Advanced Science.
Los materiales, inspirados en golosinas, se conocen como como materiales de atrapamiento gaseoso o GeM, que pueden formularse como espumas, sólidos o hidrogeles están diseñados para transportar altas concentraciones de diversos gases terapéuticos directamente a los tejidos, incluidos los tumores sólidos. De acuerdo con el artículo, la investigación demostró que su uso mejoraba los resultados de los tratamientos oncológicos, específicamente de cáncer de próstata y sarcoma en modelos animales.
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El uso de los biomateriales mostró un incremento significativo en los niveles de oxígeno dentro de los tumores sólidos; como resultado, las células cancerígenas se hacían más vulnerables a la radiación y la quimioterapia. Asimismo, este aumento también parece mejorar la reactividad inmunitaria, que es clave para generar una respuesta a la inmunoterapia.
Por otra parte, el equipo de científicos también mostró otra ventaja asociada al uso de biomateriales: la posibilidad de implantarlos directamente en los tumores sólidos. Cabe anotar que, la administración intratumoral de tratamientos contra el cáncer es un enfoque adoptado de forma reciente (en comparación con otros), gracias a la capacidad de lograr altas concentraciones de fármacos en el interior del tumor con escasos efectos secundarios. En el caso de las espumas, éstas pueden inyectarse en las zonas tumorales más difícil de extirpar o de eliminar en cirugías.
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Liberación controlada de oxígeno, el éxito de los biomateriales
Estos biomateriales, de acuerdo con los investigadores, se compone de tres ingredientes esenciales: gas, los agentes espumantes y el agente espesante. Para lograr la textura necesaria, se utilizaron sistemas de presurización únicos, hechos a medida, para incorporar altas concentraciones de gas en pequeños volúmenes de estos materiales, facilitando su implantación en el organismo sin alterar la liberación prolongada y controlada del gas terapéutico.
Los O2-GeM se probaron en combinación con agentes quimioterapéuticos que se sabe que son más eficaces clínicamente a niveles de oxígeno más elevados. Dos inhibidores de la tirosina quinasa, cabozantinib y sorafenib, resultaron eficaces cuando los niveles de oxígeno eran normales.
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