Desde el 1 de abril de 2025, Coomeva Medicina Prepagada excluyó a la Fundación Santa Fe de Bogotá de su red de servicios. El cambio afecta directamente a cientos de usuarios con tratamientos en curso o citas programadas, reabriendo el debate sobre la sostenibilidad del modelo de aseguramiento privado y la necesidad de transparencia en la reorganización de redes prestadoras.
Una transición silenciosa con impacto directo en la atención
En un contexto marcado por la presión financiera del sistema de salud colombiano y la liquidación de varias EPS, la medicina prepagada se ha convertido en una alternativa para miles de usuarios que buscan estabilidad, oportunidad y continuidad en el acceso a servicios de salud.
Coomeva Medicina Prepagada, una de las principales aseguradoras privadas del país con más de 350.000 usuarios afiliados, comunicó el retiro de la Fundación Santa Fe de Bogotá de su red de prestadores, a partir del 1 de abril de 2025. La notificación oficial, aunque firmada el 25 de marzo, solo fue conocida por la opinión pública hasta el 9 de mayo, generando preocupación entre los usuarios con servicios activos en esta institución de alta complejidad.
Fundamento institucional: rediseño por “mejor calidad de atención”
En la carta enviada a los usuarios, firmada por el gerente regional de Coomeva Medicina Prepagada, Carlos Mario González Ospina, la aseguradora justificó el retiro de la Fundación Santa Fe como parte de su proceso de “transformación institucional” y en función de garantizar una atención más eficiente, personalizada y resolutiva.
“Estamos ampliando la capacidad de nuestro Centro Médico en Bogotá para ofrecer atención directa con estándares diferenciados y valores especiales en copagos”, señala el comunicado.
La clínica en mención, ubicada en la Calle 102 con 14, es uno de los puntos propios de atención de la aseguradora, y será ahora uno de los ejes de su nueva estrategia de cercanía y centralización de servicios.
El precedente de la EPS Coomeva y la transición al esquema privado
Cabe recordar que en enero de 2022, la Superintendencia Nacional de Salud ordenó la liquidación de la EPS Coomeva, que agrupaba en su momento a cerca de 1,2 millones de usuarios. Desde entonces, un segmento de estos antiguos afiliados migró a planes de medicina prepagada ofrecidos por la misma organización, esperando mayor estabilidad en el aseguramiento y acceso oportuno a servicios de salud.
Sin embargo, la salida de instituciones de alto nivel como la Santa Fe podría interpretarse como un replanteamiento en las prioridades financieras y operativas de la compañía, lo que obliga a los usuarios a reorganizar sus tratamientos, buscar nuevos prestadores y ajustar sus expectativas frente al valor agregado de este tipo de pólizas.
¿Qué implica el retiro de un prestador estratégico como la Santa Fe?
La Fundación Santa Fe de Bogotá es una de las clínicas con mejor infraestructura, acreditaciones internacionales y reputación médica del país. Su exclusión de la red de Coomeva Medicina Prepagada tiene implicaciones prácticas inmediatas:
• Cancelación o reprogramación de citas especializadas, procedimientos y cirugías.
• Discontinuidad terapéutica para pacientes con tratamientos crónicos o complejos.
• Incremento de trámites para solicitar cambios de institución, traslados de historia clínica y gestión de autorizaciones.
• Eventual sobrecarga de otras clínicas adscritas al plan, lo que puede generar demoras o reducción de disponibilidad.
Este tipo de cambios, aunque contemplados en los contratos de medicina prepagada, deben estar acompañados de procesos transparentes de notificación, reubicación oportuna de servicios y canales de atención que eviten la afectación directa de los usuarios.
Opciones actuales para los afiliados
En su comunicación oficial, Coomeva Medicina Prepagada ofreció alternativas para garantizar la continuidad del servicio. Entre ellas:
• Ampliación de la oferta del Centro Médico Coomeva Medicina Prepagada en Bogotá.
• Acceso a una red de prestadores alternos “de alta calidad”, disponibles en la app y página web de la entidad.
• Canales de atención telefónica nacional y en la capital para resolver dudas sobre citas reprogramadas o redireccionamiento de servicios.
No obstante, no se ha publicado un listado detallado de las clínicas sustitutas ni el tiempo estimado para completar la reorganización de citas, lo que ha generado inquietud entre los usuarios afectados.
Transparencia, deber de información y regulación
Desde el punto de vista jurídico y regulatorio, las entidades que prestan servicios de medicina prepagada deben garantizar información veraz, oportuna y comprensible a sus usuarios, especialmente cuando se producen cambios que afectan derechos esenciales como el acceso continuo a servicios de salud.
Aunque el retiro de prestadores hace parte de la autonomía empresarial, su ejecución debe contemplar principios de protección al consumidor, anticipación razonable y trazabilidad en la prestación, más aún en condiciones en que la salud del usuario puede depender del lugar de atención.
La Superintendencia de Salud no se ha pronunciado hasta el momento sobre este movimiento particular, aunque se espera que mantenga su línea de monitoreo frente a situaciones que puedan afectar la continuidad y calidad del servicio en el sector privado del aseguramiento.
Una alerta sobre el futuro de la medicina prepagada
Este episodio pone en evidencia la tensión creciente entre sostenibilidad financiera y calidad percibida en el modelo de medicina prepagada, que cada vez recibe más usuarios ante la crisis del régimen contributivo.
Frente a la sobrecarga del sistema general de seguridad social, los servicios complementarios deben redoblar sus esfuerzos para mantener estándares altos, garantizar redes confiables y evitar que la reorganización interna termine afectando la confianza del usuario.
¿puede haber transformación sin perder confianza?
La decisión de Coomeva Medicina Prepagada de excluir a la Fundación Santa Fe marca un punto de inflexión para sus usuarios y genera interrogantes sobre el alcance real de sus planes de transformación. Aunque se argumenta un enfoque de mejora, los efectos inmediatos sobre los pacientes y la falta de claridad en la red sustitutiva han generado dudas y tensiones.
A medida que crece el número de colombianos que recurren a medicina prepagada como alternativa a un sistema general en crisis, la transparencia, continuidad y calidad efectiva del servicio deben convertirse en compromisos explícitos de las aseguradoras privadas.