*Por: David Andrade Fonseca. Enfermero. Magíster en Epidemiologia Clínica. Magister en Estadística Aplicada y Ciencia de Datos. Profesor e investigador en la Facultad de Enfermería de la Universidad El Bosque.
El manejo del dolor en pacientes pediátricos es un desafío constante en la práctica clínica. Durante la hospitalización, los niños son sometidos a diversos procedimientos invasivos con fines diagnósticos o terapéuticos, lo que puede generar altos niveles de dolor, ansiedad y miedo. Estas experiencias afectan el bienestar del paciente y pueden repercutir en la dinámica familiar, así como en la percepción del hospital como un entorno hostil. A lo largo de los años, los profesionales de la salud han implementado múltiples estrategias para mitigar el impacto de estos procedimientos, desde el uso de técnicas farmacológicas hasta la incorporación de enfoques psicológicos y de distracción. En este contexto, la realidad virtual emerge como una alternativa innovadora y prometedora.
La realidad virtual ha demostrado ser eficaz en la reducción del dolor y la ansiedad en pacientes pediátricos sometidos a procedimientos clínicos. Según un estudio publicado en Pain Management Nursing (2020), los niños que usaron realidad virtual durante la venopunción experimentaron una disminución significativa en la percepción del dolor en comparación con aquellos que recibieron métodos tradicionales de distracción. Esta tecnología funciona mediante la inmersión del paciente en un entorno virtual que captura su atención, reduciendo la percepción del dolor a través de la modulación de los estímulos sensoriales y la atención cognitiva.
Enfermería, como disciplina centrada en el cuidado integral del paciente, tiene la responsabilidad de explorar y adoptar herramientas que contribuyan a mejorar la experiencia hospitalaria. La realidad virtual representa un recurso innovador para la gestión del dolor y fortalece la humanización del cuidado. La posibilidad de trasladar al niño a un entorno amigable y lúdico durante un procedimiento invasivo puede marcar la diferencia entre una experiencia traumática y una tolerable. La Facultad de Enfermería de la Universidad El Bosque, en alianza con la Dirección de Enfermería de Los Cobos Medical Center, ha comprendido este potencial y ha emprendido un estudio para evaluar la efectividad de la realidad virtual en el control del dolor y la ansiedad en pacientes pediátricos.
Sin embargo, es necesario reflexionar críticamente sobre los desafíos de la implementación de esta tecnología en los entornos clínicos. En primer lugar, el acceso a dispositivos de realidad virtual aún es limitado en muchos hospitales debido a restricciones presupuestarias y falta de capacitación del personal. Aunque los costos de esta tecnología han disminuido en los últimos años, su adopción masiva requiere inversión en infraestructura y formación profesional. También, es fundamental evaluar la aceptabilidad y adherencia de los pacientes y sus familias a este tipo de intervenciones para asegurar que se integren de manera efectiva en los protocolos de atención.
Otro aspecto crucial por considerar es la ética en la aplicación de la realidad virtual en pediatría. Si bien la distracción a través de la inmersión en entornos virtuales puede ser altamente beneficiosa, es esencial garantizar que no se convierta en una estrategia que minimice la importancia de la comunicación y el apoyo emocional del equipo de salud. La tecnología nunca debe reemplazar la interacción humana en la atención de los niños hospitalizados, sino complementar y enriquecer la relación terapéutica.
El uso de realidad virtual en la práctica clínica de enfermería no es solo una tendencia, sino una manifestación de la evolución de la profesión hacia un modelo de cuidado más centrado en la experiencia del paciente. La investigación y aplicación de estas herramientas innovadoras fortalecen el rol de la enfermería como una disciplina basada en la evidencia y orientada a la mejora continua de la calidad del cuidado.
A medida que avanzamos hacia un sistema de salud más tecnológico, los profesionales de enfermería debemos liderar la incorporación de estrategias como la realidad virtual para asegurar que su implementación sea ética, equitativa y verdaderamente centrada en el bienestar de nuestros pacientes.