La premisa del último informe de ONUSIDA es la esperanza. Según la organización internacional, múltiples países se acercan a la eliminación del SIDA, enfermedad causada por el contagio del VIH, gracias a las estrategias implementadas frente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin embargo, el camino para la siguiente década aún no está labrado: en 2022, el SIDA causó una muerte por minuto; además, millones de personas no tienen acceso a los tratamientos, incluyendo al 43% que representan a los menores que viven con el virus de inmunodeficiencia adquirida.
Los datos más recientes muestran que, 29.8 millones de personas con VIH -de un total de 39 millones- recibe el tratamiento que requieren para continuar con su vida sin afectaciones. Además de ello, entre 202 y 2022, 1.6 millones de individuos tuvo acceso a las alternativas terapéuticas cada año mencionado. El acceso a la terapia antirretroviral se ha ampliado en el África subsahariana, en Asia y el Pacífico; estas regiones reúnen al 82% de los individuos que viven con el virus a nivel global.
“El fin del sida nos brinda una ocasión para un legado excepcionalmente poderoso para los líderes actuales”, manifestó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. “Las generaciones futuras podrían recordarlos como los que fueron capaces de poner fin a la pandemia más mortal del mundo. Podrían salvar millones de vidas y proteger la salud de todos. Podrían demostrar todo lo que un buen liderazgo es capaz de conseguir”
Para ONUSIDA, uno de los mayores logros que derivarían en la erradicación del SIDA es la implementación del libre acceso a las terapias. Gracias a esta medida, se han evitado casi 20.8 millones de muertes relacionadas con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida en las últimas tres décadas. Además, se han mermado en un 69% los fallecimientos desde el último pico identificado en 2004.
“A nivel mundial, casi tres cuartas partes (71%) de las personas con el VIH en 2022 (76% de las mujeres y 67% de los hombres que viven con el VIH) habían suprimido la carga viral. La supresión viral permite a las personas que viven con el VIH llevar una vida larga y sana y tener un riesgo nulo de transmisión sexual del VIH. Sin embargo, la supresión de la carga viral entre las niñas y los niños era sólo del 46%”, resalta el informe.
En 2022, se estima que hubo alrededor de 1.3 millones de nuevas infecciones por VIH (con un rango estimado de 1.0 millones a 1.7 millones). Estas cifras representan las tasas más bajas de nuevas infecciones en décadas, con disminuciones especialmente significativas en las regiones con una alta carga de VIH. La reducción en los contagios es más notoria en la población infantil (de 0 a 14 años) y los jóvenes (de 15 a 24 años).
“Un menor número de nuevas infecciones por el VIH en mujeres y una mayor cobertura del tratamiento del VIH entre las personas que viven con el VIH han dado lugar a un descenso del 58% en el número anual de nuevas infecciones en niños en todo el mundo entre 2010 y 2022, hasta 130.000, el más bajo desde la década de 1980”.
Financiación para programas de prevención del VIH/SIDA, el obstáculo más grande para sortear
A pesar de los cambios en la percepción y el manejo del VIH, el informe pone de manifiesto el creciente déficit en la financiación de los programas que podrían erradicar el SIDA. En el último año, se destinaron 20.8 mil millones de dólares a programas de lucha contra el VIH en países de ingresos bajos y medianos. Esta cifra representa una disminución del 2.6% en comparación con el año 2021 y está muy por debajo de los 29.3 mil millones de dólares necesarios para el año 2025. A pesar de un aumento sustancial en la financiación a principios de la década de 2010, los fondos destinados al VIH han vuelto a caer al mismo nivel que en 2013.
Los análisis realizados por ONUSIDA indican que en aquellos lugares donde se ha aumentado la financiación para la prevención del VIH, ha habido una disminución en la incidencia del virus. Actualmente, las regiones con mayores déficits de financiación, como Europa oriental y Asia central, así como el Medio Oriente y el Norte de África, son las que menos progresos están haciendo en la lucha contra sus epidemias de VIH.
Los riesgos son más elevados para las adolescentes y mujeres jóvenes, especialmente aquellas que viven en el África subsahariana. “Cada semana, 4000 adolescentes y mujeres jóvenes contraen el VIH. En el África subsahariana, las mujeres y las niñas (de todas las edades) representan el 63% de todas las nuevas infecciones por VIH”, indica la organización.
En la actualidad de muchos países, los servicios de salud relacionados con el VIH y otros servicios dirigidos a poblaciones clave son escasos, inaccesibles o incluso inexistentes. A pesar de algunos avances positivos, las leyes que penalizan a las personas pertenecientes a estas poblaciones clave, así como sus comportamientos, siguen siendo vigentes en gran parte del mundo:
- La gran mayoría de los países (145) mantienen leyes que penalizan el consumo o posesión de pequeñas cantidades de drogas.
- 168 países penalizan algún aspecto del trabajo sexual, 67 países penalizan las relaciones sexuales consensuadas entre personas del mismo sexo.
- 143 países penalizan o persiguen de alguna manera la exposición, la no revelación o la transmisión del VIH.
“En 2022, en comparación con los adultos de la población general (de 15 a 49 años), la prevalencia del VIH era 11 veces mayor entre los hombres gays y otros hombres que tienen sexo con hombres, cuatro
veces mayor entre las trabajadoras sexuales, siete veces mayor entre las personas que usan drogas inyectables y 14 veces mayor entre las personas transgénero”.
