Contrario a lo que han revelado otras investigaciones, la expectativa de vida aumentaría 5 años para 2050. Eso sí, habría diferencias leves: este indicador sería de 4,9 años en los hombres y 4,2 años en las mujeres entre 2022 y 2050, según un artículo publicado en The Lancet.
Para las próximas generaciones, la carga de morbilidad y mortalidad estaría condicionada por enfermedades no transmisibles (ENT): enfermedades cardiovasculares, EPOC, diabetes -similar a lo que ocurre actualmente-. A esto se suma la exposición constante a factores de riesgo -como el tabaquismo o una dieta no saludables- que contribuyen a la aparición de enfermedades como la hipertensión arterial o la obesidad.
Por otra parte, los investigadores analizaron la transición entre enfermedades maternas, neonatales y nutricionales (CMNN) a enfermedades no transmisibles (ENT) y de años de vida perdidos (YLL) a años vividos con discapacidad (YLD). En ese contexto, se prevé que la expectativa de vida global aumente de 73.6 años en 2022 a 78.1 años en 2050 (un aumento de 4.5 años).
La esperanza de vida saludable global (HALE), que representa el promedio de años que una persona puede esperar vivir con buena salud, aumentará de 64.8 años en 2022 a 67.4 años en 2050 (un incremento de 2.6 años).
¿Y qué tienen que ver los cambios con el aumento en la expectativa de vida?
Para llegar a estas conclusiones, el estudio proyecta la mortalidad específica por causa; los años de vida perdidos (YLL); los años vividos con discapacidad (YLD); los años de vida ajustados por discapacidad (DALY, que representan los años de vida saludables perdidos debido a mala salud y muerte prematura); la esperanza de vida; y el HALE desde 2022 hasta 2050 para 204 países y territorios.
Estos resultados se fundamentan en el estudio sobre factores de riesgo del GBD 2021, también publicado en The Lancet. Este estudio complementario reveló que el número total de años perdidos por mala salud y muerte prematura (medidos en DALY) atribuibles a factores de riesgo metabólicos ha aumentado un 50% desde el año 2000. Pero, la investigación da cuenta de escenarios alternativos para comparar los posibles resultados en salud si diversas intervenciones de salud pública lograran eliminar la exposición a varios grupos clave de factores de riesgo para el año 2050.
A nivel mundial, los efectos previstos en la expectativa de vida son más fuertes para el escenario de ‘Mejora de los Riesgos Comportamentales y Metabólicos’, con una reducción del 13.3% en la carga de enfermedad (número de DALYs) en 2050 en comparación con el escenario de ‘Referencia’ (más probable). Los investigadores también ejecutaron dos escenarios más: uno centrado en entornos más seguros y otro en la mejora de la nutrición infantil y la vacunación.
“Aunque los mayores efectos en la carga global de DALYs se observaron en el escenario de ‘Mejora de los Riesgos Comportamentales y Metabólicos’, también pronosticamos reducciones en la carga de enfermedad en los escenarios de ‘Entorno Más Seguro’ y ‘Mejora de la Nutrición Infantil y la Vacunación’ más allá de nuestra previsión de referencia”, dijo Amanda E. Smith, Directora Asistente de Pronósticos en el IHME. “Esto demuestra la necesidad de continuar avanzando y asignando recursos en estas áreas y el potencial de acelerar el progreso hasta 2050”.