El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de un arancel del 100% a todos los medicamentos importados de marca y patentados a partir del 1 de octubre de 2025, en una de las decisiones más controvertidas de su administración. La medida, presentada como parte de su estrategia para reducir el déficit federal y fortalecer la manufactura local, generó de inmediato inquietud en la industria farmacéutica global y en organismos internacionales de salud, que advierten sobre un posible incremento de la inflación, riesgo de desabastecimiento y un mayor costo para los sistemas de aseguramiento como Medicare y Medicaid.
Este arancel sin precedentes, que se suma a gravámenes sobre camiones pesados, muebles y gabinetes, marca un giro decisivo hacia el proteccionismo sanitario y económico de la mayor economía del mundo, con implicaciones directas para el acceso a medicamentos en millones de pacientes dentro y fuera del país.
Un giro proteccionista en la política de salud y comercio de EE. UU.
La administración Trump dio un paso decisivo hacia el proteccionismo económico con la introducción de un arancel del 100 % sobre medicamentos de marca y patentados importados. Según el anuncio, las compañías farmacéuticas que ya iniciaron la construcción de plantas en territorio estadounidense quedarían exentas de esta medida, lo que abre un incentivo directo a relocalizar la manufactura.
La disposición se enmarca dentro de una estrategia más amplia que incluye tarifas del 50% a gabinetes de cocina y tocadores, 30% a muebles tapizados y 25% a camiones pesados, reforzando la narrativa de que los aranceles son una herramienta de “reindustrialización nacional”.
Impacto directo en la industria farmacéutica global
Estados Unidos es el principal importador mundial de productos farmacéuticos, con un mercado altamente dependiente de proveedores europeos (Irlanda, Suiza, Alemania) y asiáticos. Según datos de la Oficina del Censo, el valor de las importaciones de fármacos superó los 200.000 millones de dólares en 2024.
Con el nuevo arancel, el costo de entrada de los medicamentos importados se duplicaría en aduana, lo que impactará directamente a:
- Laboratorios multinacionales con plantas fuera de EE. UU. que abastecen su mercado.
- Sistemas de aseguramiento como Medicare y Medicaid, que podrían enfrentar un mayor gasto farmacéutico.
- Pacientes y usuarios, que verían aumentos en copagos o restricciones en el acceso a terapias innovadoras.
Expertos en comercio internacional advierten que esta medida afectará particularmente a los medicamentos biológicos y oncológicos, que concentran gran parte de las importaciones y no cuentan con sustitutos locales inmediatos.
Riesgos para la inflación y la sostenibilidad del sistema de salud
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, advirtió recientemente que los aranceles ya impuestos en meses anteriores han comenzado a reflejarse en el aumento de la inflación, en un contexto donde el índice de precios al consumidor permanece en niveles altos. “Estamos viendo que los precios de los bienes se reflejan en una mayor inflación”, señaló Powell en conferencia de prensa.
Un arancel de este nivel sobre fármacos podría:
- Aumentar el gasto sanitario nacional: al trasladarse los costos al sistema de aseguramiento.
- Desincentivar la innovación: al afectar la rentabilidad de las cadenas de suministro globalizadas.
- Presionar la inflación general: afectando no solo a pacientes sino también a la economía en su conjunto.
Respuestas internacionales y riesgos de retaliación
El anuncio generó reacciones inmediatas en la Unión Europea y Japón, que en julio habían negociado límites a las tarifas sobre productos farmacéuticos de hasta 15%, buscando preservar acuerdos bilaterales. La Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA) expresó su preocupación y pidió una negociación urgente con Washington.
En los mercados financieros, los laboratorios asiáticos registraron caídas, mientras que compañías con capacidad instalada en EE. UU., como Roche/Genentech en Carolina del Norte y Novartis, intentaron transmitir calma al señalar que sus operaciones podrían estar protegidas por las exenciones.
Perspectivas para el acceso a medicamentos y la salud pública
El impacto de esta medida trasciende el ámbito comercial y se sitúa en el corazón del acceso a medicamentos en la principal economía del mundo. La Food and Drug Administration (FDA) ha advertido en varias ocasiones sobre la vulnerabilidad de la cadena de suministro de fármacos esenciales, en particular en categorías como antibióticos, insulina y medicamentos oncológicos.
Si la política no se acompaña de estrategias sólidas de producción local, los expertos prevén un escenario de escasez temporal de medicamentos críticos, incremento significativo en los precios de terapias vitales incluidos biológicos y tratamientos para enfermedades raras y un ensanchamiento de las desigualdades en el acceso entre asegurados y no asegurados.
En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reiterado la necesidad de mantener cadenas de suministro diversificadas y resilientes, recordando las lecciones que dejó la pandemia de COVID-19 sobre la fragilidad del abastecimiento global.
La salud en el centro de la disputa comercial
El anuncio de un arancel del 100% a los medicamentos importados en Estados Unidos no solo marca un cambio en la política comercial de la primera potencia mundial, sino que abre un debate sobre el equilibrio entre soberanía productiva y acceso oportuno a terapias esenciales.
Mientras la administración Trump defiende la medida como una vía para fortalecer la industria farmacéutica nacional, expertos en salud y economía alertan que sus efectos inmediatos podrían traducirse en mayores costos para pacientes, aseguradoras y gobiernos, además de un posible impacto en la disponibilidad de tratamientos de alta complejidad. En un contexto global de cadenas de suministro interdependientes, esta decisión coloca al sector salud en el centro de una disputa comercial con consecuencias directas en la vida de millones de personas.