Nada mejor que regresar a casa, a pesar de todos nuestros problemas e increíbles realidades, siempre el retorno será lo mejor; creo que los colombianos tenemos hipermetilado el gen del olvido a nuestra tierra, porque todos vivimos sabroso, aunque leyendo las noticias recientes, algunos más que otros, en fin, mejor olvídenlo, vamos a otros temas.
Asistí como conferencista al evento conjunto TEDx/MIT y TEDX Boston sobre “el conteo para la Inteligencia Artificial General” realizado el día 6 de marzo pasado, pero no quiero sonar a reportaje periodístico ni mucho menos a historia de Instagram. ¿Qué fue lo que ocurrió y que ví en ese evento -y por fuera de él- que puede ser de interés para nuestro medio de IA médica?.
En primer lugar, hay un ambiente mixto en el mundo de la IA: por un lado algunos piensan que esta sido sobrevalorada y por lo tanto creen que estamos entrando posiblemente en un nuevo “invierno”, otros por el contrario y gracias al desarrollo de la IA generativa creen que estamos -por fin- trasgrediendo las fronteras de la teória a la práctica en muchos sectores.
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Personalmente no creo que sea o lo uno o lo otro, si bien es cierto que en salud los desarrollos efectivamente implementados son pocos, es también claro que hay una re-evolución de muchos conceptos en los que tengo fe, podrán mejorar la forma en como hoy ejecutamos el acto médico y aprovechar mucho mejor y más rápido nuestros datos. Nuestros datos que vale la pena mencionar, son muy difíciles de trabajar aquí y en el mundo desarrollado.
Respecto a esto último, pude visitar al grupo de una de mis profesoras en el MIT: Regina Barzilay. Ella, apoyada por su gran prestigio, logró conseguir fondos de diversas instituciones para crear en el año 2018 la Clínica Jameel, mejor conocida como J-Clinic, un centro de medicina computacional avanzada del MIT que se encuentra trabajando -sin ánimo de lucro- en tres grandes áreas: la optimización de IA explicable en medicina, el desarrollo de fármacos usando modelos generativos y un último proyecto que elevó mi adrenalina, es la creación de una malla automática para el montaje de arquitecturas multimodales en salud. De lograr esto último estaríamos ante un grandísimo paso para lograr una inteligencia artificial general en salud. Un aspecto muy relevante es que la industria farmacéutica multinacional aporta fondos en forma de una bolsa para el desarrollo de estos proyectos, a ver si por fin en nuestro medio la pharma deja de patrocinar las aplicaciones y plataformas de bajo uso y se enfoca en proyectos que no sean hackatones o datatones.
Saliendo de J-Clinic y a solo unos metros, debo confesar que sentí gran envidia al entrar al instituto Koch que es el centro de investigación integrativa en cáncer que tiene algunos departamentos como son el de bioinformática, biopolímeros y proteómica, patología digital y modelación preclínica que incluye entre otras a gemelos digitales. Me pareció aún mas increíble ver como se han fusionado diversos departamentos del instituto como biología, informática, ingeniería eléctrica, mecánica y medicina entre otros con MIT Nano (nanotecnología) y están produciendo investigación profunda para el desarrollo real de nanomedicina. ¡Fantástico!
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Regresando a nuestras conferencias, pude conocer a 60 expositores de diferentes disciplinas y ciudades exponiendo sobre la intersección de la IA y sus campos, desde la arquitectura y el diseño personalizado a nivel familiar y comunitario con capacidades de IA generativa, hasta la IA en la modulación del cambio climático, en el cambio de lo que hacen los casinos en el mundo, en el mundo de las finanzas y por supuesto en la medicina, en lo que se trataron temas diversos como el daño que le ha hecho a la medicina la hiperbólica percepción de su utilidad, los sesgos presentes en los modelos, los desafíos éticos y legales y en particular mi conferencia sobre los cambios en el modelo de pensamiento necesarios para generar médicos híbridos y acelerarlos, para ello narré nuestra experiencia regional con la arquitectura biodigital en los proyectos que venimos trabajado incluyendo AIpocrates y OxLER Lab, el ecosistema Health-Tech y las propuestas de modificaciones curriculares así como las rotaciones selectivas de mis estudiantes de pregrado de Uniandes en IA.
Pronto veremos todas estas conferencias, cada una de 5 minutos, alojadas en los canales de TEdx Boston y MIT. Pero más allá de eso, queda como altamente positivo para quienes venimos trabajando desde hace años en esto el relacionamiento con instituciones y personas que lideran el campo en el mundo y la inmensa satisfacción de saber que Colombia, si bien mucho más atrás que el MIT, ha traccionado la región junto con Chile, Argentina y Brasil en torno a la IA real para mejorar la salud. Nos quedan mil cosas por hacer, muchas más por difundir e implementar, entre ellas formar capacidades que es lo más difícil e importante y movernos de la fase de adopción tardía a la de generadores locales de desarrollos. En esto no podemos ser solo consumidores de tecnologías.
Hay un ecosistema Health-Tech importante en nuestro país, pero ese ecosistema debe tener un soporte científico más fuerte, ya que la medicina esencialmente es un arte tecnológico, una ciencia emocional con unas profundidades que deben ser abordadas por nosotros, los expertos del campo, tomados de la mano de las fábricas digitales por supuesto.
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Finalmente, me preocupó sobremanera escuchar que también en el mundo desarrollado está el fenómeno de los “vendedores de humo”, aquellas personas y empresas que no conocen realmente sobre estos temas, que no saben como se genera valor exponencial ligado a la ética en medicina y que solamente quieren vender aplicaciones o plataformas que resuelven necesidades parciales, que solo tienen afán de lucro y que ojalá pronto desaparezcan porque hacen mucho daño reputacional y económico a quienes tenemos pasión por seguir en esto.
Nos espera un año fantástico a pesar de la incertidumbre sectorial. Bienvenida a la medicina la IA generativa, la analítica cognitiva, la ingeniería tisular, los ecosistemas inmersivos, el MetaHealth y la computación cuántica para hacerlo mejor, con ética y respeto e irónicamente más humano.
