En respuesta a los recientes decretos emitidos bajo el mandato del presidente Javier Milei, que buscan desregular las obras sociales y hospitales en Argentina, y ante la falta de avances en las negociaciones salariales, el gremio de Sanidad liderado por Héctor Daer convocó a un paro nacional de 24 horas de duración. Esta medida de fuerza, comenzó en la madrugada del jueves 22 de febrero y afecta la atención en los hospitales privados en todo el país.
Desde la Federación de Asociaciones Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA), se informó que, durante el paro, los servicios médicos en los establecimientos privados estarán suspendidos, entre las cuales se encuentran las clínicas, sanatorios, hospitales particulares, instituciones mutuales, institutos médicos de diagnóstico, de análisis clínico, de consultorios médicos, de clínicas psiquiátricas, geriátricos, internación domiciliaria, con excepción de la atención por urgencias. Por otro lado, los hospitales públicos de la ciudad y provincia de Buenos Aires seguirán funcionando con normalidad.
Aunque los médicos se presentarán en sus puestos de trabajo, se abstendrán de realizar tareas asistenciales como parte de la medida de protesta. Sin embargo, se garantizará una cobertura mínima, priorizando la atención en casos de urgencia.
Los empleados llevarán a cabo manifestaciones en los corredores, y puertas de ingreso de los centros asistenciales, los trabajados reiteraron que: “Nuestros ingresos han alcanzado un intolerable deterioro que debe ser actualizado en forma inmediata. Lo hemos dicho hasta el cansancio: sin salarios, no hay salud”
¿Por qué motivos están protestando diferentes hospitales y diferentes agremiaciones de Argentina?
La decisión de llevar a cabo este paro nacional responde a varios motivos. Por un lado, el gremio denuncia la falta de avances en las negociaciones paritarias y la persistente pérdida de poder adquisitivo de los salarios frente a la inflación galopante. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la inflación del mes de enero alcanzó el 20,6%, lo que ha agravado la situación de los trabajadores de la salud.
Por otro lado, la publicación del decreto presidencial que desregula las obras sociales ha generado un profundo malestar en el sector. Este decreto permite a más de 20 millones de trabajadores elegir entre diferentes prepagas y obras sociales, generando una competencia que podría tener repercusiones en la calidad y accesibilidad de la atención médica para los trabajadores y sus familias.
El paro nacional en los hospitales también se enmarca en un contexto de protestas y medidas de fuerza que se han desatado en diversos sectores debido al deterioro salarial y las políticas económicas implementadas por el Gobierno de Milei. Coincide, además, con el reciente paro nacional de trenes que dejó sin servicio a todas las líneas ferroviarias, excepto las de larga distancia.
Además, gremios de docentes nacionales de la CGT (UDA, CEA, AMET y SADOP) están programando para el próximo 26 de febrero un paro en contra de la medidas del gobierno, este se llevará a cabo el mismo día que deberían comenzar las clases en varias jurisdicciones del país del sur.
Ante esta situación, desde el gremio de Sanidad se ha hecho un llamado a la unidad y la organización de los trabajadores, destacando la urgencia de la recomposición salarial y la defensa de los derechos laborales en el sector de la salud.