OMS declara el fin de la emergencia sanitaria internacional por mpox, pero mantiene la alerta en África

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La OMS levanta la emergencia internacional por mpox tras caída de casos, pero la enfermedad sigue siendo una amenaza en África.
OMS declara el fin de la emergencia sanitaria internacional por mpox, pero mantiene la alerta en África

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) levantó la emergencia sanitaria internacional por la viruela símica (mpox), tras registrar una disminución sostenida de casos y muertes en países africanos como República Democrática del Congo, Burundi, Sierra Leona y Uganda. La decisión se tomó luego de más de un año de vigilancia intensiva y reuniones periódicas del Comité de Emergencia convocado bajo el Reglamento Sanitario Internacional, que concluyó que la situación ya no cumple con los criterios de una alerta global.

Sin embargo, la OMS advirtió que la enfermedad continúa siendo una emergencia continental en África, donde el virus mantiene circulación activa, y recalcó que el levantamiento de la declaratoria no implica el fin de la amenaza ni la desmovilización de la respuesta internacional.

Fin de la emergencia internacional: decisión y fundamentos

El Comité de Emergencia de la OMS, convocado bajo el Reglamento Sanitario Internacional, evaluó nuevamente la situación epidemiológica y recomendó al director general levantar la alerta global declarada en agosto de 2024. En aquel momento, la medida respondió al rápido aumento de contagios en la República Democrática del Congo, impulsado por la aparición de un nuevo clado del virus conocido como clade Ib.

Durante la rueda de prensa oficial, difundida a través de la cuenta institucional de la OMS en X, el director de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus explicó: “Más de un año atrás declaré una emergencia de salud pública de importancia internacional por la propagación del mpox en África. Desde entonces, el Comité de Emergencia se ha reunido cada tres meses para evaluar el brote. Ayer, concluyó que la situación ya no representa una emergencia sanitaria internacional. He aceptado esa recomendación. Esta decisión se basa en los descensos sostenidos de casos y muertes en la República Democrática del Congo y en otros países afectados, incluidos Burundi, Sierra Leona y Uganda”.

Así mismo, el director general precisó, además, que el levantamiento de la declaratoria no significa el fin del riesgo: “Levantar la emergencia no significa que la amenaza haya terminado, ni que nuestra respuesta se detenga. Tomamos nota de la decisión de Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades (Africa CDC) de mantener al mpox como una emergencia continental”.

Contexto epidemiológico y antecedentes recientes

La viruela símica es una zoonosis viral detectada por primera vez en humanos en 1970 en la República Democrática del Congo. El brote que obligó a declarar la emergencia internacional en 2024 estuvo relacionado con la circulación del clade Ib, caracterizado por una mayor transmisibilidad y brotes comunitarios en áreas rurales. Según la OMS, ese año se notificaron más de 29.000 casos sospechosos y unas 800 muertes, con una tasa de letalidad cercana al 3%.

Cabe recordar que, previamente, la epidemia global de 2022–2023, originada por el clade IIb, afectó a 117 países y acumuló más de 95.000 casos confirmados, principalmente fuera del continente africano. Aquella crisis puso de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas sanitarios ante brotes transfronterizos de rápida expansión.

Factores que explican la reducción de casos

La decisión de la OMS responde a un conjunto de avances técnicos y operativos. La instalación de laboratorios en República Democrática del Congo y países vecinos permitió diagnósticos más rápidos, lo que redujo el tiempo entre la identificación clínica y la confirmación de casos. A ello se sumaron campañas comunitarias de sensibilización, que contribuyeron a mejorar las medidas de aislamiento y a frenar la transmisión en regiones de alta incidencia.

Los sistemas de control fronterizo también desempeñaron un papel clave. Aunque algunos países reportaron casos importados, como Estados Unidos con cinco contagios confirmados en 2024, no se registraron cadenas de transmisión sostenida fuera de África. Finalmente, el mejor conocimiento de los factores de riesgo de gravedad permitió enfocar los esfuerzos hacia niños, mujeres embarazadas y personas inmunocomprometidas, quienes enfrentan mayor vulnerabilidad ante la enfermedad.

Retos estratégicos tras el fin de la emergencia internacional

El levantamiento de la emergencia sanitaria internacional no significa que el mpox haya dejado de representar un desafío para los sistemas de salud. La experiencia acumulada obliga a sostener una vigilancia clínico-epidemiológica constante, especialmente en los servicios de atención primaria y en hospitales regionales, donde suelen detectarse los primeros casos. La protección de las poblaciones más vulnerables como niños, mujeres gestantes y personas inmunocomprometidas demanda protocolos específicos de seguimiento y manejo clínico, en particular en áreas rurales con limitada infraestructura.

En paralelo, los laboratorios locales necesitan fortalecer su capacidad diagnóstica mediante la disponibilidad de pruebas moleculares y rápidas, un elemento clave para evitar demoras en la confirmación y aislamiento de casos. La cooperación internacional también se mantiene como pieza fundamental para garantizar acceso a vacunas y tratamientos, en un contexto en el que la reducción del nivel de alerta podría traducirse en menor inversión y atención política. Finalmente, el monitoreo continuo del clado Ib se vuelve imprescindible, ya que su evolución podría derivar en nuevas variantes con potencial de expansión más allá de las fronteras africanas.

Después del fin de la alerta: el reto de no bajar la guardia

El anuncio de la OMS representa un avance significativo en el control del mpox, pero también un recordatorio de que los logros epidemiológicos pueden revertirse si se reduce la vigilancia. La enfermedad mantiene presencia endémica en África central y occidental, y el riesgo de expansión internacional persiste.

Para la comunidad médica y de gestión en salud, el mensaje es claro: la resiliencia en los sistemas sanitarios debe consolidarse con inversión sostenida, investigación aplicada y coordinación regional. El reto inmediato es evitar que la pérdida de la categoría de emergencia internacional derive en una desmovilización de recursos y atención.

El mpox deja en evidencia, una vez más, que las enfermedades infecciosas no reconocen fronteras y que la preparación constante es la mejor herramienta para mitigar futuros brotes.

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