En esta época del año recibo llamadas de varios colegas, muchos de ellos exalumnos, médicos generales en diferentes ciudades del país e inclusive del exterior. La comunicación es para contarme cómo les fue en su proceso de ingreso a especializaciones médico-quirúrgicas. La mayoría de ellas llevan un tono de frustración asociada a uno o varios intentos fallidos de ingreso, solo unas pocas son de alegría por matricularse en alguno de estos programas.
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Esta es una realidad palpable. Cada año, pueden graduarse alrededor de 5.000 médicos en nuestro país, a la vez existen casi 500 programas de especialización médico-quirúrgica inscritos ante el Ministerio de Educación Nacional; sin embargo, de los cupos inicialmente asignados y aprobados en las resoluciones del MEN, se ofertan los cupos que, a criterio de las universidades, protegidas en su autonomía, quieren tener cada año. Lo anterior, sin contar el impacto (del cual no se habla) de la ley de residencias médicas en los hospitales, lo cual ha llevado a disminuir el número de cupos otorgados por algunos programas. Esto en el escenario de un sistema de salud con crisis de especialistas, específicamente en áreas básicas de la medicina sobre las cuales debe(ría) gravitar el modelo de atención integral en salud no permiten vislumbrar un buen panorama.
Panorama de los profesionales médicos en Colombia
Para el año 2016 se tenía datos de 23.305 especialistas médicos, distribuidos así: Medicina interna: 3.280;
Pediatría 3.141; Anestesiología 3.000; Ginecología y traumatología 2.094; Cirugía general 1.843;
Ortopedia y traumatología 1.269; Oftalmología 1.117; Radiología e imágenes diagnósticas 1.069; Psiquiatría 938 y otras 5.554. Estos datos sin embargo no son exactos aún, a pesar del esfuerzo del Colegio Médico Colombiano para lograr el registro real. El problema central es que además de la insuficiencia de profesionales, hay una distribución inadecuada con una centralización de estos en las 5 ciudades capitales más grandes del país, un elemento más de inequidad en Colombia.
El objetivo de este escrito no es ahondar en este tema. Es compartir con aquellos colegas que no ingresaron a la famosa “residencia médica”, algunas ideas sobre el escenario actual de la profesión, las cuales pueden complementarse con mi columna “Microeconomía de la Profesión Médica” publicada previamente en Consultorsalud.
El verdadero papel de los médicos
A los médicos nos “vendieron la idea” en la facultad de medicina que el papel del médico se restringía a los administrativos y los asistenciales; y a la vez, equivocadamente, los “especialistas” consideran que el papel del administrativo está vinculado a la imposibilidad de ingresar a programas de residencia médica. Esta es una postura bastante primaria además de antipática.
Esquema convencional de las ESPECIALIDADES Médicas
Existe vida profesional -bien remunerada en muchos de los escenarios- por fuera del esquema convencional de las especialidades médico-quirúrgicas. De hecho, el retorno a la inversión (ROI) del cual escribí en la columna mencionada previamente, es más rápido para algunos perfiles del médico en el ecosistema del siglo XXI. Estamos en un nuevo escenario, el de las tecnologías 4.0 y la transformación digital sectorial, el de la medicina de precisión y la analítica avanzada. Las especialidades tradicionales sin duda seguirán teniendo importancia, pero en mi opinión, las dinámicas llevarán a que los modelos de vinculación de estos profesionales cambiarán sustancialmente y salvo algunas excepciones, los especialistas tendrán vinculaciones institucionales enfocadas en centros de excelencia, centros de cuidado clínico, unidades de práctica integrada etc., modalidades que estarán centradas en pagos por desempeño y no en el pago por evento como es la tendencia actual.
En este ecosistema, hay papeles cruciales y altamente competitivos para el médico general del siglo XXI:
Medicina de precisión
Las ramas de la medicina se centran hoy en el diagnóstico y la terapia molecular (no solo el cáncer y las enfermedades autoinmunes). Se requerirán en los siguientes años los perfiles mencionados a continuación, los cuales tendrán altísima empleabilidad y expectativas de ingreso económico igual o superior al de la mayoría de especialidades básicas:
- Biólogos moleculares
- Inmunólogos moleculares
- Especialistas en bioinformática
- Especialistas en tecnologías avanzadas (Nanotecnología, robótica etc.)
- Especialistas en farmacología con enfoque en farmacoeconomía de intervención entre otras
HEOR
(Economía de la salud y evaluación de desenlaces): Estos especialistas serán empleados por los sistemas de salud y la industria farmacéutica multinacional ya que las decisiones basadas en costo, el análisis de costo efectividad y el marco del valor terapéutico son elementos cruciales hoy para la gestión sectorial.
- Economía de la salud
- Farmacoeconomía
- Salud pública
- Salud global
- Marketing y acceso a servicios de salud
Tecnologías 4.0
Será crucial el profesional con entrenamiento médico que facilite desarrollos en salud basados en las tecnologías CRAVIB (Crowdfunding, robótica, inteligencia artificial, realidad virtual y aumentada, Blockchain y DLTs). Los sistemas de salud deberán ser plataformas integrados biotecnológicas, para lo cual deberán contar con:
- Expertos en Inteligencia Artificial
- Expertos en Simulación Avanzada
- Expertos en Bioinformática
- Ingenieros biomédicos
- Epidemiólogos y matemáticos expertos en analítica avanzada (modelos predictivos/prescriptivos)
Lo anterior abre un inmenso campo de posibilidades que van más allá de la asistencia y que en cierta forma son una esperanza para aquellos médicos que solo conocen a las residencias médicas como opción de vida. La mala noticia es que en el país hay muy pocos programas de formación en estos campos (aún), pero también es cierto que debido a la poca demanda de estos programas se “pierden” anualmente becas internacionales en países como Inglaterra, Singapur, Hong Kong, Canadá etc., ya que los médicos desconocen el inmenso potencial de estos nuevos campos.
Mi invitación es a que los médicos generales sean flexibles a escenarios no tradicionales como los mencionados. Es posible que muchos de estos perfiles tengan un equilibrio vida/trabajo muy alto, pero además harán crecer nuestros horizontes médicos más allá de la asistencia, finalmente es también una forma muy importante de generar valor para nuestros pacientes.