Un estudio reciente revela que la exposición intrauterina a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) está relacionada con una reducción del volumen cerebral en los niños. Sin embargo, los investigadores enfatizan que estos hallazgos deben ser interpretados con cautela debido al tamaño relativamente pequeño de la muestra.
El estudio, dirigido por el Dr. Henning Tiemeier de la Harvard TH Chan School of Public Health en Boston, Estados Unidos, destaca que las asociaciones detectadas eran pequeñas y no permiten establecer una relación causal entre el uso prenatal de ISRS y la disminución del volumen de materia gris y blanca en áreas específicas del cerebro.
Además, Tiemeier enfatiza en la importancia de que las mujeres embarazadas que estén recibiendo terapia con ISRS consulten a su terapeuta para evaluar si necesitan continuar con esta terapia preventiva y si existen alternativas más seguras. También asegura que esta elección debe ser cuidadosamente considerada y que las mujeres deben recibir asesoramiento adecuado al respecto.
El estudio, publicado en JAMA Psychiatry, plantea un desafío importante en cuanto a la prescripción de antidepresivos durante el embarazo, en particular los ISRS. Si bien su uso generalmente se considera seguro, investigaciones previas han sugerido una asociación con resultados negativos en la descendencia, incluyendo efectos adversos en el desarrollo neurológico.
Los investigadores señalan que es posible que las personas gestantes que utilizan ISRS tengan otros factores, como síntomas depresivos más graves, que puedan estar asociados de manera independiente con resultados adversos en sus hijos.
Para investigar el vínculo entre la exposición intrauterina a los ISRS y el desarrollo cerebral, se llevó a cabo un estudio prospectivo en una población de 3,198 mujeres embarazadas. Estas se dividieron en cinco grupos: 41 que utilizaron ISRS durante el embarazo, 257 que no utilizaron estos fármacos, pero tuvieron síntomas depresivos, 77 que utilizaron ISRS antes del embarazo, 74 que desarrollaron síntomas depresivos después del parto y 2,749 controles sin uso de ISRS ni síntomas depresivos.
Resultados de la exposición a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
Se realizaron resonancias magnéticas cerebrales a los hijos de estas mujeres en tres momentos diferentes, entre las edades de 7 y 15 años.
Los resultados mostraron que los niños expuestos a ISRS durante el embarazo tuvieron una reducción en el volumen de materia gris y blanca que se mantuvo hasta los 15 años, especialmente en el circuito cortico límbico. Se observó una asociación persistente entre la exposición prenatal a los ISRS y menores volúmenes corticales en varias áreas del cerebro, incluyendo la corteza frontal superior, la corteza orbitofrontal medial, la circunvolución parahipocampal, la corteza cingulada anterior rostral y la corteza cingulada posterior.
Sin embargo, en algunas áreas del cerebro, el volumen cerebral aumentó gradualmente hasta alcanzar niveles similares a los de los niños no expuestos. Por ejemplo, los volúmenes más pequeños de la amígdala se normalizaron a los 15 años, lo que indica que los niños expuestos no presentaban diferencias significativas en comparación con los niños sin exposición.
Además, se observó consistentemente que la exposición prenatal a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina se asociaba con un volumen cerebral de entre un 5% y un 10% menor en la corteza frontal, cingulada y temporal en todas las edades estudiadas.
En el caso de mujeres con depresión posparto que utilizaron inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina antes o durante el embarazo y experimentaron síntomas depresivos después del parto, se observó una reducción en la circunvolución fusiforme de los recién nacidos.
El Dr. Tiemeier no pudo especular sobre los efectos de las diferencias de volumen en el desarrollo de los niños, aunque señaló que las áreas del cerebro que se ven afectadas son las principales responsables de la regulación de las emociones.
Los investigadores reconocieron que había limitaciones en la capacidad de investigar los efectos trimestrales específicos del uso de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y evaluar asociaciones con cada uno, debido a la baja prevalencia de su uso en general.
Además, destacaron la necesidad de investigar los resultados conductuales y psicológicos a largo plazo asociados con los cambios cerebrales observados.
Talati afirma que, si en el futuro se establece una conexión entre las anomalías cerebrales y resultados adversos en la juventud, será necesario considerar cuidadosamente el equilibrio de riesgo-beneficio. Hasta que eso ocurra, enfatizó que no se deben sobre interpretar los hallazgos “para promover o desalentar el uso de fármacos antidepresivos durante el periodo crítico del embarazo”.