Los implantes dentales han transformado la odontología moderna al proporcionar una solución efectiva y duradera para la pérdida de dientes. A pesar de su alta tasa de éxito, aún persisten riesgos de complicaciones, especialmente en los primeros dos años tras su colocación. Factores como infecciones, pérdida ósea y la falta de integración con el hueso maxilar pueden comprometer la estabilidad del implante y afectar la salud bucal del paciente.
Un estudio reciente publicado en Biomolecules and Biomedicine ha identificado los principales factores de riesgo que pueden influir en el fracaso de los implantes dentales. La investigación también ha desarrollado un modelo predictivo que busca mejorar los resultados clínicos en pacientes con defectos de dentición parcial, brindando nuevas herramientas para optimizar la planificación y el seguimiento postoperatorio.
¿Por qué el uso de implantes dentales puede fallar con el tiempo?
En el análisis de 300 pacientes sometidos a estos procedimientos, se ha identificado los principales riesgos que pueden comprometer la durabilidad de los implantes, destacando que el tabaquismo después de la colocación representa una de las mayores amenazas. Al afectar la cicatrización y la integración ósea, los fumadores presentan un riesgo significativamente mayor de falla del implante.
El estudio también reveló que los implantes ubicados en la parte frontal de la boca tienen una mayor probabilidad de falla en comparación con los colocados en la zona posterior. Esta diferencia podría explicarse por la estructura ósea y la distribución de la presión masticatoria en cada región. Además, se encontraron otros factores determinantes como la higiene oral deficiente, el número de implantes colocados, la cantidad insuficiente de hueso y la falta de mucosa queratinizada, todos ellos aspectos que pueden influir en la estabilidad del implante.
Si bien la tasa general de fracaso fue del 5.67% en dos años, los expertos enfatizan que la identificación temprana de estos factores de riesgo puede mejorar significativamente los resultados. “Nuestro estudio destaca el papel fundamental de los hábitos del paciente en el éxito del implante”, señaló el investigador principal, el Dr. Dake Linghu. “Abordar estos aspectos desde el inicio del tratamiento permite reducir el riesgo de complicaciones”. Para los especialistas, estos hallazgos refuerzan la necesidad de una planificación personalizada y evaluaciones preoperatorias detalladas que garanticen mejores resultados a largo plazo.
