El Consejo Nacional de Política Económica y Social aprobó el 30 de octubre de 2025 el Documento CONPES 4170, mediante el cual se declaró de importancia estratégica el proyecto de inversión “Fortalecimiento de la producción nacional de productos farmacéuticos que garanticen la soberanía sanitaria”.
Este proyecto, inscrito en el Banco de Programas y Proyectos de Inversión Nacional bajo el código BPIN 202500000025358, contempla una inversión total de 1,37 billones de pesos, respaldada por el aval fiscal del Confis, que autorizó su ejecución mediante vigencias futuras excepcionales entre 2026 y 2035. Más que un programa de infraestructura, esta inversión se perfila como un instrumento estratégico para fortalecer la capacidad nacional de producción farmacéutica, disminuir la dependencia de importaciones y consolidar la autonomía tecnológica del país en el largo plazo.
El documento define la soberanía sanitaria como la capacidad del Estado para garantizar, de forma autónoma y sostenible, el acceso a tecnologías y productos farmacéuticos estratégicos. Esta política trasciende el ámbito sanitario y se proyecta como un instrumento de seguridad nacional y desarrollo industrial.
Una dependencia estructural que compromete la seguridad sanitaria
El diagnóstico que sustenta el CONPES 4170 es contundente, dado que en Colombia, siete de cada diez medicamentos son importados, y el 100 % de los principios activos biotecnológicos provienen del exterior. Esta dependencia tiene consecuencias directas, vulnerabilidad ante crisis logísticas, fluctuaciones de precios internacionales y frecuentes desabastecimientos de fármacos esenciales.
Las causas de fondo se concentran en dos grandes limitantes:
- Insuficiencia de infraestructura pública o mixta con capacidad de producción industrial de medicamentos complejos, como vacunas y biológicos.
- Debilidad en los procesos de innovación y transferencia tecnológica, que mantiene desconectada la investigación académica de la aplicación industrial.
En la actualidad, la única planta pública operativa, adscrita a la Universidad de Antioquia, funciona a escala piloto con un área de apenas 280 m². Además, de los 6.090 registros sanitarios vigentes, solo 12 (0,2 %) pertenecen a entidades estatales. El resultado es un sistema de salud dependiente de mercados externos, lo que afecta la cobertura, los precios y la capacidad de respuesta nacional en emergencias sanitarias.
¿Cómo se implementará el plan y qué transformaciones propone?
El proyecto se ejecutará en un horizonte de diez años, bajo la rectoría del Ministerio de Salud y Protección Social y la coordinación técnica del Departamento Nacional de Planeación (DNP). Está estructurado en dos estrategias complementarias que combinan inversión productiva y desarrollo científico.
1. Infraestructura y dotación: Esta línea busca crear una red nacional de plantas farmacéuticas públicas o mixtas que cumplan estándares internacionales de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM). Entre las iniciativas priorizadas figuran:
- Una planta de 4.500 m² de Vecol S.A. para la producción de cinco vacunas de interés nacional.
- Una planta pública de 8.700 m² en la Universidad de Antioquia, destinada a medicamentos sólidos y líquidos.
- La modernización del Instituto Nacional de Salud (INS) para duplicar su capacidad de fabricación de sueros hiperinmunes.
- La implementación de un centro biotecnológico en el Instituto Nacional de Cancerología, especializado en terapias avanzadas contra el cáncer.
2. Generación y transferencia de conocimiento: El segundo componente se enfoca en fortalecer la innovación y cerrar la brecha entre la ciencia y la industria. Incluye:
- La formulación de lineamientos nacionales de I+D+i en salud, que servirán como guía para proyectos futuros.
- Financiación de tres proyectos estratégicos de innovación, seleccionados según su relevancia sanitaria y su potencial de sustitución de importaciones.
- El fortalecimiento de alianzas universidad–empresa–Estado para escalar tecnologías desde el laboratorio hacia la producción industrial.
Estas dos líneas se complementan para establecer un ecosistema de producción farmacéutica soberano, competitivo y sostenible.
¿Cuál será el impacto económico y social del CONPES 4170?
El análisis beneficio–costo elaborado por el Ministerio de Salud y Protección Social demuestra una alta rentabilidad social, con una relación B/C de 6,01 en el escenario base y 8,02 en el optimista. En términos simples, por cada peso invertido, el país obtendría un retorno social de seis pesos.
Los principales beneficios monetizables derivan de la sustitución progresiva de importaciones farmacéuticas, cuyo gasto ascendió en 2023 a 14,8 billones de pesos. A ello se suman impactos no monetarios, como la creación de empleo calificado, la reducción del déficit comercial y la consolidación de la autonomía sanitaria frente a emergencias globales. En cifras generales:
- Inversión total: 1,37 billones de pesos.
- Infraestructura y dotación: 0,99 billones.
- Generación y transferencia tecnológica: 0,38 billones.
- Valor presente de costos: 0,983 billones.
- Valor presente de beneficios (escenario base): 5,91 billones.
Además de su rentabilidad económica, el proyecto promete fortalecer la resiliencia del sistema de salud, impulsar la innovación nacional y fomentar la producción científica aplicada, aspectos clave para un sistema sanitario sostenible.
Coherencia con la política de reindustrialización y ciencia nacional
El CONPES 4170 se alinea con las principales políticas de desarrollo del país. En el Plan Nacional de Desarrollo 2022–2026 “Colombia, potencia mundial de la vida”, se integra al eje de Seguridad Humana y Justicia Social, que busca fortalecer la capacidad de producción local de medicamentos y vacunas. Asimismo, guarda coherencia con:
- La Política Nacional de Reindustrialización (CONPES 4129), que posiciona al sector salud como motor del desarrollo productivo.
- La Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (CONPES 4069), que promueve la biotecnología como área estratégica.
- La Resolución 1411 de 2022, que adoptó la Política de Soberanía en la Producción para la Seguridad Sanitaria.
En términos financieros, el aval del Confis, formalizado mediante el radicado 2-2025-062947, garantiza la sostenibilidad del proyecto durante toda la década. Este respaldo fiscal asegura la continuidad presupuestal y evita la fragmentación institucional que históricamente ha afectado los programas de innovación en salud.
Metas, seguimiento y horizonte de ejecución
El plan establece metas concretas para el año 2035, entre las que destacan la ejecución de tres proyectos de infraestructura farmacéutica, la publicación de dos lineamientos nacionales de I+D+i y la financiación de tres proyectos estratégicos de innovación.
El Ministerio de Salud deberá presentar informes semestrales de avance ante el DNP, con cortes hasta junio y diciembre de 2035. Este seguimiento, bajo el Programa Anual de Seguimiento (PAS), permitirá evaluar avances físicos, financieros y técnicos, garantizando la transparencia y la sostenibilidad de la inversión pública.
La soberanía sanitaria como política de Estado
El CONPES 4170 redefine la política sanitaria colombiana, pues más allá de un proyecto de infraestructura, plantea una estrategia de desarrollo productivo y científico para garantizar el acceso a medicamentos estratégicos y proteger la vida desde la capacidad nacional.
De cumplirse sus metas, Colombia podría recuperar su capacidad de fabricar vacunas humanas, reducir su dependencia tecnológica y consolidarse como referente regional en autosuficiencia sanitaria. La soberanía sanitaria deja de ser un concepto aspiracional para convertirse en una política de Estado que integra salud, ciencia y economía en una misma visión de país.