América Latina y el Caribe enfrentan un reto silencioso pero crítico: el manejo inadecuado de los residuos generados por hospitales y centros de salud. Según estimaciones de la OPS, alrededor del 70% de los desechos médicos de la región no se gestionan correctamente, lo que incrementa el riesgo de propagación de enfermedades y la contaminación de suelos, aguas y ecosistemas.
Para abordar este desafío, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con financiamiento del gobierno de Canadá, implementa un programa destinado a fortalecer las capacidades nacionales en materia de gestión segura de desechos médicos. Esta iniciativa abarca 13 países de la región entre ellos, Costa Rica, El Salvador, Panamá, Bolivia, República Dominicana y Colombia, se orienta a actualizar leyes, desarrollar infraestructura, promover prácticas seguras y formar especialistas en gestión ambiental sanitaria.
“La enorme necesidad de mejorar la gestión de los desechos médicos se hizo aún más evidente cuando la pandemia de COVID-19 provocó un aumento drástico en la generación de residuos”, explicó Luis Francisco Sánchez Otero, asesor regional en seguridad química de la OPS. “Con el apoyo de Canadá, hemos podido ayudar a los países a avanzar en el desarrollo e implementación de mejores estrategias de eliminación”, agregó.
Países con estrategias nacionales y avances normativos
El programa ya muestra resultados concretos. Costa Rica, Cuba, República Dominicana, El Salvador y Panamá cuentan con estrategias nacionales de gestión de desechos médicos, mientras que Bolivia ha recibido apoyo técnico para actualizar una ley con más de 20 años de antigüedad.
Paralelamente, la OPS ha capacitado a 70 profesionales de la salud en Bolivia, Costa Rica y El Salvador, quienes desarrollan planes integrales para gestionar residuos desde su generación hasta su disposición final, incluyendo la segregación en origen, el transporte interno y externo, y la eliminación en vertederos seguros. Panamá será el próximo país en iniciar este proceso de formación, con el objetivo de replicar las buenas prácticas a nivel local.
Estas acciones se enmarcan en un modelo de gobernanza sanitaria que combina cooperación técnica, fortalecimiento institucional y asistencia normativa, permitiendo que los países avancen hacia sistemas más sostenibles y resilientes frente a emergencias sanitarias.
Colombia: un referente en gestión hospitalaria de residuos
En el pasado mes de agosto, la ciudad de Medellín en Colombia, fue sede de una misión técnica regional organizada por la OPS. Durante tres días, 21 profesionales de la salud pública de 13 países participaron en un taller de intercambio de experiencias sobre manejo seguro de residuos biomédicos y electrónicos.
La visita incluyó recorridos por establecimientos de salud de distintos niveles de complejidad, entre ellos el Hospital Pablo Tobón Uribe, reconocido por su sistema de gestión ambiental. Allí, Herlyn Danilo Vitola, ingeniero ambiental, explicó que los desechos se pesan y registran digitalmente para analizar su origen y evolución. “Los desechos se pesan, y la balanza captura automáticamente los datos, incluyendo de qué piso provienen. Así, el hospital sabe dónde y por qué podría estar aumentando la generación de residuos, lo que nos permite gestionarlos con mayor precisión”, señaló Vitola.
Para Óscar Orellano, jefe de reciclaje y desechos de la Autoridad Nacional de Residuos Sólidos (ANDRES) de El Salvador, la experiencia colombiana marcó un punto de inflexión. “Hay mucho que aprender de las experiencias de otros países. Queremos adaptar lo que hemos aprendido aquí a nuestras propias circunstancias, mejorando nuestro sistema de gestión de residuos biológicos y los generados por equipos de rayos X”, indicó.
Desafíos normativos en el Caribe y la necesidad de marcos regulatorios sólidos
El taller de Medellín también evidenció brechas normativas significativas, especialmente en los países insulares del Caribe, donde las limitaciones geográficas y logísticas dificultan el manejo de residuos sólidos y biológicos.
“Encontramos que la mayoría de los países aquí presentes están más avanzados en materia de legislación. Por eso, necesitamos trabajar con mayor rapidez y eficiencia en el desarrollo de nuestras políticas, guías y normas”, afirmó Jennifer Savariau, directora de Gestión de Desechos Médicos de Jamaica.
Este análisis comparativo permitió a los países participantes identificar vacíos técnicos, recursos insuficientes y necesidades de cooperación. A partir de estas brechas, la OPS diseñará planes de acción específicos para cada nación, con el objetivo de optimizar la asistencia técnica, canalizar fondos internacionales y consolidar una red regional de expertos en gestión de desechos médicos.
Hacia una salud pública más sostenible y segura
La iniciativa impulsada por la OPS y Canadá refleja una visión integral de la salud pública, donde la gestión ambiental se entiende como un componente esencial de la seguridad sanitaria.
El manejo inadecuado de residuos hospitalarios no solo afecta a los trabajadores de salud, sino también a las comunidades cercanas y a los ecosistemas. En ese sentido, el programa no se limita a la capacitación técnica: busca instalar una cultura de sostenibilidad y responsabilidad compartida entre los sistemas de salud y la sociedad.
Con la participación de países como Bahamas, Belice, Bolivia, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, Paraguay y Perú, el proyecto se perfila como un paso clave hacia la consolidación de un modelo regional sostenible, capaz de reducir riesgos biológicos, químicos y ambientales en beneficio de la salud colectiva.