De acuerdo con una investigación del Hospital Universitario Nacional de Colombia (HUN), se evidenció que por medio de ecografías existe un diagnóstico mayor al 95% para lesiones de alta sospecha. La ecografía demostró la capacidad de diferenciar los nódulos de baja y alta sospecha.
Los nódulos tiroideos son bultos en la glándula tiroides, que tiene como función regular el ritmo cardíaco, la presión arterial, la temperatura corporal o el peso. En algunos casos estos nódulos pueden ser malignos, por lo que es vital tener un diagnóstico oportuno.
Diego Armando Guerrero, especialista en Radiología e Imágenes Diagnósticas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), explicó que cuando la ecografía tiene alta sospecha para malignidad “ese paciente tiene cáncer”, aún cuando los exámenes del paciente no sugieran la existencia de este padecimiento.
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Con frecuencia la detección de este tipo de lesiones se realiza palpando la parte delantera del cuello, en donde la glándula tiroidea se ubica, teniendo forma de mariposa con un diámetro de 5 centímetros. Otra forma utilizada habitualmente es la utilización de imágenes diagnósticas cuando hay sospecha de cáncer.
Guerrero menciona que este hallazgo también puede ser incidental, por ejemplo, cuando los pacientes acuden a los servicios médicos presentando malestar o dolor de garganta, se les realiza una tomografía de cuello y, “sin tener nada que ver con su molestia, y es ahí donde en ocasiones se identifica que existe esta lesión dentro de la tiroides”.
El especialista detalla que para el diagnóstico del nódulo tiroideo casi siempre se parte de la identificación de factores de riesgo, como lo son el historial de cáncer de tiroides en la familia, tener algún padecimiento en la zona o haber sido sometido a radiación en la cabeza.
“Cuando el paciente acude por cualquier motivo al médico y él identifica estos factores de riesgo, el especialista va a indicar la realización de algún estudio para determinar la presencia del nódulo y es ahí donde la ecografía juega una función importante”, afirma Guerrero.
Estudios postmortem indican que 1 de cada 2 pacientes tiene nódulo tiroideo y en ecografía 1 de cada 3 pacientes tiene nódulo tiroideo.
Los nódulos sólidos o llenos de líquido que se dan dentro de la glándula de la tiroides se presentan con frecuencia, no obstante se tienen dificultades para detectarlos, ya que los pacientes no acuden al médico por no presentar síntomas, por lo que no se detectan a tiempo.
La investigación evaluó el rendimiento de la ecografía teniendo en cuenta la composición del nódulo, su forma, los márgenes, si tenían o no calcificaciones en su interior, el tipo de calcificaciones con su respectivo tamaño. Estos puntos fueron analizados de manera independiente.
A partir de 667 pacientes del HUN se recolectaron los datos, con los que se obtuvo la información de qué tan importante es la ecografía para predecir malignidad y qué tanto rendimiento diagnóstico tiene.
Desde 1957 Colombia cuenta con la ecografía como examen diagnóstico, que consiste en colocar un transductor sobre la piel, emitiendo ondas de sonido, que regresan al equipo y generan una imagen de las estructuras que logran detectar.
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