Este 14 de marzo es el día mundial del riñón, fecha promovida por la Sociedad Internacional de Nefrología y la Federación Internacional de Fundaciones Renales – Alianza Mundial del Riñón, a la que se suma la Cuenta de Alto Costo (CAC) para “promover el acceso equitativo a la atención y la práctica farmacológica óptima” en este ámbito clínico, teniendo en cuenta que la enfermedad renal crónica (ERC) es una de las más comunes del mundo.
Para alcanzar esta meta, se enfatiza la necesidad de diseñar y aplicar estrategias integrales que incluyan el desarrollo de políticas de salud públicas efectivas. Estas políticas deben enfocarse en fortalecer los servicios médicos disponibles, aumentar la cantidad y mejorar la calidad de los profesionales en el campo de la salud, así como expandir la oferta de servicios especializados. Además, se busca empoderar a los pacientes y a las comunidades para fomentar la detección temprana, el tratamiento adecuado y el control efectivo y sostenido de las enfermedades renales, contribuyendo significativamente a la salud pública.
Este año, la conmemoración del día mundial del riñón se centra en la población diagnosticada con enfermedad renal, con el fin de mejorar su calidad de vida y facilitar el acceso oportuno a los tratamientos. De acuerdo con estadísticas compartidas por la organización World Kidney Day, se calcula que más de 850 millones de personas padecen enfermedad renal crónica (ERC), una condición que fue responsable de más de 3.1 millones de fallecimientos en 2019; en aquel año, se ubicó en el octavo lugar en el listado de causas de mortalidad más frecuentes en el mundo.
“En todo el mundo, los pacientes luchan por acceder a atención médica opotima y a los medicamentos, debido a altos costos y desinformación; ésto afecta la adherencia y comportamiento de su salud. Crear conciencia sobre los factores de riesgo de la enfermedad renal crónica, tales como la diabetes, la hipertensión y la obesidad, mejorar el conocimiento en aspectos básicos de salud sobre estilos de vida saludables y el autocuidado y promover la adherencia a largo plazo a los tratamientos, pueden generar grandes beneficios, especialmente cuando el tratamiento e inicia temprano y se mantiene constante. Involucrar a los pacientes y a las comunidades locales en organizaciones de defensa de derechos de salud, les permitirá tomar decisiones informadas y mejorar sus resultados de salud” destaca World Kidney Day.
Sin una intervención adecuada y oportuna, se estima que para el año 2040 la ERC ascenderá al quinto puesto en la lista de causas de defunción más comunes. Durante las últimas tres décadas, los esfuerzos para tratar la enfermedad renal crónica han estado enfocados en la preparación y provisión de terapias que reemplacen la función renal, destacando la importancia de abordar esta condición con seriedad y eficacia. En Colombia, según la información compartida por la CAC, se reportaron 1.014.594 casos de ERC, patología que hace parte del grupo de enfermedades priorizadas por el sistema de salud.
Datos actualizados de la ERC en Colombia
Durante el periodo comprendido entre el 1° de julio de 2022 y el 30 de junio de 2023, la CAC registró un total de 991.212 casos de enfermedad renal crónica (ERC), de los cuales el 4.08% correspondían a pacientes en el estadio 5, lo que indica una fase avanzada de la enfermedad.
Este informe, presentando en el marco del día mundial del riñón, destaca que la mayor concentración de casos se encontraba en Bogotá, D.C. y la región Pacífica, representando el 21.01% y el 21.33% del total, respectivamente. Además, se señala que el 58.49% de los diagnosticados con ERC son mujeres, reflejando una prevalencia significativa de esta condición entre el género femenino.
En el contexto de los esfuerzos por promover un acceso equitativo a la atención médica, se subraya la necesidad de comprender las variaciones entre las diferentes regiones para abordar las desigualdades en el diagnóstico de la ERC, especialmente en pacientes con enfermedades precursoras como la hipertensión arterial y la diabetes mellitus. El objetivo de esta estrategia es frenar la progresión de la enfermedad y mitigar el daño renal, enfocándose en una atención temprana y adecuada para aquellos en riesgo.
Desde 2018, se ha observado una disminución en la disparidad regional en la proporción de pacientes con condiciones precursoras evaluados para la ERC, evidenciando un progreso en la igualdad de acceso al diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.
