Hace un par de días, en medio de un evento al que fui invitada en la Universidad Externado, le pregunté al auditorio, conformado por al menos un centenar de personas, quién se había cambiado de EPS en la última década. El mini-experimento social tenía como objetivo ratificar una idea que he venido configurando en mi cabeza desde hace unos meses, cuando asumí como Presidente Ejecutiva de ACEMI, que agremia 10 de las EPS más grandes del país.
La conjetura es sencilla. En estos casi 30 años de existencia del sector salud se ha construido una relación de confianza de los colombianos con el Sistema de Salud, que va más allá de la relación de confianza con el médico tratante, que junto con la relación de autoridad que ejercen los profesores son parte estructural de nuestra sociedad.
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Las cifras más recientes de la Encuesta de Satisfacción del Ministerio de Salud muestran que el 82,6% de los colombianos recomendaría su EPS a un familiar o amigo, y la Encuesta Polimétrica de Cifras y Conceptos del pasado mes de abril muestra que 4 de cada 5 colombianos no está de acuerdo con la propuesta de eliminar las EPS, esas son muestras de confianza en el sector salud, y en el modelo de aseguramiento.
Las Entidades Promotoras de Salud (EPS) son la puerta de entrada del Sistema de Salud y tienen la responsabilidad de acompañar y representar a los usuarios en la navegación por este complejo de prestadores, medicamentos, especialistas, laboratorios y miles de atenciones que hacen parte del Plan de Beneficios al que tenemos derecho cerca de 50 millones de colombianos. Esta responsabilidad implica muchas tareas que, aunque invisibles a ojos de los usuarios, permiten que al año se hagan más de 300 millones de prestaciones, y que los colombianos usemos entre 11 y 15 veces atenciones de Sistema de Salud al año.
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En octubre de 2021, en medio de uno de los picos de la pandemia sólo el 8% de los encuestados estaba preocupado por la provisión de salud en el país según Global Advisor. Esto tiene que ver con que en estos dos años de pandemia del Covid 19, ninguna familia colombiana tuvo que vender su carro o empeñar sus bienes para poder pagar la cuenta del hospital como pasó en muchos países incluso desarrollados, y que el Sistema de Salud mostró su fortaleza al multiplicar sus capacidades para realizar pruebas, abrir camas de UCI y llevar los servicios médicos a las casas.
Todas estas cifras muestran que la credibilidad que hoy tiene el Sistema de salud es posiblemente uno de los grandes capitales sociales del país. Desde ACEMI creemos en los médicos, creemos en el sistema de salud, y creemos en rol fundamental de las EPS como aseguradores y gestores integrales del riesgo en salud.
Ese día en el auditorio pude comprobarlo. Aun cuando cambiarse de EPS es una alternativa frente a los inconformismos de un sistema complejo y que tiene mucho por mejorar, solamente tres personas levantaron la mano.
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