Un informe reciente de la Comisión Lancet sobre demencia ha revelado que la prevención y el retraso de casi la mitad de los casos de demencia en el mundo son posibles al eliminar 14 factores de riesgo modificables durante la vida de una persona.
La publicación incluye dos nuevos factores de riesgo: el colesterol alto y la pérdida de visión, los cuales se suman a los 12 factores identificados en el informe de 2020: niveles más bajos de educación, pérdida auditiva, hipertensión, tabaquismo, obesidad, depresión, inactividad física, diabetes, consumo excesivo de alcohol, lesiones traumáticas cerebrales (TBI), contaminación del aire y aislamiento social. Estos factores de riesgo combinados están vinculados a alrededor del 40% de los casos de demencia a nivel mundial.
Los dos factores añadidos están asociados con el 9% de todos los casos de demencia: se estima que el 7% de los casos se deben a niveles altos de colesterol LDL desde aproximadamente los 40 años, y el 2% de los casos se deben a la pérdida de visión no tratada en la vida posterior, dijeron los autores.
El nuevo informe, dado a conocer el 31 de julio en la Conferencia Internacional de la Asociación Americana de Alzhéimer, también presenta 13 recomendaciones dirigidas a individuos y gobiernos para ayudar a prevenir la demencia. Estas incluyen prevenir y tratar la pérdida auditiva, la pérdida de visión y la depresión; mantenerse cognitivamente activo a lo largo de la vida; usar protección para la cabeza en deportes de contacto; reducir los factores de riesgo vascular (colesterol alto, diabetes, obesidad, hipertensión); mejorar la calidad del aire; y proporcionar entornos comunitarios de apoyo para aumentar el contacto social.
Casos de demencia serían prevenibles, de acuerdo con expertos
Para los especialistas que actualizaron el informe, al tener en cuenta los nuevos factores de riesgo, se podrán prevenir los casos de demencia. Según el Dr. Shaheen Lakhan, neurólogo, señaló que los factores de riesgo de demencia afectan desproporcionadamente a los grupos socioeconómicamente desfavorecidos y a los países de ingresos bajos y medios. Abordar estas disparidades no es solo una cuestión de equidad en la lucha contra la demencia; la igualdad en la prevención es tan importante como la igualdad en el tratamiento.
Desde esa perspectiva, la relación de los especialistas con la demencia también presenta nuevos desafíos. Para que la implementación de estrategias preventivas dé resultados, resulta indispensable la colaboración de los responsables de políticas y sistemas de salud, los actores sectoriales y la población en general. Los beneficios potenciales, tanto en términos de calidad de vida como de ahorro económico, hacen que este esfuerzo no solo sea valioso, sino imperativo.