La revista científica Nature dio a conocer un estudio que demuestra que los niños que consumen alimentos y bebidas azucaradas constantemente tienen mayor riesgo de tener problemas cognitivos y de memoria durante la adultez.
El estudio llevado a cabo en Estados Unidos, se basó en ratas que desde el inicio de su vida fueron alimentadas alimentos azucarados para posteriormente en su vida adulta someterlas a pruebas para evidenciar afectaciones en su desempeño cognitivo. Con estos análisis se demostró que el hipocampo (región del cerebro encargada de la función de la memoria) se alteró en los roedores que constantemente consumían azúcar, lo que se traducía en problemas de memoria. Un grupo de ratas tenía una dieta a base de agua, mientras que al otro se le administraba agua suplementada con un equivalente a las bebidas gaseosas.
Los científicos partían de la premisa que el azúcar afecta el microbioma intestinal de las personas, y a su vez modifica los genes en función del deterioro del hipocampo. La doctora en nutrición Emily Noble, de la Universidad de Georgia y autora principal del estudio explicó que el consumo de azúcar en grandes cantidades desde etapas tempranas de la vida puede afectar selectivamente el aprendizaje y la memoria del hipocampo.
Otro hallazgo mostró que el consumo de bebidas azucaradas también tuvo un impacto perjudicial en el microbioma intestinal de las ratas, específicamente, las ratas con altas tasas de consumo de azúcar tenían poblaciones más grande de dos bacterias intestinales: parabacteroides distasonis y parabacteroides johnsonii.
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el Consumo de azúcar afecta los genes
Después los científicos inyectaron estas bacterias a las ratas que no habían consumido bebidas azucaradas y evidenciaron el desarrollo de problemas en el hipocampo cerebral, acompañados de problemas de memoria.
Los investigadores entonces concluyeron que la alteración del microbioma intestinal producto del consumo de gaseosas y azúcar provoca a su vez deterioro cognitivo. “Nos sorprendió que pudiéramos replicar esencialmente las deficiencias de la memoria asociadas con el consumo de azúcar no transfiriendo todo el microbioma, sino simplemente enriqueciendo una sola población bacteriana en el intestino”‘, precisó el doctor Scott Kanoski, coautor de la estudio de la Universidad del Sur de California.
El equipo analizó los genes en los cerebros de las ratas y hallaron notorias diferencias entre las que habían sido alimentadas con azúcar y las que no. Los genes que estaban más alterados eran aquellos que controlaban cómo las células nerviosas transmiten señales eléctricas a otras células y el modo en que se envían señales moleculares internamente.
Pese a que el estudio se realizó en animales de prueba, los científicos manifiestan que los hallazgos pueden aplicarse a seres humanos. Actualmente el equipo trabaja en un estudio que busca establecer si el cambio en la dieta y el ejercicio pueden revertir el daño causado a la memoria.
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