En un alarmante informe presentado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Oficina de la ONU para Derechos Humanos han revelado un preocupante aumento de los ataques contra el derecho a la salud en todo el mundo. Este fenómeno ha puesto en riesgo a los servicios sanitarios y a su personal, especialmente en áreas afectadas por conflictos.
Durante un diálogo en conmemoración del 75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la creación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el director general de la agencia sanitaria de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que los “ataques deliberados” contra instalaciones y trabajadores sanitarios se han convertido en la “nueva norma”.
Tan solo en los primeros tres meses del año en curso, la OMS ha verificado 300 ataques contra centros de asistencia médica en todo el mundo. Estos ataques no solo afectan a los profesionales de la salud, sino también a la población que depende de estos servicios vitales.
Derechos vulnerados en la guerra
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha denunciado el “flagrante desprecio de las leyes de la guerra” y ha instado a la comunidad internacional a aprender de los conflictos pasados y proteger el derecho a la salud. Actualmente, hay 55 conflictos armados activos en todo el mundo, lo que agrava la situación y dificulta aún más el acceso a la atención médica adecuada.
Además, se ha observado un preocupante aumento de la violencia sexual como arma de guerra en estos contextos convulsos, especialmente en países como Sudán y Haití. Türk ha subrayado la necesidad de que los responsables de estos crímenes sean llevados ante la justicia y ha recopilado numerosos testimonios de víctimas de este tipo de violencia.
Tedros ha afirmado que este problema trasciende las capacidades de organismos internacionales como la OMS y ha instado a la comunidad internacional a abordar las causas de esta violencia en cada conflicto, así como a aumentar los servicios de asistencia médica para las víctimas.
Este informe de la ONU es un llamado de atención para que los gobiernos y la comunidad internacional tomen medidas urgentes para proteger el derecho a la salud en situaciones de conflicto. La violencia contra los servicios sanitarios y su personal es inaceptable y debe ser condenada enérgicamente. Solo a través de una acción conjunta y coordinada podremos garantizar que todas las personas tengan acceso a la atención médica que necesitan, incluso en los momentos más difíciles.
