En California (Estados Unidos), el sistema de salud busca mejorar el acceso a los servicios de interrupción voluntaria del embarazo (IVE). Bajo esta premisa, una de las posibilidades es permitir a médicos de otras especialidades para realizar determinados procedimientos. Esto podría beneficiar a las pacientes, especialmente en áreas rurales, pero genera preocupación entre los grupos médicos que han resistido durante mucho tiempo los intentos de ampliar el papel del talento humano no especialista.
La última medida es una ley que permite a los asistentes médicos capacitados, también conocidos como médicos asociados, realizar abortos en el primer trimestre sin la supervisión directa de un médico. La iniciativa, aprobada el año pasado y vigente desde el 1 de enero, también permite a los asistentes médicos que hayan sido sancionados o condenados únicamente por practicar IVE en estados donde la práctica esté restringida, solicitar una licencia en California.
Ahora, los asistentes médicos tienen el mismo nivel de autorización que las enfermeras profesionales y las matronas tituladas para ejecutar estas prácticas. Cabe anotar que este grupo de profesionales sanitarios adquirieron la misma autorización en 2022; es decir, la presencia de un médico para la interrupción de un embarazo ya no es obligatoria.
California impulsa salud reproductiva, pese a la decisión de la Corte Suprema
Tras la decisión de la Corte Suprema que puso fin a la protección constitucional del aborto, generó una necesidad creciente de profesionales capacitados. Al respecto, las estadísticas del Instituto Guttmacher, organización que investiga la salud reproductiva en Estados Unidos, 31 estados han implementado restricciones a la IVE que van desde la reducción de la financiación federal para la cobertura del aborto hasta la prohibición total.
Comparando los datos de los primeros seis meses de 2020 con los del mismo período en 2023, el número de abortos en California aumentó del 77,030 al 92,600, representando un incremento del 20%. El aumento se explica por las leyes del estado, pues se convirtió en un área segura para mujeres que optaban por la interrupción voluntaria del embarazo, además de contar con una serie de normas implementadas para mejorar el acceso a la salud reproductiva. Según la Academia Estadounidense de Médicos Asociados, diecisiete estados, incluido California, ahora permiten a los médicos de atención primaria realizar abortos durante el primer trimestre.
En la web oficial del estado, se indica que California ha solicitado una exención federal de la Sección 1115 para un programa de subvenciones de servicios de salud reproductiva de 200 millones de dólares, con 15 millones de dólares provenientes del Fondo General. Este programa tiene como objetivo respaldar el acceso a la planificación familiar y servicios asociados, así como la transformación del sistema, la capacidad y la sostenibilidad de la red de seguridad del estado.
Esta financiación se deriva de las inversiones realizadas en la Ley de Presupuesto 2022 para servicios de salud reproductiva, lo que marca un avance continuo en los esfuerzos de California para proporcionar servicios integrales de planificación familiar y relacionados.
