El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una orden ejecutiva para reducir el precio de los medicamentos recetados en el país hasta en un 80 %, lo cual ha generado una caída inmediata en las acciones de empresas farmacéuticas a nivel mundial. El anuncio que fue difundido el pasado domingo 11 de mayo a través de su red Truth Social, desató preocupaciones entre analistas e inversionistas, al no incluir detalles específicos sobre la implementación del decreto ni sobre el alcance de su aplicación.
Caída bursátil y alarma en la industria farmacéutica
Esta nueva regulación ha provocado una fuerte reacción en los mercados financieros, pues acciones de compañías como Novo Nordisk, AstraZeneca Plc y Roche Holding AG registraron caídas significativas, mientras que en Asia el subíndice farmacéutico del índice Topix de Japón vivió su peor jornada desde agosto. En Estados Unidos, empresas como Eli Lilly & Co (LLY), Pfizer Inc (PFE), Bristol-Myers Squibb Co (BMY) y Merck & Co. Inc (MRK) también retrocedieron en las operaciones previas a la apertura de la bolsa de Nueva York.
“Esto tiene el potencial de ser muy negativo para la industria”, afirmó Stefan Schneider, analista del Banco Vontobel, quien advirtió que la medida probablemente afectará a Medicare, Medicaid y hospitales. Según el experto, el sector podría responder con demandas legales ante la posible afectación a su modelo de ingresos.
“Política de la nación más favorecida”: eje de la propuesta
Trump sostuvo que su política busca alinear los precios de los medicamentos en EE.UU. con los precios más bajos pagados a nivel global por el mismo producto. “Durante muchos años, el mundo se ha preguntado por qué los medicamentos recetados y los productos farmacéuticos en los Estados Unidos eran mucho más caros que en cualquier otro país”, escribió el mandatario, agregando que en algunos casos estos costos eran “de cinco a diez veces más” por el mismo producto.
“Las contribuciones de campaña pueden hacer maravillas, pero no conmigo, y no con el Partido Republicano”, añadió, en un mensaje con claras connotaciones políticas frente a la industria farmacéutica.
Impacto desigual según el mercado
La medida afectaría con especial fuerza a empresas que dependen en gran parte del mercado estadounidense para sus ventas. Entre ellas se destacan las japonesas Takeda Pharmaceutical Co., Astellas Pharma Inc. y Otsuka Holdings Co., todas con alto nivel de exposición en EE.UU., según Hidemaru Yamaguchi, analista de Citigroup Global Markets Japan Inc.
En Europa, empresas como Novartis AG, Sanofi SA y GSK Plc también enfrentan riesgos. Según datos de Bloomberg, entre el 40 % y el 60 % de sus ingresos provienen del mercado estadounidense.
La caída más pronunciada la sufrió Novo Nordisk, cuyas acciones descendieron hasta un 8,6 %, afectadas también por un estudio comparativo que posicionó desfavorablemente su medicamento contra la obesidad frente al producto Zepbound de Eli Lilly.
Contexto normativo: continuidad de una agenda de presión
No es la primera vez que Trump intenta abordar el alto costo de los medicamentos en Estados Unidos. Durante su primer mandato, propuso una política similar enfocada en limitar los precios en Medicare, iniciativa que fue rechazada por un tribunal federal por no haber seguido el debido proceso normativo.
El nuevo anuncio se suma a una orden ejecutiva firmada recientemente por el presidente, destinada a acelerar la aprobación de medicamentos genéricos y a reforzar la manufactura nacional de medicamentos y principios activos. Además, Trump advirtió que en las próximas semanas impondrá aranceles a productos farmacéuticos importados.
Un giro con implicaciones estructurales
“El gobierno no tiene poder para fijar precios en el mercado comercial”, explicó Evan Seigerman, director de investigación sanitaria en BMO Capital Markets. Sin embargo, subrayó que la medida sí podría aplicarse a medicamentos negociados bajo la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que ya contempla mecanismos para renegociar precios en Medicare.
Esta ley, aprobada en 2022 durante la administración de Joe Biden, permite al gobierno negociar anualmente los precios de ciertos medicamentos de alto costo dentro del programa Medicare. La propuesta de Trump podría acelerar y expandir ese mecanismo, afectando aproximadamente el 40 % del mercado farmacéutico estadounidense, correspondiente a las compras realizadas por Medicare y Medicaid.
Reacciones mixtas: entre la equidad y la incertidumbre
Si bien algunos sectores consideran la medida como un paso necesario hacia la equidad en el acceso a los medicamentos, otros alertan sobre sus consecuencias en la innovación farmacéutica y el equilibrio financiero del sistema. “Un nuevo impulso para bajar los precios podría tener un impacto enorme en los ingresos del sector”, advirtió Stephen Barker, analista de Jefferies Japan Ltd.
Desde el gobierno, Trump defendió la medida como una reivindicación del consumidor estadounidense: “Nuestra nación finalmente será tratada con justicia, y los costos de atención médica para nuestros ciudadanos se reducirán en cifras nunca antes imaginadas”.
Presión global sobre los modelos de fijación de precios
La propuesta reabre el debate sobre el modelo estadounidense de precios de medicamentos y su relación con la financiación de la innovación en salud. Aunque aún no se conoce el texto final de la orden ejecutiva ni la participación concreta de organismos como la FDA o los CMS, el impacto ya se siente en las bolsas y en los discursos de analistas, políticos y líderes del sector.
En medio de un entorno de creciente presión política, costos inflacionarios y demandas por una cobertura más equitativa, el decreto anunciado por Trump podría convertirse en un punto de inflexión para el futuro del mercado farmacéutico global.