Abrir el rumbo: hoja de ruta para toma de decisiones en el sistema

Abrir el rumbo hoja de ruta para toma de decisiones en el sistema

Por: Juan Carlos Giraldo Valencia, Liliana Claudia Delgado. Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas.

El sistema de salud colombiano ha atravesado múltiples transformaciones y reformas en las últimas décadas que, pese a los esfuerzos realizados, no han logrado resolver sus problemas estructurales persistentes. Esta trayectoria, descrita metafóricamente como “errancia” desde la implementación de la Ley 100 de 1993, refleja un proceso continuo de búsqueda y adaptación. Ante estos desafíos que exigen soluciones innovadoras y sostenibles, ‘Abrir el rumbo’ ofrece una hoja de ruta para orientar decisiones a corto y mediano plazo, buscando transformar el sistema en uno más equitativo, eficiente y centrado en el paciente. La propuesta se presenta mediante tres enfoques clave.

El primero de estos enfoques busca reorientar el sistema de salud. Este concepto implica una recalibración profunda que va más allá de un simple cambio de dirección. Se trata de ampliar la perspectiva, alejándose de una visión centrada únicamente en los aspectos financieros, para adoptar un enfoque más holístico que abarque elementos cruciales como la epidemiología, la demografía, los resultados en salud, la agregación de valor y la calidad de la atención.

Esta apertura del rumbo busca alinear el sistema con su objetivo: mejorar y preservar la salud de la población colombiana. En este contexto de transformación, y de esta primera estrategia, se
formulan desde la ACHC siete “propósitos sociedad”:

  1. 1. Reorientar el sistema de salud hacia indicadores que reflejen una mejor calidad de vida. Integrar evidencia para diseñar políticas que aborden enfermedades y determinantes sociales de la salud. (Más vida, mejor vida igual a mayor calidad de vida).
    2.Garantizar un recurso humano suficiente y altamente capacitado para el futuro del sector salud en Colombia.
    3.Pacto de sostenibilidad: es necesario aumentar el gasto público en salud y establecer una senda de crecimiento en el tiempo.
    4.Defender y reafirmar el compromiso social de un PBS robusto y progresivo como fundamento del derecho a la salud.
    5.Hacia un sistema integral de bienestar: ampliando el horizonte de la salud más allá del PBS.
  2. 6. .Reconocer desde la realidad costos más transparentes y unidades de crecimiento justas que reflejen el mínimo vital de las IPS.
  3. 7.Establecer la calidad como el eje central de la cooperación y la colaboración.

El segundo enfoque es acerca del manejo de la coyuntura. En el contexto actual, marcado por una crisis financiera, la sobrecarga de las redes de atención y el agotamiento del personal sanitario, se proponen tres acciones clave enmarcadas bajo el concepto de “Protocolo de emergencia”. En primer lugar, recuperar la confianza en el sector mediante mayor transparencia, una comunicación efectiva y el cumplimiento riguroso de los compromisos con usuarios y proveedores. En segundo lugar, integrar en la agenda sectorial el enfoque de agregación de valor al paciente, mejorando la experiencia de atención y optimizando los resultados clínicos. Finalmente, implementar un plan extraordinario de liquidez que contemple medidas como la inyección de capital de emergencia, la reestructuración de deudas y la optimización de los flujos de pago. Estas medidas buscan aliviar la presión actual sobre el sistema mientras se preparan soluciones estructurales a largo plazo.

El tercer enfoque aborda la necesidad de una reforma estructural y continua del sistema de salud. La ACHC, a lo largo de décadas de labor gremial, ha presentado diversas propuestas técnicas en este ámbito. Desde 2010, la asociación ha sugerido alternativas como la administración delegada y un fondo único de salud. Estos conceptos se han desarrollado más a fondo en su reciente propuesta “Ruta lógica hacia una salud progresiva”, que identifica desafíos persistentes y plantea cambios fundamentales en la estructura del sistema. Esta propuesta de reforma se cimenta en cuatro pilares esenciales: Formulación inteligente, transformación de los roles dentro del sistema, cambios en la relación de poder, proponiendo una transición hacia una “administración regulada” que permita una mejor gestión de los recursos sin abandonar el concepto de aseguramiento.

Se concibe la ADRES 2.0 como el segurador central repotenciado encargado de la coordinación, verificación y auditoría del sistema, con incentivos ligados a la mejora de los resultados en salud. Para apoyar este modelo, se sugieren instrumentos de política como un sistema tarifario, una revolución en la Atención Primaria y la revalorización del talento humano, entre otros aspectos. El documento concluye con una visión aspiracional para el futuro del debate en salud, anticipando un diálogo más maduro centrado en los fundamentales. Se aspira a una narrativa que refleje los verdaderos pilares esenciales de un sistema tales como calidad de la atención, los resultados en salud, el talento humano, los prestadores de salud, así como la prevención y la promoción, orientados al beneficio de toda la población colombiana.

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