El 29 de septiembre de 2025, durante el 62.º Consejo Directivo de la OPS, se presentó en la sede de la organización en Washington D.C. una escultura conmemorativa dedicada al personal de salud que enfrentó la pandemia de COVID-19. El homenaje cobra especial relevancia al recordar que las Américas registraron más de tres millones de fallecimientos, lo que equivale al 43 % del total mundial de muertes por la enfermedad.
Jarbas Barbosa, Director de la OPS, destacó que “esta escultura es una profunda expresión de gratitud, recuerdo y solidaridad. Es un momento para detenernos, reflexionar y rendir homenaje a quienes nos sostuvieron durante uno de los desafíos de salud más devastadores de nuestro tiempo”.
Reconocimiento al recurso humano en salud
El homenaje busca visibilizar la labor de médicos, enfermeras, técnicos, auxiliares y voluntarios que sostuvieron los sistemas sanitarios en medio de la emergencia. Pese a la saturación hospitalaria, la escasez de insumos y el agotamiento del recurso humano, los profesionales no solo respondieron en unidades de cuidado intensivo, sino que además garantizaron la continuidad de servicios esenciales: aplicación de vacunas, entrega de medicamentos y atención a poblaciones vulnerables como niños, embarazadas y adultos mayores.
En palabras del doctor Barbosa, se trató de un reconocimiento al compromiso colectivo: “cada día demuestran que su conocimiento, habilidades, corazón y espíritu están al servicio de la protección de las personas, especialmente cuando más necesitan recuperar su salud y bienestar”.
El liderazgo durante la crisis sanitaria
La ceremonia también evocó el papel de la doctora Carissa Etienne, exdirectora de la OPS, quien condujo la respuesta institucional en los momentos más críticos de la pandemia. Su gestión, centrada en la protección de los trabajadores de la salud, fue determinante para fortalecer la cooperación internacional y mantener la operatividad de los sistemas de atención en la región.
Este reconocimiento reafirma la importancia del liderazgo estratégico en organismos multilaterales frente a emergencias sanitarias de gran escala.
La escultura como símbolo permanente
El diseño de la obra representa los valores institucionales de la OPS: equidad, excelencia, solidaridad, respeto e integridad. La pieza simboliza la interdependencia de todos los trabajadores de la salud en la primera línea contra las enfermedades, convirtiéndose en un recordatorio permanente del coraje y la humanidad demostrados durante la crisis.
El artista Gilles Collette, quien también formó parte de la OPS, concibió originalmente la obra en 2006 para conmemorar el Día Mundial de la Salud. Tras la pandemia de COVID-19, se consideró oportuno transformar ese símbolo en un diseño tridimensional en bronce, otorgándole un nuevo significado como homenaje a la entrega del personal sanitario en las Américas.
Lecciones y legado para el futuro
Más allá de la conmemoración, la OPS plantea este acto como un llamado a reforzar la preparación frente a futuras emergencias sanitarias. La escultura no solo honra el pasado reciente, sino que busca inspirar a las nuevas generaciones de profesionales a valorar la entrega, el servicio y la solidaridad como pilares para sociedades más saludables y equitativas.
La pandemia de COVID-19 evidenció la fragilidad de los sistemas de salud, el agotamiento del talento humano y la necesidad de fortalecer la infraestructura hospitalaria. Este tributo se convierte, así, en un recordatorio de que la resiliencia del sector no puede depender exclusivamente del sacrificio de los trabajadores, sino de políticas sostenibles y de una inversión continua en el fortalecimiento institucional.