En una de las regiones más apartadas y biodiversas de Colombia, donde la densa selva, los extensos ríos y la limitada infraestructura dificultan el acceso a los servicios básicos, el Ministerio de Salud y Protección Social ha puesto en marcha una estrategia sin precedentes: el despliegue de buques hospital en el Amazonas. Esta iniciativa, desarrollada en coordinación con la Armada Nacional y otros actores interinstitucionales, busca acercar la atención médica especializada a comunidades indígenas y rurales que históricamente han enfrentado barreras estructurales para acceder al derecho fundamental a la salud.
Durante su más reciente visita a Leticia, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, confirmó la construcción y operación de dos buques hospital, uno de los cuales ya se encuentra en funcionamiento. “Queremos saldar una deuda histórica con las comunidades amazónicas. Estas embarcaciones no son solo un símbolo de soberanía, sino también de justicia social y equidad territorial”, expresó el jefe de la cartera.

Es clave mencionar que el Minsalud ha destinado una inversión total de 457.854 millones de pesos para mejorar el transporte asistencial en el país. Estos recursos han permitido la adquisición de 1.033 vehículos, incluyendo ambulancias terrestres y fluviales, distribuidos en 674 municipios de los 32 departamentos. Esta es la inversión más alta realizada en esta área hasta la fecha.
Una estrategia defendida en medio de la polémica
El proyecto de buques hospital no ha estado exento de controversia. En semanas recientes, algunos sectores han cuestionado los aspectos contractuales y operativos relacionados con la construcción y puesta en marcha de estas embarcaciones, especialmente en el departamento del Amazonas. Ante esto, el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo respondió con contundencia durante una rueda de prensa en Leticia.
“¿Dónde tienen que estar esos buques hospitales? Pues en las zonas en donde no está llegando, no hay acceso”, afirmó Jaramillo, subrayando que esta iniciativa no es improvisada ni caprichosa, sino parte de una planificación estructurada desde el Gobierno nacional. “Esto no es un estudio que se hizo de una locura que se le ocurrió al ministro, no. Esto tiene un compromiso muy claro y viene directamente del Plan de Desarrollo”, puntualizó.
El jefe de la cartera de Salud también respondió a quienes han intentado minimizar el alcance de la estrategia: “No se trata de un planchón con un remolcador como algunos sugieren. Este es un hospital de segundo nivel navegando por el río, con cirugía general, ginecostetricia, medicina interna, rayos X y todo lo que se requiere para una atención especializada”.
En relación con el contrato interadministrativo firmado con la Armada Nacional para la construcción de uno de los buques, Jaramillo fue enfático al afirmar que se actuó dentro del marco legal: “La ley contempla contratos interadministrativos. ¿Cuál negocio raro? Este buque se socializó con las comunidades y se ha trabajado con la Armada desde hace más de un año. El delito, si lo hay, es querer servirle al país”.
Asimismo, el ministro denunció que el proceso se vio retrasado por obstáculos administrativos: “Llevamos un año y cuatro meses sin poder firmar este contrato por negligencia de funcionarios. No podemos permitir que la burocracia impida salvar vidas en territorios históricamente olvidados”.
Las declaraciones de Jaramillo buscan reafirmar la legitimidad, pertinencia y urgencia de una intervención que, más allá de las cifras, busca reducir brechas estructurales de acceso a la salud en una de las regiones más olvidadas del país. Lejos de ser una respuesta improvisada, los buques hospital están concebidos como una política de Estado con enfoque territorial, intercultural y de justicia social.
Salud navegante para una geografía desafiante
El territorio amazónico colombiano, compuesto por los departamentos de Amazonas, Vaupés, Guainía y Putumayo, presenta condiciones geográficas que dificultan el establecimiento de hospitales convencionales. En este contexto, los buques hospital se convierten en una solución innovadora y eficaz, capaces de desplazarse por los principales ríos y llevar atención integral directamente a las comunidades ribereñas.
Cada embarcación está equipada con servicios de consulta externa, urgencias, medicina general, odontología, vacunación, laboratorio clínico, farmacia y sala de procedimientos menores. Además, se incluyen espacios para promoción de la salud, atención maternoinfantil, salud mental y prevención de enfermedades transmisibles como la malaria, la fiebre amarilla o el dengue.
“Estas unidades fluviales están pensadas como hospitales de primer nivel de complejidad, con personal altamente capacitado, recursos diagnósticos básicos y una articulación directa con los sistemas de referencia para casos que requieran traslado”, explicó el viceministro de Salud Pública, Jaime Urrego, quien ha liderado parte del componente técnico del proyecto.
Un modelo con enfoque diferencial e intercultural
Uno de los aspectos más relevantes de la estrategia es su enfoque diferencial, ajustado a las realidades socioculturales de la región. Las tripulaciones de los buques cuentan con intérpretes y promotores de salud comunitarios que facilitan la comunicación con las distintas etnias indígenas, respetando sus cosmovisiones, prácticas tradicionales y lenguas.
Según el Ministerio de Salud, esta dimensión intercultural ha sido clave para lograr la aceptación comunitaria. “No se trata solo de llevar médicos, sino de establecer relaciones de confianza, aprender de las comunidades y construir modelos de salud pertinentes a sus contextos”, enfatizó el ministro Jaramillo.
Asimismo, se han desarrollado guías de atención adaptadas, y se promueve el diálogo entre la medicina ancestral y la atención biomédica, garantizando una atención integral, respetuosa y centrada en las personas.
Resultados preliminares y próximos pasos
Desde su puesta en operación en 2024, el primer buque hospital ha recorrido cerca de 1.200 kilómetros de ríos, impactando a más de 25 comunidades en los municipios de Leticia, Puerto Nariño y Tarapacá. Se han realizado más de 8.000 atenciones, incluyendo vacunación a niños, control prenatal, tamizaje de enfermedades crónicas y atención a enfermedades prevalentes en la zona.
Uno de los proyectos más destacados es el buque hospital destinado a los departamentos de Amazonas y Putumayo. Este contará con una inversión de 69.000 millones de pesos, destinados a su construcción, dotación y operación anual. Sin embargo, debido a retrasos en la firma del contrato, el costo del proyecto podría incrementarse a 73.000 millones de pesos.
Está diseñado para navegar durante 25 días y recorrer hasta 2.900 kilómetros, permitiendo llevar atención médica especializada a comunidades ribereñas de difícil acceso. Entre los servicios que ofrecerá se incluyen pediatría, ginecología, medicina interna, cardiología y cirugía general.
De acuerdo con el Ministerio, el segundo buque hospital entrará en funcionamiento en el segundo semestre de 2025, y ampliará la cobertura hacia Guainía y Vaupés, donde el acceso a servicios de salud es aún más limitado. Además, se contempla la incorporación de una tercera embarcación con mayor capacidad quirúrgica y soporte para telemedicina, fortaleciendo la red de atención primaria en salud con apoyo tecnológico y monitoreo remoto de pacientes crónicos.
Una apuesta por la equidad territorial
La estrategia de buques hospital se enmarca en el propósito del Gobierno Nacional de avanzar hacia una salud con enfoque territorial, intercultural y preventiva, tal como lo establece el Plan Decenal de Salud Pública 2022–2031. La intervención también responde a los compromisos del Plan Nacional de Desarrollo “Colombia, potencia mundial de la vida”, que prioriza la Amazonía como eje estratégico de soberanía y sostenibilidad.
“La Amazonía no puede seguir esperando. Es inadmisible que en pleno siglo XXI existan comunidades donde los niños mueren por enfermedades prevenibles solo porque no hay un centro de salud cercano”, advirtió el ministro Jaramillo. “Con los buques hospital estamos demostrando que el Estado puede llegar a todos los rincones, sin excusas ni barreras”.
Retos persistentes y sostenibilidad
A pesar del impacto positivo inicial, la sostenibilidad de los buques hospital plantea desafíos logísticos, financieros y operativos. La operación requiere recursos constantes para combustible, mantenimiento, personal médico, medicamentos y articulación interinstitucional. Además, se debe garantizar la continuidad en la prestación del servicio, incluso en temporadas de baja navegabilidad.
Organizaciones sociales y académicas han valorado la estrategia como una herramienta potente de salud pública, pero también han pedido que se complemente con inversiones estructurales en infraestructura sanitaria fija, educación comunitaria y formación de talento humano en salud local.
El despliegue de buques hospital en la Amazonía colombiana representa una innovación necesaria en el sistema de salud, que busca cerrar brechas históricas, reducir desigualdades y garantizar el acceso efectivo a servicios esenciales. En una región donde el río es la única carretera, estas embarcaciones son mucho más que una solución logística: son una señal de presencia estatal y una apuesta concreta por el derecho a la salud para todos, sin importar la distancia ni la geografía.