Ruanda se encuentra en estado de alerta máxima tras confirmar un brote del virus de Marburgo, un patógeno altamente letal y con características similares al ébola. Apenas días después de declarar el brote, el país ha reportado ocho muertes, generando preocupación tanto a nivel nacional como internacional por la capacidad del virus de propagarse rápidamente y causar estragos en la salud pública.
El pasado viernes, las autoridades hicieron oficial el brote, y en tan solo 24 horas, se confirmaron seis muertes. A la fecha, se tienen un total de 26 casos confirmados. El ministro de Salud, Sabin Nsanzimana, ha advertido que la situación sigue siendo crítica y que las autoridades están intensificando los esfuerzos de rastreo de contactos y pruebas para detener la propagación de la enfermedad.
¿Qué es el virus de Marburgo?
El virus de Marburgo, al igual que el ébola, pertenece a la familia Filoviridae, y es transmitido a los humanos por murciélagos frugívoros. Su propagación se da a través del contacto cercano con fluidos corporales de personas infectadas o superficies contaminadas, como ropa de cama y objetos personales. Esta fiebre hemorrágica viral se caracteriza por una alta tasa de mortalidad, que puede alcanzar hasta el 88% en ausencia de tratamiento adecuado.
Una de las mayores preocupaciones respecto al virus de Marburgo es la falta de vacunas o tratamientos aprobados para su combate. Los síntomas iniciales incluyen fiebre alta, dolores musculares, vómitos, diarrea y, en los casos más graves, hemorragias internas y externas, lo que lleva a la muerte por pérdida masiva de sangre. El período de incubación puede variar entre 3 y 21 días, lo que dificulta la identificación temprana de los casos y permite su rápida propagación.
La respuesta de Ruanda al brote
Ruanda ha respondido rápidamente a esta crisis de salud pública. El ministro de Salud, Sabin Nsanzimana, indicó que se han identificado aproximadamente 300 personas que tuvieron contacto con los infectados, y muchas de ellas han sido puestas en instalaciones de aislamiento para prevenir nuevos contagios. Además, la mayoría de los afectados hasta el momento son trabajadores de salud que estuvieron en contacto directo con los pacientes infectados.
Nsanzimana ha enfatizado que Ruanda está incrementando las medidas de prevención, incluida la intensificación del rastreo de contactos y la realización de pruebas para identificar posibles portadores asintomáticos del virus. Las autoridades también han instado a la población a evitar el contacto físico cercano y a seguir estrictas normas de higiene para frenar la propagación.
A pesar de los esfuerzos locales, se desconoce aún el origen exacto del brote en Ruanda. El ministro destacó la naturaleza rara del virus de Marburgo, y su capacidad para propagarse de manera impredecible entre las comunidades. A medida que los equipos médicos se esfuerzan por contener el brote, la incertidumbre en torno al origen plantea desafíos adicionales para controlar su expansión.
La Intervención de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
La gravedad de la situación en Ruanda ha llevado a la intervención de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunció el sábado en la red social X que la organización está intensificando su apoyo a las autoridades ruandesas para contener el brote lo antes posible.
La OMS tiene experiencia previa en la gestión de brotes de Marburgo en otras partes de África, incluidas Tanzania, Guinea Ecuatorial, Angola, Congo, Kenia, Sudáfrica, Uganda y Ghana. El virus fue identificado por primera vez en 1967, cuando provocó brotes simultáneos en laboratorios de Marburgo, Alemania, y Belgrado, Serbia. Desde entonces, aunque los brotes han sido relativamente poco comunes, su letalidad lo convierte en una amenaza seria para la salud pública global.
Impacto regional e internacional
El brote solo afecta al país africano. La Embajada de Estados Unidos en Kigali, la capital ruandesa, ha emitido una alerta a su personal, instándoles a trabajar de forma remota y evitar oficinas o lugares concurridos. Esta medida subraya la preocupación de que el virus pueda propagarse rápidamente en áreas urbanas o cruzar fronteras si no se controla adecuadamente.
Ruanda también enfrenta otro desafío sanitario con la notificación de seis casos de mpox, una enfermedad viral relacionada con la viruela. Aunque los síntomas de mpox suelen ser menos graves que los de la viruela, la Organización Mundial de la Salud ha declarado la enfermedad como una emergencia sanitaria mundial. Ruanda ya ha lanzado una campaña de vacunación para combatir el mpox y espera recibir más dosis de vacunas en los próximos meses.
Sin una vacuna o tratamiento específico, las autoridades sanitarias deben depender de medidas preventivas y de contención para frenar la propagación. La rápida respuesta de Ruanda, junto con el apoyo internacional, será crucial para evitar que el brote se convierta en una crisis aún mayor.
La comunidad internacional se mantiene vigilante y dispuesta a intervenir de manera efectiva, ya que el virus de Marburgo tiene el potencial de causar una emergencia sanitaria global si no se controla rápidamente.
