Colombia implementará la vacuna hexavalente acelular en recién nacidos con peso inferior a 1.500 gramos, una decisión sin precedentes que busca reforzar la protección de los bebés más vulnerables del país. El biológico, que combina en una sola aplicación la inmunización contra difteria, tétanos, tosferina, hepatitis B, poliomielitis y Haemophilus influenzae tipo b, llega para reducir complicaciones asociadas a la prematurez y garantizar mayor adherencia al esquema de vacunación. Con esta medida, el Ministerio de Salud apuesta por un modelo de prevención más seguro, efectivo y equitativo, que sitúa a Colombia a la vanguardia en políticas de inmunización infantil en América Latina.
Una decisión histórica para el Programa Ampliado de Inmunizaciones
El Ministerio de Salud confirmó que, a partir de septiembre de 2025, los recién nacidos de muy bajo peso menos de 1.500 gramos serán inmunizados con la vacuna hexavalente acelular. Se trata de un biológico que en una sola aplicación protege contra difteria, tétanos, tosferina, hepatitis B, poliomielitis y enfermedades invasoras por Haemophilus influenzae tipo b. Con esta medida, el país fortalece la estrategia de inmunización dirigida a la población infantil más vulnerable, en la que la adherencia a los esquemas y la reducción de riesgos prematuros son factores críticos.
El ministro de Salud y Protección Social, Guillermo Alfonso Jaramillo, sostuvo que “esta es una medida crucial para prevenir la morbimortalidad en niños de bajo peso y mejorar la adherencia al esquema de vacunación”. Con ello, Colombia ratifica su posición de liderazgo regional en materia de políticas públicas de vacunación, al ampliar la cobertura del PAI con un enfoque diferencial y equitativo.
Una vacuna diseñada para reducir riesgos en prematuros
La hexavalente acelular se diferencia de la tradicional pentavalente en que incorpora un componente de pertussis menos reactogénico. Este cambio disminuye las probabilidades de presentar efectos adversos como fiebre elevada, convulsiones febriles o episodios de apnea, riesgos que se incrementan en la población neonatal de bajo peso. Además, la combinación en un solo frasco permite simplificar el esquema y reducir el número de inyecciones, un aspecto fundamental para evitar el dolor, el estrés y la pérdida de adherencia en niños hospitalizados en unidades de cuidado intensivo neonatal.
La evidencia científica internacional muestra que los prematuros logran niveles adecuados de protección con la hexavalente acelular, especialmente cuando completan las tres dosis recomendadas a los 2, 4 y 6 meses de edad. En casos de mayor riesgo epidemiológico, el esquema puede iniciarse desde las seis semanas de vida, lo que responde a la persistente circulación de tosferina en Colombia. La decisión del país se basa en criterios de seguridad, eficacia y factibilidad, respaldados por la Ley 2406 de 2024 y la Ley 2329 de 2023, que establecieron la necesidad de actualizar de manera permanente el calendario de inmunizaciones.
Evidencia internacional que respalda la medida
El anuncio colombiano no surge en el vacío. Experiencias internacionales en países como España y Argentina han demostrado que la vacuna hexavalente acelular ofrece altos niveles de seroprotección y seguridad clínica en prematuros de muy bajo peso. En el caso español, la Asociación Española de Pediatría documenta tasas de protección superiores al 90 % frente a difteria, tétanos y tosferina, mientras que Argentina implementó desde 2013 la vacuna séxtuple acelular en prematuros menores de 1.500 gramos, con resultados positivos en eficacia y tolerancia.
A nivel europeo, ensayos clínicos de fase IV con biológicos como Hexyon han confirmado la seguridad de la vacuna en infantes prematuros, siempre que se apliquen protocolos estrictos de vigilancia clínica. Estos estudios coinciden en que, aunque los niveles de anticuerpos pueden ser más bajos en prematuros extremos, la protección es suficiente y se potencia con la administración oportuna del esquema completo. En consecuencia, Colombia adopta una medida avalada por la ciencia y probada en otros contextos sanitarios.
Retos para el sistema de salud colombiano
La implementación de la hexavalente acelular exigirá una respuesta coordinada de todos los actores del sistema. En primer lugar, las EPS y las IPS deberán garantizar la identificación oportuna de los recién nacidos que cumplen los criterios de inclusión, lo que implica fortalecer la vigilancia en programas canguro y unidades de cuidado neonatal. Asimismo, será necesario capacitar al personal de salud en la aplicación de la vacuna y en la monitorización de posibles efectos adversos, especialmente en prematuros extremos, donde persiste el riesgo de apnea o bradicardia en las horas posteriores a la inmunización.
Otro desafío clave será la logística de distribución y la disponibilidad continua de los biológicos en todo el territorio. El éxito de la medida dependerá de que los equipos de vacunación cuenten con los recursos necesarios para mantener la cadena de frío y asegurar la cobertura en las regiones más apartadas. Además, será fundamental un componente fuerte de comunicación con las familias, de manera que los padres comprendan los beneficios de la vacuna, los riesgos mínimos asociados y la importancia de completar el esquema en los tiempos recomendados. La confianza ciudadana será determinante para alcanzar altas tasas de cobertura.
Una apuesta estratégica por la salud infantil en Colombia
La introducción de la vacuna hexavalente acelular marca un punto de inflexión en la política de inmunización del país. Más allá de su aporte clínico inmediato, esta medida representa una apuesta por la equidad y la innovación en salud pública, al priorizar a los recién nacidos más frágiles dentro de un sistema que busca modernizarse y responder a estándares internacionales.
El reto no será menor: garantizar la articulación entre el Ministerio de Salud, las entidades territoriales, las EPS, las IPS y los programas de primera infancia será indispensable para que la innovación se traduzca en resultados tangibles. De lograrse, Colombia no solo reducirá la morbimortalidad en recién nacidos de bajo peso, sino que también consolidará su liderazgo regional en estrategias de vacunación, confirmando que invertir en prevención es la ruta más efectiva para salvar vidas y reducir inequidades en salud.