Como parte de su política de reducción de precios de medicamentos recetados, el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, dirigió un mensaje contundente a las principales farmacéuticas del mundo: ofrecer a los estadounidenses los mismos precios bajos que conceden a otros países desarrollados. Esta medida, enmarcada bajo el concepto de nación más favorecida (NMF), busca contrarrestar las distorsiones actuales en el sistema global de fijación de precios, que favorecen a naciones extranjeras mientras cargan sobre los pacientes estadounidenses el costo de la innovación farmacéutica.
Las cartas, enviadas directamente por la Casa Blanca, exhortan a empresas como Pfizer, Sanofi, Merck, Novartis y Johnson & Johnson, entre otras, a adoptar medidas concretas para igualar sus precios con los de países OCDE. En palabras del mandatario:
“En cada caso, nuestros ciudadanos pagan precios muchísimo más altos que los que pagan otras naciones por la misma píldora, de la misma fábrica”.
Medidas concretas para un sistema más equitativo
El plan delineado por la administración incluye al menos cuatro acciones claves:
- Ofrecer precios NMF a pacientes de Medicaid, ampliando el acceso equitativo a tratamientos esenciales.
- Prohibir mejores ofertas a países desarrollados que a EE. UU. para nuevos fármacos, estableciendo una línea base competitiva.
- Eliminar intermediarios, permitiendo la venta directa a pacientes, siempre que los precios no superen los estándares internacionales.
- Reorientar ingresos internacionales para bajar precios domésticos, mediante una política comercial que incentive la reinversión en EE. UU.
Según el comunicado oficial, “si los fabricantes se niegan a intervenir, el gobierno federal desplegará todas las herramientas a su disposición para proteger a las familias estadounidenses de las continuas prácticas abusivas en la fijación de precios”.
Costo de innovación: ¿quién subsidia a quién?
Uno de los pilares argumentativos de la propuesta de Trump es que, pese a tener solo el 5% de la población mundial, Estados Unidos representa cerca del 75% de las ganancias globales de la industria farmacéutica. Esto, en gran medida, debido a que el sistema estadounidense absorbe los costos de investigación, desarrollo y comercialización de nuevos medicamentos.
Datos recientes señalan que los precios que pagan los estadounidenses por medicamentos de marca son más de tres veces superiores a los que se pagan en países miembros de la OCDE, incluso después de aplicar descuentos. A juicio de la administración, esto constituye un subsidio involuntario a los sistemas de salud extranjeros y una transferencia injusta de riqueza hacia otras naciones que se benefician de tratamientos accesibles sin compartir los costos del desarrollo.
La orden ejecutiva de mayo y el fracaso del diálogo
El 12 de mayo de 2025, Trump firmó la orden ejecutiva “Ofrecer precios de medicamentos recetados de nación más favorecida a los pacientes estadounidenses”, marcando un hito en la política farmacéutica del país. Posteriormente, se abrió un periodo de conversaciones con la industria, buscando llegar a acuerdos voluntarios.
Sin embargo, el gobierno considera que las respuestas del sector fueron insuficientes. “Las propuestas de la industria se han quedado cortas”, indica el documento, anunciando que a partir de ahora se aceptarán únicamente compromisos que generen alivio inmediato a los precios inflados.
Desigualdad en acceso y mercado
La política de Trump no solo apunta a la reducción directa de precios, sino también al rediseño del modelo global de acceso a los medicamentos. El gobierno propone que los fabricantes farmacéuticos reconsideren sus estrategias comerciales, ofreciendo condiciones justas a los consumidores estadounidenses sin sacrificar su competitividad internacional.
En particular, se alienta a las compañías a revisar el papel de intermediarios como Pharmacy Benefit Managers (PBMs), que frecuentemente influyen en los precios finales sin aportar beneficios proporcionales al consumidor. Al facilitar la venta directa a pacientes y establecer límites máximos equivalentes a los precios de países OCDE, se busca mejorar la eficiencia y equidad del mercado interno.
Farmacéuticas en el foco¿ quiénes recibieron la advertencia?
Las 17 empresas que recibieron las cartas incluyen a algunos de los actores más influyentes del mercado global de medicamentos: AbbVie, Amgen, AstraZeneca, Boehringer Ingelheim, Bristol Myers Squibb, Eli Lilly, EMD Serono, Genentech, Gilead, GSK, Johnson & Johnson, Merck, Novartis, Novo Nordisk, Pfizer, Regeneron y Sanofi.
A todas ellas se les solicita “renunciar voluntariamente a las prácticas de precios desproporcionadas que perjudican a millones de ciudadanos estadounidenses”, bajo la amenaza explícita de medidas regulatorias si no se alcanza una solución inmediata.