Un reciente estudio multicéntrico evidenció que un tratamiento usado para la insuficiencia cardíaca emergente podría ayudar a revertir el daño estructural al corazón, logrando inclusive curarse a sí mismo en un periodo de tiempo establecido. El análisis realizado por científicos de la Universidad de Utah Health en Estados Unidos señalan que el tratamiento podría potencialmente eliminar la necesidad de trasplantes de corazón y uso de dispositivos de apoyo cardiaco como bombas y marcapasos.
Los resultados ya fueron publicados en la revista científica “circulation”. El tratamiento mezcla el uso de medicamentos con el uso temporal de una bomba cardíaca artificial denominada dispositivo de asistencia ventricular izquierda -DAVI-, que podría mejorar y aumentar la expectativa de vida de un selecto grupo de pacientes con problemas del corazón.
Los hallazgos indican que el uso del DAVI disminuye significativamente la tensión en los corazones que fallan. Además usándolo durante un periodo corto de tiempo permiten que el órgano descanse y renueve sus estructuras dañadas, en consecuencia, las reparaciones hechas en el corazón por si mismo mejoran su función hasta el punto que ya no necesita la bomba.
En los primeros ensayos, el equipo científico desarrollo un tratamiento que combina los usos de la bomba con fármacos estándar que son eficaces para mejorar el tejido cardíaco. El tratamiento inicial fue exitosos y varios pacientes aumentaron su expectativa de vida hasta en 3 años más posterior al retiro del DAVI.
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Uso de bombas para el corazón durante un corto periodo
Para el ensayo se reclutaron 40 pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada de entre 18 y 59 años de edad que necesitaban urgentemente la colocación de una bomba cardíaca para sobrevivir. En total, 19 pacientes equivalentes al 40% de los participantes que fueron tratados con este protocolo que combinaba el apoyo del DAVI con medicamentos estándar para la insuficiencia cardíaca tuvieron una mejora suficiente en su salud cardiovascular para que la bomba pudiera ser retirada.
En la parte final del ensayo los 19 pacientes realizaron con éxito la prueba de seis minutos sobre una caminadora, además de tener un correcto flujo sanguíneo y una buena presión arterial con la bomba configurada en su mínimo de ayuda.
En el seguimiento, los investigadores corroboraron que el 90% de los pacientes seguían con vida después del retiro de la bomba. Después de tres años el 77% continuaban con vida sin el dispositivo. Este índice de recuperación es significativamente más alto de lo esperado para esta etapa de la enfermedad de insuficiencia cardíaca.
Finalmente, el equipo concluyó que esta estrategia de combinación de una bomba DAVI con medicamentos estandarizados y chequeos cardiovasculares regulares ayudaron a tener tasas altas de retiro de la bomba, lo que evidencia que es un sustituto potencial para el trasplante del órgano o el uso de bombas de por vida.